El hallazgo de madera en el castillo de Gauzón abre más vías de investigación arqueológica
21/9/12
Los directores del proyecto destacan la gran complejidad arquitectónica de la fortaleza l Los restos serán datados mediante la prueba del carbono 14
A punto de concluir la sexta campaña de las excavaciones arqueológicas en el castillo de Gauzón, el equipo de arqueólogos que dirigen Iván Muñiz y Alejandro García se ha topado con un notable hallazgo. Al terminar la excavación de 16 metros de muralla se han encontrado en sus entrañas con una serie de orificios circulares, casi una docena, de entre 7 y 10 centímetros de diámetro, rellenados de sedimentos en los que se han encontrado fragmentos de madera.
«Se trata de una realidad muy desconocida hasta la fecha. Algunos orificios atraviesan de lado a lado la muralla y otros se extienden longitudinalmente surcando el interior de esta potente construcción. Al excavar los sedimentos pudimos recuperar numeroso fragmentos de madera y en la capa de mortero que recubría los orificios observamos la impronta de lo que habían sido grandes vigas que posiblemente se utilizaron para anclar la muralla al terreno evitando que pudiera derrumbarse», señaló Iván Muñiz.
La madera es una materia orgánica que resulta muy difícil de encontrar en una excavación arqueológica pues se deteriora, descompone y finalmente desaparece. Por eso, los arqueólogos sostienen que el hallazgo de estos restos es un hecho excepcional. Cuando termine el trabajo de campo y comiencen los trabajos en el laboratorio el mes próximo, los arqueólogos elegirán las muestras a las que se les realizará la prueba del carbono 14 que permitirá datar con exactitud la fecha de construcción de la muralla.
«Podemos encontrarnos con fragmentos de madera que superen los 1.000 años de antigüedad. Gracias a ellos se podrá estudiar el tipo de árbol y quizás el posible lugar de procedencia. Además, las pruebas del carbono 14 a los restos de la madera permitirán datar con precisión el momento en el que se edificó la muralla», señaló Muñiz.
El arqueólogo explicó que el descubrimiento permite situarse en la mente de los constructores que erigieron el castillo de Gauzón. «Desde los inicios de las obras hubieron de enfrentarse a muchos problemas para cimentar las estructuras. Las arcillas del Peñón de Raíces son muy plásticas y se deslizan con facilidad por lo que resulta un terreno inestable. Por ello el sistema de cimentaciones fue muy complejo y se emplearon un gran número de soluciones que revelan el ingenio de aquellas cuadrillas de arquitectos y obreros», dijo.
Además, el despliegue de esas técnicas indica, según los expertos, que el tamaño y el volumen de la construcción de la fortaleza medieval de Raíces fueron concebidos desde un principio con unas medidas muy ambiciosas para la época, lo que incrementaba las dificultades. En el castillo de Gauzón trabajaron profesionales muy cualificados. Debió de ser un grupo de trabajadores de la construcción dotado de evidentes conocimientos técnicos y al servicio de un proyecto arquitectónico muy costoso», indicó. «El estudio de la muralla nos está proporcionando uno de los ejemplos más importantes sobre las formas de construir en la Alta Edad Media y sobre los recursos técnicos empleados. Estamos ante un muestrario del lenguaje arquitectónico y de las respuestas ante los desafíos del terreno que permanecen hoy en día en la mente de los arquitectos», manifestó Iván Muñiz.
«Las pruebas del carbono 14 realizadas a los restos de la muralla encontrados hasta el año pasado y a la espera de los resultados que obtengamos este año, nos permiten decir que el muro de la fortaleza se levantó entre los siglos VIII y IX, en la época de apogeo del Reino de Asturias. El muro más antiguo que datamos hasta la pasada campaña esde los siglos VII y VIII, del primer asentamiento en el peñón».
La sexta campaña de excavaciones en el castillo de Gauzón comenzó el pasado 1 de junio. El Ayuntamiento de Castrillón, que financia en solitario los trabajos, ha destinado este año una partida de 133.200 euros. Los trabajos de campo que se están realizando han dejado al descubierto 16 metros de muralla de unos tres metros de anchura. El muro fue desmantelado entre finales de la Edad Media y el siglo XIX.
Las excavaciones en el Peñón de Raíces comenzaron en 2007. En los últimos cinco años se han ido realizando las pruebas de carbono 14 a los restos orgánicos encontrados, lo que ha permitido reconstruir una secuencia de la ocupación del castillo de Gauzón que se inicia entre los siglos VII y VIII, lo que significa que la fortaleza original fue anterior al rey Alfonso III, pero el castillo alcanzó su esplendor durante su reinado.
Alfonso III «El Magno», que fue rey de Asturias entre los años 866 y 910, reformó y amplió el castillo de Gauzón con el fin de defender el reino astur de los ataques de los vikingos a la ría de Avilés. Asimismo, durante esa etapa de esplendor de la fortaleza del Peñón de Raíces, en el año 906 y en el taller de orfebrería del castillo se cubrió de oro y piedras preciosas la Cruz de la Victoria que actualmente se conserva en la catedral de Oviedo.
A punto de concluir la sexta campaña de las excavaciones arqueológicas en el castillo de Gauzón, el equipo de arqueólogos que dirigen Iván Muñiz y Alejandro García se ha topado con un notable hallazgo. Al terminar la excavación de 16 metros de muralla se han encontrado en sus entrañas con una serie de orificios circulares, casi una docena, de entre 7 y 10 centímetros de diámetro, rellenados de sedimentos en los que se han encontrado fragmentos de madera.
«Se trata de una realidad muy desconocida hasta la fecha. Algunos orificios atraviesan de lado a lado la muralla y otros se extienden longitudinalmente surcando el interior de esta potente construcción. Al excavar los sedimentos pudimos recuperar numeroso fragmentos de madera y en la capa de mortero que recubría los orificios observamos la impronta de lo que habían sido grandes vigas que posiblemente se utilizaron para anclar la muralla al terreno evitando que pudiera derrumbarse», señaló Iván Muñiz.
La madera es una materia orgánica que resulta muy difícil de encontrar en una excavación arqueológica pues se deteriora, descompone y finalmente desaparece. Por eso, los arqueólogos sostienen que el hallazgo de estos restos es un hecho excepcional. Cuando termine el trabajo de campo y comiencen los trabajos en el laboratorio el mes próximo, los arqueólogos elegirán las muestras a las que se les realizará la prueba del carbono 14 que permitirá datar con exactitud la fecha de construcción de la muralla.
«Podemos encontrarnos con fragmentos de madera que superen los 1.000 años de antigüedad. Gracias a ellos se podrá estudiar el tipo de árbol y quizás el posible lugar de procedencia. Además, las pruebas del carbono 14 a los restos de la madera permitirán datar con precisión el momento en el que se edificó la muralla», señaló Muñiz.
El arqueólogo explicó que el descubrimiento permite situarse en la mente de los constructores que erigieron el castillo de Gauzón. «Desde los inicios de las obras hubieron de enfrentarse a muchos problemas para cimentar las estructuras. Las arcillas del Peñón de Raíces son muy plásticas y se deslizan con facilidad por lo que resulta un terreno inestable. Por ello el sistema de cimentaciones fue muy complejo y se emplearon un gran número de soluciones que revelan el ingenio de aquellas cuadrillas de arquitectos y obreros», dijo.
Además, el despliegue de esas técnicas indica, según los expertos, que el tamaño y el volumen de la construcción de la fortaleza medieval de Raíces fueron concebidos desde un principio con unas medidas muy ambiciosas para la época, lo que incrementaba las dificultades. En el castillo de Gauzón trabajaron profesionales muy cualificados. Debió de ser un grupo de trabajadores de la construcción dotado de evidentes conocimientos técnicos y al servicio de un proyecto arquitectónico muy costoso», indicó. «El estudio de la muralla nos está proporcionando uno de los ejemplos más importantes sobre las formas de construir en la Alta Edad Media y sobre los recursos técnicos empleados. Estamos ante un muestrario del lenguaje arquitectónico y de las respuestas ante los desafíos del terreno que permanecen hoy en día en la mente de los arquitectos», manifestó Iván Muñiz.
«Las pruebas del carbono 14 realizadas a los restos de la muralla encontrados hasta el año pasado y a la espera de los resultados que obtengamos este año, nos permiten decir que el muro de la fortaleza se levantó entre los siglos VIII y IX, en la época de apogeo del Reino de Asturias. El muro más antiguo que datamos hasta la pasada campaña esde los siglos VII y VIII, del primer asentamiento en el peñón».
La sexta campaña de excavaciones en el castillo de Gauzón comenzó el pasado 1 de junio. El Ayuntamiento de Castrillón, que financia en solitario los trabajos, ha destinado este año una partida de 133.200 euros. Los trabajos de campo que se están realizando han dejado al descubierto 16 metros de muralla de unos tres metros de anchura. El muro fue desmantelado entre finales de la Edad Media y el siglo XIX.
Las excavaciones en el Peñón de Raíces comenzaron en 2007. En los últimos cinco años se han ido realizando las pruebas de carbono 14 a los restos orgánicos encontrados, lo que ha permitido reconstruir una secuencia de la ocupación del castillo de Gauzón que se inicia entre los siglos VII y VIII, lo que significa que la fortaleza original fue anterior al rey Alfonso III, pero el castillo alcanzó su esplendor durante su reinado.
Alfonso III «El Magno», que fue rey de Asturias entre los años 866 y 910, reformó y amplió el castillo de Gauzón con el fin de defender el reino astur de los ataques de los vikingos a la ría de Avilés. Asimismo, durante esa etapa de esplendor de la fortaleza del Peñón de Raíces, en el año 906 y en el taller de orfebrería del castillo se cubrió de oro y piedras preciosas la Cruz de la Victoria que actualmente se conserva en la catedral de Oviedo.
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