Lleida revela su patrimonio arqueológico oculto

El pasado romano y medieval de la ciudad de Lleida que yace oculto debajo de calles y plazas, o incluso en los bajos de edificios tan concurridos como el auditorio municipal, es el 'leitmotiv' de las visitas guiadas de la ruta bautizada como Lleida Secreta. La actividad es gratuita y tiene lugar todos los sábados a las 17.30 horas. Las plazas están limitadas a 20 por visita, por lo que el Ayuntamiento recomienda hacer una reserva previa.

Lleida Secreta se articula a través de tres puntos de interés: el Auditori Enric Granados, los restos de la muralla de la calle Anselm Clavé y, desde este año, también las adoberías de la rambla Ferran. Esta última parada se ha podido incorporar a la ruta a raíz de la recuperación del espacio para hacerlo visitable. Sin embargo, a lo largo del recorrido la descubierta se completa con otras muchas visitas y comentarios, como los restos del ábside de una iglesia medieval en la plaza Sant Joan o los de unos baños, que se ocultan en el mismo Palau de la Paeria.

La ruta se estrenó en 2008 y desde entonces ha ido incorporando paradas a medida que se recuperaban y hacían visitables más restos arqueológicos de la ciudad. La última incorporación han sido, precisamente, las adoberías de la rambla Ferran.

El punto de salida es el auditorio, en cuyos bajos se pueden ver restos de la muralla de la ciudad y donde los visitantes son introducidos al pasado romano y medieval de la ciudad. Desde allí la ruta sigue hacia la calle Anselm Clavé, donde se ocultan más restos de la muralla. En concreto, en este punto se puede ver un tramo de hasta 32 metros lineales del siglo XIV, pero también hay fragmentos de época feudal anterior, del siglo XII, y de época andalusí, de los siglos IX y X.

Finalmente, en el número 9 de la rambla Ferran se pueden contemplar las adoberías más antiguas del Estado y unas de las que mejor se han conservado. Son las únicas en las que todavía se puede ver el ciclo original que seguía el agua en el proceso de tratamiento de las pieles en la edad media.

Durante el camino se conocen más detalles y se conciencia al visitante de la importancia del patrimonio arqueológico, como por ejemplo con la reflexión, en la plaza Sant Joan, acerca de la construcción de un aparcamiento subterráneo en el año 1975. Dicha obra ha facilitado considerablemente el acceso a la zona, pero se hizo sin tener en cuenta los restos de la iglesia medieval, del siglo XIII aproximadamente, por lo que nunca se ha podido concretar la funcionalidad del ábside que se conserva y que se puede ver durante la ruta. Otro de los puntos de interés que se visitan son los restos de unos baños en el Palau de la Paeria, fechados entre los siglos IX y X.

La visita dura en total unas dos horas y se enmarca en las actividades patrocinadas por el Pla de Barris de Noguerola. Algunos de los puntos por los que discurre, como por ejemplo las adoberías, se pueden visitar de forma individual. Sin embargo, el hecho diferencial de Lleida Secreta es precisamente la contextualización que hace de todos los restos y la relación entre unos y otros.

La actividad no se ofrece durante todo el año, por lo que las personas interesadas en descubrir estos restos arqueológicos ocultos tienen hasta el 17 de diciembre para hacerlo.