El Museo Nacional de Afganistán recupera parte de su patrimonio
28/7/12 .- http://noticias.lainformacion.com
Tras décadas de expolio, el Museo Nacional de Afganistán ha recuperado 843 reliquias del patrimonio cultural del país, que en su mayor parte fueron robadas durante la guerra civil y que serán expuestas de nuevo al público.
Los objetos fueron sacados ilegalmente de territorio afgano y vendidos en el mercado negro en Europa, Asia o América, pero en 2001, después de la caída del régimen talibán, las autoridades de algunos países comenzaron a devolverlos.
"La carga, con un peso de dos toneladas, llegó la semana pasada. Consta de 843 objetos", dijo a Efe el vicedirector del Museo Nacional afgano, Yahia Mohebzada, que precisó que la operación ha sido posible gracias a la cooperación del Museo Británico.
Entre las piezas devueltas hay esculturas, hachas, espadas, monedas y odres de unos dos milenios de historia, originarios de un país que desde tiempo inmemorial ha sido tierra de paso y escenario de civilizaciones míticas, como la del río Amu Daria.
Durante las últimas décadas de guerra civil, y en especial a comienzos de los 90, el museo quedó despojado del 70 % de sus piezas, aunque en el patrimonio recuperados también hay objetos obtenidos de excavaciones arqueológicas.
Algunos de los artículos robados fueron luego descubiertos en el Reino Unido, y, tras ser certificada su autenticidad por expertos del Museo británico, conservados en las dependencias de ese institución con vistas a devolverlos al país asiático.
En 2006, de hecho, unas 1.400 piezas fueron devueltas por parte de las autoridades del Reino Unido, con las que el Gobierno afgano ha firmado un Memorando de Entendimiento.
Los Gobierno de Estados Unidos, Noruega o Suiza también han realizado algunas devoluciones.
Mohebzada precisó que la Policía afgana continúa investigando las posibles rutas de contrabando para dar con los actuales propietarios de los objetos todavía perdidos, y facilitar su recuperación y posterior exposición en el museo.
El vicedirector de la institución reconoció que las autoridades apenas han conseguido hallar pequeño porcentaje de los objetos expoliados, y que queda mucho por hacer.
Pero, por lo pronto, las piezas recuperadas serán exhibidas ya la próxima semana en el Museo Nacional, instalado en un edificio construido en tiempos del rey Ahmanulá Khan -que reinó de 1919 a 1929-, y que fue concebido en principio para albergar el ayuntamiento.
La progresiva llegada de objetos antiguos a la capital afgana terminó por configurar su actual destino.
En la institución, el visitante puede apreciar por apenas dos dólares objetos que hablan de un pasado esplendor, como un jarro de cristal con forma de pez del siglo I, y cerámicas y bronces de antigüedad milenaria.
Testimonio de huellas preislámicas, sus vitrinas también permiten admirar una cabeza de la diosa hindú Durga o de Budas de factura escultórica indo-griega, procedentes de tiempos en los que el islam todavía no había hecho su aparición.
El edificio tiene dos plantas y está mal acondicionado para albergar los tesoros arqueológicos y artesanales, de modo que las autoridades han iniciado la construcción de una nueva sede que cuenta con apoyo económico de Estados Unidos.
"El Ministerio de Defensa nos ha asignado ocho acres de tierra y los primeros trabajos ya han comenzado", dijo Mohebzada.
El principal de los desafíos todavía acecha, no obstante, para los gestores del patrimonio afgano: de la inseguridad que impera en el país, con los insurgentes talibanes en pie de guerra, siguen sacando provecho los ladrones de arte y arqueología.
Los objetos fueron sacados ilegalmente de territorio afgano y vendidos en el mercado negro en Europa, Asia o América, pero en 2001, después de la caída del régimen talibán, las autoridades de algunos países comenzaron a devolverlos.
"La carga, con un peso de dos toneladas, llegó la semana pasada. Consta de 843 objetos", dijo a Efe el vicedirector del Museo Nacional afgano, Yahia Mohebzada, que precisó que la operación ha sido posible gracias a la cooperación del Museo Británico.
Entre las piezas devueltas hay esculturas, hachas, espadas, monedas y odres de unos dos milenios de historia, originarios de un país que desde tiempo inmemorial ha sido tierra de paso y escenario de civilizaciones míticas, como la del río Amu Daria.
Durante las últimas décadas de guerra civil, y en especial a comienzos de los 90, el museo quedó despojado del 70 % de sus piezas, aunque en el patrimonio recuperados también hay objetos obtenidos de excavaciones arqueológicas.
Algunos de los artículos robados fueron luego descubiertos en el Reino Unido, y, tras ser certificada su autenticidad por expertos del Museo británico, conservados en las dependencias de ese institución con vistas a devolverlos al país asiático.
En 2006, de hecho, unas 1.400 piezas fueron devueltas por parte de las autoridades del Reino Unido, con las que el Gobierno afgano ha firmado un Memorando de Entendimiento.
Los Gobierno de Estados Unidos, Noruega o Suiza también han realizado algunas devoluciones.
Mohebzada precisó que la Policía afgana continúa investigando las posibles rutas de contrabando para dar con los actuales propietarios de los objetos todavía perdidos, y facilitar su recuperación y posterior exposición en el museo.
El vicedirector de la institución reconoció que las autoridades apenas han conseguido hallar pequeño porcentaje de los objetos expoliados, y que queda mucho por hacer.
Pero, por lo pronto, las piezas recuperadas serán exhibidas ya la próxima semana en el Museo Nacional, instalado en un edificio construido en tiempos del rey Ahmanulá Khan -que reinó de 1919 a 1929-, y que fue concebido en principio para albergar el ayuntamiento.
La progresiva llegada de objetos antiguos a la capital afgana terminó por configurar su actual destino.
En la institución, el visitante puede apreciar por apenas dos dólares objetos que hablan de un pasado esplendor, como un jarro de cristal con forma de pez del siglo I, y cerámicas y bronces de antigüedad milenaria.
Testimonio de huellas preislámicas, sus vitrinas también permiten admirar una cabeza de la diosa hindú Durga o de Budas de factura escultórica indo-griega, procedentes de tiempos en los que el islam todavía no había hecho su aparición.
El edificio tiene dos plantas y está mal acondicionado para albergar los tesoros arqueológicos y artesanales, de modo que las autoridades han iniciado la construcción de una nueva sede que cuenta con apoyo económico de Estados Unidos.
"El Ministerio de Defensa nos ha asignado ocho acres de tierra y los primeros trabajos ya han comenzado", dijo Mohebzada.
El principal de los desafíos todavía acecha, no obstante, para los gestores del patrimonio afgano: de la inseguridad que impera en el país, con los insurgentes talibanes en pie de guerra, siguen sacando provecho los ladrones de arte y arqueología.
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