Descubiertos restos arqueológicos en las obras de O Castro (Ourense)

Las obras de restauración de la torre medieval de O Castro, en el concello de O Barco de Valdeorras, ya comienzan a dar sus frutos, al menos desde el punto de vista histórico. Tan solo un par de semanas después del inicio de las prospecciones arqueológicas previas a la intervención en la fortaleza, se han sacado a la luz los restos de un asentamiento castrexo. A la espera de que se realicen las dataciones de la cerámica encontrada y se relacionen con los estratos que se diferencian en el terreno, el arqueólogo responsable de la excavación, el valdeorrés Santiago Ferrer, adelantaba que hay restos desde época prerromana hasta el siglo IV, si bien las cabañas parecen de un castro romanizado.

La aparición de los restos del poblado castrexo no sorprendió al investigador, ya que en otras excavaciones más pequeñas relacionadas principalmente con obras de casas, ya se habían encontrado restos de los orígenes que dieron nombre a esta villa de O Castro. Lo sorprendente, para Ferrer, es la proximidad de los restos respecto a la superficie actual del terreno, ya que estaban a apenas un metro de profundidad. De hecho, sobre los muros de una de las cabañas castrexas se apoyaban los cimientos de la casa en ruinas que fue desmantelada tras ser cedida para la obra. La excavación forma parte del proyecto de rehabilitación del torreón medieval, que fue residencia de señores feudales y más tarde, cuando la nobleza ya residía en pazos, utilizado como cárcel. Su recuperación, que incluye además de la excavación, la consolidación del torreón y parte de las murallas medievales que la rodean, está financiada por el ministerio de Fomento con cargo al 1% que dedica a intervenciones culturales y una aportación municipal.

El destino de los restos

Durante el avance de la obra se deberá determinar qué se hace con los restos arqueológicos, si se cubren tras sacar conclusiones históricas o se dejan a la luz. Santiago Ferrer aseguró que es una decisión de la dirección de obra y del Concello. También tendrán que decidir si se permite el acceso al aljibe, el depósito de agua del torreón, situado en su base, y que estaba cubierto con tierra. Tras su construcción, en el siglo XIV, se accedía a él solo por una trampilla de la cubierta abovedada, en la que aún se diferencian los huellas de la madera del encofrado. Más tarde, en el siglo XVIII y con el objetivo de utilizarlo como cárcel, se abrió una puerta.

Una vez terminada la obra, O Castro será, con más motivo, una de las referencias de la historia en Valdeorras. Por eso la mejora está motivando a algunos vecinos a mejorar el aspecto de sus viviendas, tal y como confirmaron en el Concello.