El triángulo del Prerrománico
29/1/12 .- http://www.elcomercio.es
El cambio en la gestión de titularidad privada a tutela pública del centro, que pasa a manos de Recrea, ha sido el primer cambio para cerrar un «triángulo perfecto». Cultura planifica rehacer los nexos de unión entre Santa María, San Miguel y el Centro de Recepción del Prerrománico, actualmente cerrado para llevar a cabo en él las primeras mejoras
«No imaginamos que tendríamos que ponernos el calzado de monte para venir a visitar unos monumentos», dice José Félix Criado, un burgalés que se asomó ayer al Naranco con su novia para visitar el palacio altomedieval de Santa María y el templo del siglo IX de San Miguel de Lillo. Y hablaba así porque los caminos que unen ambos monumentos son angostos, resabaladizos y complicados.
Donde los hay, porque para acceder de la primera joya del prerrománico a la segunda el visitante sale a la carretera y lidia con los coches en movimiento. Y todo para evitar volver sobre sus pasos y emprender primero una bajada y luego otra subida por camino casi imposible («una aventura exclusivamente para iniciados»). Sobre todo en invierno, cuando el empedrado parece haber pasado por una pulidora, cubierto de musgo. Es decir, los accesos no solo son complicados, sino también peligrosos. Y lo son «para alguien como nosotros», dice Criado.
«Desde luego se pueden calificar de imposibles para personas con la movilidad reducida», reflexiona sobre esta realidad el visitante burgalés mientras se observa el calzado lleno de barro y confiesa que, incluso él, joven y fuerte, después de subir por la senda marcada a Santa María, optó por la carretera para ir a San Miguel, cuando vio la otra alternativa. «Sencillamente nos pareció menos peligroso ir por la carretera». De hecho, quien toma el mismo camino que ellos y que todo el mundo evita -la propia guía de los edificios lleva a los visitantes por la calzada-, lo supera fuera de sus márgenes, buscando en la hierba un freno justo para el peso propio.
Pero lo primero que se encuentra quien deja el coche en el aparcamiento y se dirige a las magníficas construcciones no son las piedras milenarias, sino el Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico creado en los locales de las antiguas escuelas rurales del Naranco. Un pequeño centro que pretendía ser, en sus orígenes, lo que dice su nombre, exactamente. Pero nunca se cumplieron las expectativas: en lugar de consolidarse como punto de interés en el que se ofertara un recorrido a través de las distintas etapas del arte prerrománico, vinculadas profundamente a la propia evolución política del reino astur, entre los siglos VIII y X, lo que se ha conseguido con el tiempo es dar cobijo a un espacio repleto de paneles poco atractivos con un audiovisual explicativo que nunca funciona. Un lugar que lejos de estar vinculado a los elementos que le dan sentido está físicamente y científicamente separado de ellos. Ni siquiera se pueden adquirir a las entradas para visitas guiadas de San Miguel y Santa María entre sus paredes. Hasta el horario de atención es diferente, en un claro y determinante baremo de distanciamiento.
Esta es la realidad con la que se ha encontrado el director general de Patrimonio, Joaco López. Una realidad que está determinado a cambiar. Su intención, como la del consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, es llevar a puerto la vocación primigenia del lugar y convertirlo en uno de los tres pilares del Naranco. Cerrar, como explica López, «un triángulo perfecto» en el que los vértices den fuerza al todo.
Con esa intención se han dado ya dos pasos. El primero, clausurar al público el local, para ejecutar «las primeras obras de mantenimiento». Se espera que a su reapertura, en febrero, el funcionamiento sea más eficaz y los horarios coincidan con los de los templos. Y el segundo, liquidar la gestión con la empresa privada, a la que se había encomendado su tutela, para poner el Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico en manos de la sociedad pública de gestión Recrea. «Eso abarata los costes», reconoce el director de patrimonio, a sabiendas de que Recrea este año con más capacidad de gestión tendrá, sin embargo, menos presupuesto. «Pero además», añade López, «el cambio de gestión nos permite emprender un proyecto concreto desde la administración».
Un proyecto para el que no hay dineros destinados en el conjunto de gastos e ingresos, pero sí un remanente sin invertir de la anterior legislatura, que asciente a 450.000 euros. Cantidad a la que se podrá añadir algo de lo destinado en el proyecto presupuestario a Patrimonio Cultural.
Con las intenciones claras sobre la creación de este «triángulo perfecto», entre los dos monumentos principales del Prerrománico y el centro de interpretación, los responsables de Cultura convocaron hace unas semanas a la comisión mixta Iglesia-Principado.
Sobre la mesa, la vinculación de los elementos, encaminada a una mejor difusión de los hitos patrimoniales asturianos, pero también su lógico mantenimiento.
Para el primer reto es necesario, advierte López, «mejorar la circulación, tanto de vehículos como de personas, entre Santa María y San Miguel». En general, «hay que intervenir en todos los accesos», añade. «Poder acceder desde uno de ellos al otro y desde cualquiera de los dos al centro de recepción es ahora nuestra prioridad. La idea es diáfana, pero hace falta concretar y desarrollar el proyecto definitivo». Así, lo que tienen claro los responsables de Cultura es que en la actualidad hay muchas personas que no pueden disfrutar de estos dos templos de la arquitectura monárquica asturiana. Por lo que, antes de la redacción de dicho proyecto, ya hablan de hacer lo necesario para que «todos sin exclusión» puedan visitar las joyas del Naranco. Eso significa mejorar en el entorno los cauces para facilitar el tránsito de personas mayores o con problemas de movilidad, para quienes hoy es prácticamente imposible la visita.
Entre los objetivos está también la creación de un sendero paralelo a la calzada, que comunique ambos monumentos y que permita a los visitantes moverse sin soportar el peligro de la circulación de vehículos a la que ahora debe hacer frente todo el mundo, ya que en estos momentos ni siquiera hay una acera.
Cabe recordar que en los presupuestos de este año, sin aprobar, no hay un apartado definido para el Prerrománico. Así y todo, en palabras de los responsables de Cultura, estas mejoras en el Naranco no son exclusivas, sino extrapolables a todo el legado arquitectónico que la Historia ha dejado en Asturias.
«No imaginamos que tendríamos que ponernos el calzado de monte para venir a visitar unos monumentos», dice José Félix Criado, un burgalés que se asomó ayer al Naranco con su novia para visitar el palacio altomedieval de Santa María y el templo del siglo IX de San Miguel de Lillo. Y hablaba así porque los caminos que unen ambos monumentos son angostos, resabaladizos y complicados.
Donde los hay, porque para acceder de la primera joya del prerrománico a la segunda el visitante sale a la carretera y lidia con los coches en movimiento. Y todo para evitar volver sobre sus pasos y emprender primero una bajada y luego otra subida por camino casi imposible («una aventura exclusivamente para iniciados»). Sobre todo en invierno, cuando el empedrado parece haber pasado por una pulidora, cubierto de musgo. Es decir, los accesos no solo son complicados, sino también peligrosos. Y lo son «para alguien como nosotros», dice Criado.
«Desde luego se pueden calificar de imposibles para personas con la movilidad reducida», reflexiona sobre esta realidad el visitante burgalés mientras se observa el calzado lleno de barro y confiesa que, incluso él, joven y fuerte, después de subir por la senda marcada a Santa María, optó por la carretera para ir a San Miguel, cuando vio la otra alternativa. «Sencillamente nos pareció menos peligroso ir por la carretera». De hecho, quien toma el mismo camino que ellos y que todo el mundo evita -la propia guía de los edificios lleva a los visitantes por la calzada-, lo supera fuera de sus márgenes, buscando en la hierba un freno justo para el peso propio.
Pero lo primero que se encuentra quien deja el coche en el aparcamiento y se dirige a las magníficas construcciones no son las piedras milenarias, sino el Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico creado en los locales de las antiguas escuelas rurales del Naranco. Un pequeño centro que pretendía ser, en sus orígenes, lo que dice su nombre, exactamente. Pero nunca se cumplieron las expectativas: en lugar de consolidarse como punto de interés en el que se ofertara un recorrido a través de las distintas etapas del arte prerrománico, vinculadas profundamente a la propia evolución política del reino astur, entre los siglos VIII y X, lo que se ha conseguido con el tiempo es dar cobijo a un espacio repleto de paneles poco atractivos con un audiovisual explicativo que nunca funciona. Un lugar que lejos de estar vinculado a los elementos que le dan sentido está físicamente y científicamente separado de ellos. Ni siquiera se pueden adquirir a las entradas para visitas guiadas de San Miguel y Santa María entre sus paredes. Hasta el horario de atención es diferente, en un claro y determinante baremo de distanciamiento.
Esta es la realidad con la que se ha encontrado el director general de Patrimonio, Joaco López. Una realidad que está determinado a cambiar. Su intención, como la del consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, es llevar a puerto la vocación primigenia del lugar y convertirlo en uno de los tres pilares del Naranco. Cerrar, como explica López, «un triángulo perfecto» en el que los vértices den fuerza al todo.
Con esa intención se han dado ya dos pasos. El primero, clausurar al público el local, para ejecutar «las primeras obras de mantenimiento». Se espera que a su reapertura, en febrero, el funcionamiento sea más eficaz y los horarios coincidan con los de los templos. Y el segundo, liquidar la gestión con la empresa privada, a la que se había encomendado su tutela, para poner el Centro de Recepción e Interpretación del Prerrománico en manos de la sociedad pública de gestión Recrea. «Eso abarata los costes», reconoce el director de patrimonio, a sabiendas de que Recrea este año con más capacidad de gestión tendrá, sin embargo, menos presupuesto. «Pero además», añade López, «el cambio de gestión nos permite emprender un proyecto concreto desde la administración».
Un proyecto para el que no hay dineros destinados en el conjunto de gastos e ingresos, pero sí un remanente sin invertir de la anterior legislatura, que asciente a 450.000 euros. Cantidad a la que se podrá añadir algo de lo destinado en el proyecto presupuestario a Patrimonio Cultural.
Con las intenciones claras sobre la creación de este «triángulo perfecto», entre los dos monumentos principales del Prerrománico y el centro de interpretación, los responsables de Cultura convocaron hace unas semanas a la comisión mixta Iglesia-Principado.
Sobre la mesa, la vinculación de los elementos, encaminada a una mejor difusión de los hitos patrimoniales asturianos, pero también su lógico mantenimiento.
Para el primer reto es necesario, advierte López, «mejorar la circulación, tanto de vehículos como de personas, entre Santa María y San Miguel». En general, «hay que intervenir en todos los accesos», añade. «Poder acceder desde uno de ellos al otro y desde cualquiera de los dos al centro de recepción es ahora nuestra prioridad. La idea es diáfana, pero hace falta concretar y desarrollar el proyecto definitivo». Así, lo que tienen claro los responsables de Cultura es que en la actualidad hay muchas personas que no pueden disfrutar de estos dos templos de la arquitectura monárquica asturiana. Por lo que, antes de la redacción de dicho proyecto, ya hablan de hacer lo necesario para que «todos sin exclusión» puedan visitar las joyas del Naranco. Eso significa mejorar en el entorno los cauces para facilitar el tránsito de personas mayores o con problemas de movilidad, para quienes hoy es prácticamente imposible la visita.
Entre los objetivos está también la creación de un sendero paralelo a la calzada, que comunique ambos monumentos y que permita a los visitantes moverse sin soportar el peligro de la circulación de vehículos a la que ahora debe hacer frente todo el mundo, ya que en estos momentos ni siquiera hay una acera.
Cabe recordar que en los presupuestos de este año, sin aprobar, no hay un apartado definido para el Prerrománico. Así y todo, en palabras de los responsables de Cultura, estas mejoras en el Naranco no son exclusivas, sino extrapolables a todo el legado arquitectónico que la Historia ha dejado en Asturias.
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