Lección práctica de historia en el Valle del Guadalteba

Ardales cuenta en su patrimonio con una cueva con pinturas rupestres, tres restos de fortalezas medievales y otros tres centros de interpretación

Un recorrido didáctico por la historia desde el Paleolítico hasta la actualidad. Ésa es una de las propuestas que brinda hoy en día la villa de Ardales, asentada en un enclave estratégico, ya que se encuentra en un corredor natural desde el Valle del Guadalquivir hacia el Mediterráneo. Por eso, durante siglos su territorio ha sido poblado por distintas civilizaciones que han dejado de una forma u otra sus vestigios.
Todo ese legado se muestra de una forma eficiente e instructiva en el propio pueblo, ya sea a través de sus monumentos o sus centros de interpretación.
Por orden cronológico y por relevancia histórica es fundamental adentrarse en primer lugar en la Cueva de Ardales, una cavidad que sorprende por las numerosas pinturas rupestres que allí se han hallado. Entre estas obras de arte prehistóricas sobresalen las manos inmortalizadas con la técnica de aerografía en negativo. Los interesados en conocer sus peculiaridades han de tener en cuenta que para entrar en esta gruta es necesario concertar una cita previa, ya que las visitas están reguladas para evitar el deterioro de este monumento histórico.
Como complemento a la Cueva de Ardales, es recomendable acercarse hasta el Centro de Interpretación la Prehistoria en el Guadalteba, donde se pueden ver algunos de los hallazgos arqueológicos del Paleolítico, Neolítico, Calcolítico y Edad del Bronce, que se han encontrado en la zona.
La civilización romana también dejó su huella en los alrededores con un puente de tres arcos que sirve para salvar el río Turón.
Pero si importante es este pueblo por esos legados, no lo es menos por el de la Antigüedad o el del medievo. Basta con reseñar que en su término municipal se encuentran restos de tres fortalezas: La del río Turón, Bobastro y la Peña de Ardales. Esta última corona el casco antiguo de la villa. Allí el visitante no sólo se sorprenderá por las vistas o por la solera del propio castillo árabe sino que podrá tener detalles sobre su origen e historia. Esto es posible gracias a la existencia de otro centro de interpretación que lleva el nombre del recinto amurallado. No en vano, allí se exponen los vestigios que demuestran la importancia del enclave a través del tiempo y la historia de una población que ha visto pasar todas las culturas.
A escasos kilómetros del núcleo urbano se encuentran los restos de lo que en el antiguo Al-Ándalus fue el castillo del Turón, que recibe su nombre del río que pasa junto a él.
Pero, sin lugar a dudas, la fortaleza más importante por su relevancia histórica en la que se encuentra en la Mesa de Villaverde, en la zona de los embalses. Allí se conservan aún algunos restos de la mítica Bobastro, bastión desde donde el rebelde muladí Omar Ben Hafsun hizo frente a los Omeyas durante varias décadas. Este caudillo consiguió dirigir desde allí una sublevación contra el máximo poder de Al-Ándalus y llegó a crear prácticamente una provincia en su seno. Para relatar y explicar algunos de los acontecimientos más notables de aquel episodio, existe allí otro centro de interpretación.
En sus edificios religiosos, Ardales también cuenta con importantes vestigios históricos. Es lo que ocurre con la iglesia de los Remedios, situada junto al castillo de la Peña, o la ermita de la Virgen de Villaverde, situada cerca del Desfiladero de los Gaitanes. La primera fue levantada en el siglo XV sobre una antigua mezquita, aunque en 1720 sufrió una importante remodelación. El pueblo cuenta además con un antiguo convento del XVIII.
La construcción contemporánea más importante es la obra civil del Caminito del Rey, pendiente de ser restaurado. Se trata de una vertiginosa pasarela creada a principios del siglo XX en las paredes del Desfiladero de los Gaitanes para facilitar el tránsito de los obreros que trabajaban en la central hidroeléctrica.