"Es evidente que Córdoba no ha querido cuentas con su patrimonio arqueológico"

30/1/12 .- http://www.eldiadecordoba.es

El catedrático de Arqueología de la UCO considera que acercar el pasado de manera amena y clara al ciudadano es una de las acciones clave para promover el interés por la Historia y los bienes patrimoniales

Catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba (UCO), donde desempeña el cargo de director del Secretariado de Formación Permanente, Carlos Márquez Moreno es uno de los tres comisarios (la relación la completan María Dolores Baena y Desiderio Vaquerizo) de la exposición Córdoba, reflejo de Roma, visitable hasta el 16 de febrero en la sala Vimcorsa, el Museo Arqueológico y la sala Orive. Márquez es experto en el urbanismo romano, aspecto que centra el apartado del Arqueológico.

-¿Qué elementos aporta la exposición para la comprensión de lo que fue la Córdoba romana?

-Ante todo hay que indicar que no todas las piezas proceden de Córdoba. Se ha querido dar una representación de lo que Roma pretendía transmitir y que materializó en sus nuevas fundaciones: utilidad y ornato. La ciudad debía ser el centro donde vivir cómodamente en el ámbito privado pero también donde el poder central debía tener su representación en edificios oficiales, y éstos destacaban sobremanera sobre los particulares. La comodidad se conseguía, entre otras cosas, a través de la utilidad dada a algunos elementos: un mascarón de fuente, por ejemplo, o el capitel que embellecía un edificio eminentemente práctico como es el mercado de Torreparedones en Baena; ejemplo en la Córdoba romana de esta dualidad serían las basas con una decoración de lengüetas que proceden del entorno del foro colonial y que se encontraron en la calle Braulio Laportilla. Pero sin lugar a dudas lo que más sorprende de la arqueología romana de Córdoba es la monumentalidad de los edificios que forman la arquitectura oficial; en el caso de la ciudad intramuros hay edificios como el teatro (del que presentamos en la exposición una maqueta), templos forenses (de los que se conservan algunos fragmentos de su decoración arquitectónica) y esculturas que alcanzan el mismo grado de monumentalidad.

-¿Qué rasgos principales presenta el modelo urbanístico romano y cómo se articula la relación entre urbanismo y poder?

-La adaptación sería la principal característica del urbanismo romano: la ciudad nace como centro de comunicación y explotación del entorno (agricultura, ganadería, minería) y su urbanismo se adapta de forma extraordinaria al medio físico y humano donde se ubica; las condiciones geográficas tan variadas en zonas tan alejadas geográfica y culturalmente de la nuestra (desde la actual Renania alemana hasta el Magreb africano y desde la Britania hasta Egipto, por señalar sólo la parte occidental del imperio) obligan a un diseño tan sencillo como práctico: muralla que indica los confines de la ciudad, entramado de calles con cruces en ángulo recto, plazas a cuyo alrededor se sitúan los edificios oficiales... Esos serían los rasgos principales, acompañados de la comodidad que ofrecen algunos edificios (acueductos para tener agua corriente, termas para la higiene personal y la diversión, cloacas para la salubridad urbana...). El binomio urbanismo-poder es fácilmente distinguible en la ciudad romana y afecta a aquellos hitos urbanos donde los gobernantes pueden impactar de forma más contundente a los ciudadanos: puertas urbanas en forma de arco honorífico, plazas amplias con edificios de grandes dimensiones y construidos en muchas ocasiones con materiales de prestigio... Esa faceta de representación también afecta al ámbito privado mediante la autorrepresentación de las élites en esos mismos espacios públicos en forma de estatuas y pedestales.

-¿Cómo se implantó ese modelo en Corduba y qué trazas perviven en la ciudad actual?

-El trazado ortogonal fue el que se implantó en Córdoba pero apenas quedan restos en la ciudad actual. La ciudad romana no ha dejado apenas huella (o de forma muy débil) en la Córdoba actual. Recuérdese que el gran hito del periodo romano conservado en Córdoba, el templo de la calle Claudio Marcelo, fue encontrado de casualidad a mediados del siglo XX.

-¿Por qué hemos tardado tanto en reconocer y valorar la importancia de la Córdoba romana?

-No tengo una respuesta a esa pregunta. Yo sólo puedo decir en este sentido que tal vez quienes nos dedicamos a estudiar estos periodos no hemos sabido (lo digo en primera persona) transmitir y difundir esa etapa tan brillante de la ciudad.

-¿Cómo trata Córdoba su patrimonio arqueológico? ¿Qué acciones serían necesarias para un mejor aprovechamiento del mismo?

-Creo que Córdoba no ha tratado nunca a su patrimonio arqueológico y cuando lo ha hecho ha sido casi a escondidas, conservando restos deslavazados en cocheras o en bajos (con muy pocas excepciones). Resulta evidente que Córdoba, al menos hasta el momento, no ha querido cuentas con su patrimonio arqueológico y sólo se ha limitado al ámbito académico o de gestión, el primero sobre todo por parte de la Universidad y el segundo por parte de las diversas administraciones. La difusión de nuestro pasado parte de una premisa que sería la investigación. Acciones de muy diversa índole como las tres muestras expositivas que estos días pueden visitarse en Córdoba avalan el interés del ciudadano cuando se le acerca, de forma amena y clara, su pasado.

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