La historia de un castillo que no tiene punto final: Leiva (La Rioja)
6/10/12 .- http://www.larioja.com
La fortaleza de Leiva seguirá siendo objeto de nuevos proyectos y actuaciones encaminados a que pueda tener un uso en el futuro
El castillo de Leiva volvió a ser noticia la semana pasada con motivo de la visita que giró al mismo el director general de Cultura, José Luis Pérez Pastor, quien, ‘in situ’, anunció la consignación de unos 45.000 euros en los Presupuestos de La Rioja para la redacción, el próximo año, de un proyecto de adecuación del inmueble que, puesto a disposición de la iniciativa privada, permita dar a la antigua fortaleza un uso ligado al sector turístico o cultural, y, preferentemente, a ambos. Es decir, su visita se conjugó en futuro.
Es evidente el interés del Gobierno regional, y huelga decir que del Ayuntamiento, por recuperar y poner en valor la antigua fortaleza, algo que se pretende sirva para dinamizar, no sólo a Leiva sino también a su entorno. Para prueba están los cientos de miles de euros invertidos en los últimos años en la restauración, cimentación y consolidación de los muros y torres que confieren singularidad a este edificio, labores también participadas por el Gobierno de España, a través del programa 1% Cultural, en los años 2009 y 2010.
Por fuera es imponente, con una estructura ‘bastante’ similar a la original. En su interior, sin embargo, hay mucho trabajo para la piqueta, puesto que, salvo contados elementos, casi todo carece de interés al inscribirse dentro de las reformas acometidas por los últimos propietarios, de entre una larga lista que se remonta al siglo XV. En 1932, el castillo fue comprado por Anunciación Marín Díez, que pagó 43.440 pesetas y decidió hacer divisiones en la fortaleza, de las que vendió cuatro. La Cooperativa de Explotación y Trabajo Comunitario de la Tierra y Caja Rural ‘San Andrés’, de Leiva, lo compró en 1965 por 149.000 pesetas. Después lo permutó por otra finca al Ayuntamiento, que pasó a ser su titular en 1998. Un año después, la Comunidad Autónoma de La Rioja lo adquirió por 22 millones de pesetas.
Estos datos figuran en el estudio titulado ‘El castillo de Leiva: aproximación a sus señores y al proceso constructivo’, obra de Mª Teresa Álvarez Clavijo y Javier Ceniceros Herreros, documento que formaba parte del Plan Director y Estudio Estructural del Castillo de Leiva.
Su lectura ayuda a aproximarse al castillo, a su historia y evolución; a imaginar cómo pudo ser en sus orígenes, aunque ello resulte especialmente difícil por las numerosas transformaciones que ha sufrido, especialmente a partir del siglo XVIII, cuando se adecuó el edificio «a una forma de vida muy distinta», y, por ejemplo, «ya no eran necesarios los pequeños vanos, con clara función defensiva, sino los grandes que dejaran entrar la luz y ventilar las estancias». También sufrió numerosos cambios a lo largo del siglo XX, derivados de los nuevos usos –incluido el de vivienda de trabajadores– dado al inmueble.
Sin embargo, gracias a los análisis arqueológicos se pueden conocer muchas cosas, buena parte de las cuales quedan recogidas en el estudio. Así, por el estudio de los paramentos se sabe que el castillo contó con tres plantas de mayor altura que las actuales; o que estuvo rodeado por un foso defensivo con paredes revestidas de calicanto, parte del cual afloró durante algunos de los trabajos llevados a cabo en los últimos años. Y muchas más cosas.
Nada tienen que ver con él, pero allí estaban –hoy bajo cemento–, dos hoyos excavados en la grava natural que aparecieron en el suelo de la torre mayor y que se corresponden a una ocupación del lugar durante el Bronce Medio. También la época romana está presente. «Es probable –señalan los autores del estudio–, que en las inmediaciones del castillo o dentro de la propia localidad existiera algún yacimiento romano, quizá una villa relacionada con Libia, que pudo incluso dar origen al núcleo medieval. La existencia de este yacimiento justificaría la presencia en la parte baja del muro oeste del castillo de grandes sillares con modulación y entalles romanos», indican, sin descartar que estos materiales pudieran proceder directamente de la cercana ciudad de Libia.
Si uno busca en Internet le aparecerán muchos resultados con el siguiente dato: «Se trata de un castillo fortaleza gótico del siglo XVI, construido por breitling replica Antonio de Leiva en memoria de la batalla de Pavía». Totalmente falso.
El estudio de Álvarez Clavijo y Ceniceros indica que la fortaleza se localiza en un término denominado ‘Campo de la Torre’, que vinculan a la posible existencia de una torre que se debió de hundir hacia 1478, según se desprende de la información procedente de los testigos de un pleito celebrado entre 1518 y 1545, en el que Inés de Leiva, hija de Juan de Leiva, reclamaba a sus hermanos Sancho y Antonio la parte que le correspondía de la herencia de su padre y la dote de su madre.
«Nada más caerse la torre se inició la construcción del nuevo edificio», apuntan los historiadores, que también recogen que «la mayoría de los testigos tienen dudas sobre si tal trabajo lo inició Ladrón de Leiva o su hijo, Juan de Leiva, porque al parecer, el primero se volvió loco o había perdido el juicio».
Sí que se sabe que, en lo esencial, el castillo ya estaría terminado unos veinte años después del hundimiento, en 1478, de aquella torre; o que el maestro cantero encargado de hacer las obras fue un vizcaíno, Juan de Zuri; que en ellas participaron personas de diversas localidades, como el vecino de Tormantos, Juan Sánchez de Ibarra, a quien se le encomendó «…hechar tres sobrados…»; o Juan García, de Ochánduri, que llevó cal para la obra. Igualmente se tiene constancia de otros vecinos de Zorraquín, Valgañón, Ezcaray y la propia Leiva que colaboraron en la apertura del foso. De las canteras que proporcionaron las piedras poco se sabe, aunque sí que se aprovechó la de la torre vieja. La madera se cortó en Avellanosa de Rioja y Quintanar de Rioja. Y que la fortaleza fue terminada por Juan de Leiva, ya que su padre, Ladrón de Leiva, ya había muerto.
Son apuntes del pasado de un castillo que busca su futuro.
El castillo de Leiva volvió a ser noticia la semana pasada con motivo de la visita que giró al mismo el director general de Cultura, José Luis Pérez Pastor, quien, ‘in situ’, anunció la consignación de unos 45.000 euros en los Presupuestos de La Rioja para la redacción, el próximo año, de un proyecto de adecuación del inmueble que, puesto a disposición de la iniciativa privada, permita dar a la antigua fortaleza un uso ligado al sector turístico o cultural, y, preferentemente, a ambos. Es decir, su visita se conjugó en futuro.
Es evidente el interés del Gobierno regional, y huelga decir que del Ayuntamiento, por recuperar y poner en valor la antigua fortaleza, algo que se pretende sirva para dinamizar, no sólo a Leiva sino también a su entorno. Para prueba están los cientos de miles de euros invertidos en los últimos años en la restauración, cimentación y consolidación de los muros y torres que confieren singularidad a este edificio, labores también participadas por el Gobierno de España, a través del programa 1% Cultural, en los años 2009 y 2010.
Por fuera es imponente, con una estructura ‘bastante’ similar a la original. En su interior, sin embargo, hay mucho trabajo para la piqueta, puesto que, salvo contados elementos, casi todo carece de interés al inscribirse dentro de las reformas acometidas por los últimos propietarios, de entre una larga lista que se remonta al siglo XV. En 1932, el castillo fue comprado por Anunciación Marín Díez, que pagó 43.440 pesetas y decidió hacer divisiones en la fortaleza, de las que vendió cuatro. La Cooperativa de Explotación y Trabajo Comunitario de la Tierra y Caja Rural ‘San Andrés’, de Leiva, lo compró en 1965 por 149.000 pesetas. Después lo permutó por otra finca al Ayuntamiento, que pasó a ser su titular en 1998. Un año después, la Comunidad Autónoma de La Rioja lo adquirió por 22 millones de pesetas.
Estos datos figuran en el estudio titulado ‘El castillo de Leiva: aproximación a sus señores y al proceso constructivo’, obra de Mª Teresa Álvarez Clavijo y Javier Ceniceros Herreros, documento que formaba parte del Plan Director y Estudio Estructural del Castillo de Leiva.
Su lectura ayuda a aproximarse al castillo, a su historia y evolución; a imaginar cómo pudo ser en sus orígenes, aunque ello resulte especialmente difícil por las numerosas transformaciones que ha sufrido, especialmente a partir del siglo XVIII, cuando se adecuó el edificio «a una forma de vida muy distinta», y, por ejemplo, «ya no eran necesarios los pequeños vanos, con clara función defensiva, sino los grandes que dejaran entrar la luz y ventilar las estancias». También sufrió numerosos cambios a lo largo del siglo XX, derivados de los nuevos usos –incluido el de vivienda de trabajadores– dado al inmueble.
Sin embargo, gracias a los análisis arqueológicos se pueden conocer muchas cosas, buena parte de las cuales quedan recogidas en el estudio. Así, por el estudio de los paramentos se sabe que el castillo contó con tres plantas de mayor altura que las actuales; o que estuvo rodeado por un foso defensivo con paredes revestidas de calicanto, parte del cual afloró durante algunos de los trabajos llevados a cabo en los últimos años. Y muchas más cosas.
Nada tienen que ver con él, pero allí estaban –hoy bajo cemento–, dos hoyos excavados en la grava natural que aparecieron en el suelo de la torre mayor y que se corresponden a una ocupación del lugar durante el Bronce Medio. También la época romana está presente. «Es probable –señalan los autores del estudio–, que en las inmediaciones del castillo o dentro de la propia localidad existiera algún yacimiento romano, quizá una villa relacionada con Libia, que pudo incluso dar origen al núcleo medieval. La existencia de este yacimiento justificaría la presencia en la parte baja del muro oeste del castillo de grandes sillares con modulación y entalles romanos», indican, sin descartar que estos materiales pudieran proceder directamente de la cercana ciudad de Libia.
Si uno busca en Internet le aparecerán muchos resultados con el siguiente dato: «Se trata de un castillo fortaleza gótico del siglo XVI, construido por breitling replica Antonio de Leiva en memoria de la batalla de Pavía». Totalmente falso.
El estudio de Álvarez Clavijo y Ceniceros indica que la fortaleza se localiza en un término denominado ‘Campo de la Torre’, que vinculan a la posible existencia de una torre que se debió de hundir hacia 1478, según se desprende de la información procedente de los testigos de un pleito celebrado entre 1518 y 1545, en el que Inés de Leiva, hija de Juan de Leiva, reclamaba a sus hermanos Sancho y Antonio la parte que le correspondía de la herencia de su padre y la dote de su madre.
«Nada más caerse la torre se inició la construcción del nuevo edificio», apuntan los historiadores, que también recogen que «la mayoría de los testigos tienen dudas sobre si tal trabajo lo inició Ladrón de Leiva o su hijo, Juan de Leiva, porque al parecer, el primero se volvió loco o había perdido el juicio».
Sí que se sabe que, en lo esencial, el castillo ya estaría terminado unos veinte años después del hundimiento, en 1478, de aquella torre; o que el maestro cantero encargado de hacer las obras fue un vizcaíno, Juan de Zuri; que en ellas participaron personas de diversas localidades, como el vecino de Tormantos, Juan Sánchez de Ibarra, a quien se le encomendó «…hechar tres sobrados…»; o Juan García, de Ochánduri, que llevó cal para la obra. Igualmente se tiene constancia de otros vecinos de Zorraquín, Valgañón, Ezcaray y la propia Leiva que colaboraron en la apertura del foso. De las canteras que proporcionaron las piedras poco se sabe, aunque sí que se aprovechó la de la torre vieja. La madera se cortó en Avellanosa de Rioja y Quintanar de Rioja. Y que la fortaleza fue terminada por Juan de Leiva, ya que su padre, Ladrón de Leiva, ya había muerto.
Son apuntes del pasado de un castillo que busca su futuro.
Noticias relacionadas
- El negocio de la historia tiene futuro
- El renacer del castillo de Nalda (La Rioja)
- Nalda redescubre su castillo (La Rioja)
- Nalda excava en su castillo (La Rioja)
- Vida y lujo en el castillo de Nalda (La Rioja)
Comenta la noticia desde Facebook
Comentarios
No hay comentarios.
Para escribir un comentario es necesario entrar (si ya es usuario registrado) o registrarse