Hallan en la Catedral posibles restos del ábside gótico de la Capilla Real (Sevilla)
11/11/11 .- http://www.abcdesevilla.es
En las excavaciones han aparecido dos trozos de muro muy delimitados que serían parte de aquella construcción
La hipótesis de que la Capilla Real hubiera podido contar con un ábside gótico cobra cada día más fuerza a tenor de los resultados que están deparando los trabajos arqueológicos que se llevan a cabo en esta parte de la Catedral. El levantamiento de la solería para su restauración se está aprovechando para desarrollar, a la par, una labor de investigación en el subsuelo que, hasta la fecha, no había sido posible y que está desvelando parte de su pasado. De esta manera, si hace escasas fechas algunos indicios aparecidos en la Capilla Real hacían pensar en la ubicación de una posible nueva tumba de San Fernando, anterior a la actual, ahora el hallazgo de restos de dos muros de sillares laterales perfectamente delimitados alimenta la tesis sobre la existencia de un antiguo ábside gótico, un controvertido elemento arquitectónico sobre el que no había unanimidad entre los expertos.
El maestro mayor de la Catedral y autor del proyecto de restauración, Alfonso Jiménez, se muestra prudente con el hallazgo, pese a que él ha sido uno de los defensores de la hipótesis que ahora se plantea. «Cabe la posibilidad de que fueran dos estribos sin más, aunque están muy hondos, son descomunales y están muy bien terminados. La otra opción es que sea el ábside gótico y que lo que estamos viendo sea la entrada a una cripta, ya que una capilla real solía disponer de dos plantas: una, en la que se ubicaban las imágenes escultóricas y restos reales, y otra, donde se colocaban los cadáveres de otros miembros de la realeza. Creo, por tanto, que podríamos estar viendo la cara de un sótano que luego desmontaron casi totalmente o que nunca se terminó», relata Jiménez, quien avanza que va a seguir excavándose hacia la parte central para intentar resolver dicha incógnita.
El arquitecto conservador de la Catedral ha sostenido siempre la idea de que el ábside gótico de la Capilla Real fue un proyecto iniciado aunque no se ejecutó de forma completa. Jiménez apoya su argumentación en fragmentos conservados de la época así como en una documentación clave en su opinión, como un plano de 1537 que se guarda en la Casa de Pilatos y que hace referencia a un proyecto del cardenal Tavera para levantar una sacristía en la Capilla Real. Se hiciera finalmente o no, en el plano —del que existe además una copia en Toledo— se observa que el corte de los dos muros que ahora han visto la luz ya existía en aquel entonces, así como «un paso, que podría ser hacia una cripta», apunta el maestro mayor.
El culto a San Fernando
A partir de este momento, las excavaciones en esa zona van a ser determinantes para confirmar la existencia del ábside gótico, lo que vendría a documentar una etapa de la historia de este espacio de la Catedral del que sólo se conocían fragmentos, ya que «entre la primera capilla real, que se localizó en torno al actual altar mayor, y la actual, hay un cambio intermedio más corto, del que están apareciendo sus elementos», señala Alfonso Jiménez, para el que toda la información que está aflorando es indicativa también de un hecho indiscutible: «Los datos que poseemos de hasta tres etapas distintas en la vida de la capilla vienen a demostrar que el culto a San Fernando ha sido muy importante y sentido en Sevilla desde el principio. Las distintas obras acreditan tal interés hasta alcanzar las dimensiones de la Capilla Real que actualmente conocemos».
Con toda probabilidad, estos descubrimientos van a obligar a apurar hasta su tope máximo —septiembre de 2012— los plazos previstos para la reposición total de la solería. A partir de esa fecha, fijada como límite por el Cabildo, la Capilla Real recuperará su actividad normal y su fisonomía, «con sus desniveles, sus rejas... todo idéntico, pero mejor, ya que el suelo, que presentaba un pésimo estado, va a ser restaurado», concluye Jiménez.
El rosetón se restaurará sin salir de la Catedral
Ayer finalizó el levantamiento del rosetón central de la solería de la Capilla Real, una labor que se ha realizado retirando poco a poco cada una de las partes que lo integran, lo que permitirá investigar la hipótesis de la existencia de una tumba de San Fernando desconocida hasta ahora. Al contrario que el resto de las losetas, las piezas de este rosetón van a ser restauradas sin salir de la Catedral, para lo que se va a habilitar una zona en el Trascoro, donde se llevarán a cabo los trabajos pertinentes de forma que cualquier visitante del Templo podrá observarlos.
La hipótesis de que la Capilla Real hubiera podido contar con un ábside gótico cobra cada día más fuerza a tenor de los resultados que están deparando los trabajos arqueológicos que se llevan a cabo en esta parte de la Catedral. El levantamiento de la solería para su restauración se está aprovechando para desarrollar, a la par, una labor de investigación en el subsuelo que, hasta la fecha, no había sido posible y que está desvelando parte de su pasado. De esta manera, si hace escasas fechas algunos indicios aparecidos en la Capilla Real hacían pensar en la ubicación de una posible nueva tumba de San Fernando, anterior a la actual, ahora el hallazgo de restos de dos muros de sillares laterales perfectamente delimitados alimenta la tesis sobre la existencia de un antiguo ábside gótico, un controvertido elemento arquitectónico sobre el que no había unanimidad entre los expertos.
El maestro mayor de la Catedral y autor del proyecto de restauración, Alfonso Jiménez, se muestra prudente con el hallazgo, pese a que él ha sido uno de los defensores de la hipótesis que ahora se plantea. «Cabe la posibilidad de que fueran dos estribos sin más, aunque están muy hondos, son descomunales y están muy bien terminados. La otra opción es que sea el ábside gótico y que lo que estamos viendo sea la entrada a una cripta, ya que una capilla real solía disponer de dos plantas: una, en la que se ubicaban las imágenes escultóricas y restos reales, y otra, donde se colocaban los cadáveres de otros miembros de la realeza. Creo, por tanto, que podríamos estar viendo la cara de un sótano que luego desmontaron casi totalmente o que nunca se terminó», relata Jiménez, quien avanza que va a seguir excavándose hacia la parte central para intentar resolver dicha incógnita.
El arquitecto conservador de la Catedral ha sostenido siempre la idea de que el ábside gótico de la Capilla Real fue un proyecto iniciado aunque no se ejecutó de forma completa. Jiménez apoya su argumentación en fragmentos conservados de la época así como en una documentación clave en su opinión, como un plano de 1537 que se guarda en la Casa de Pilatos y que hace referencia a un proyecto del cardenal Tavera para levantar una sacristía en la Capilla Real. Se hiciera finalmente o no, en el plano —del que existe además una copia en Toledo— se observa que el corte de los dos muros que ahora han visto la luz ya existía en aquel entonces, así como «un paso, que podría ser hacia una cripta», apunta el maestro mayor.
El culto a San Fernando
A partir de este momento, las excavaciones en esa zona van a ser determinantes para confirmar la existencia del ábside gótico, lo que vendría a documentar una etapa de la historia de este espacio de la Catedral del que sólo se conocían fragmentos, ya que «entre la primera capilla real, que se localizó en torno al actual altar mayor, y la actual, hay un cambio intermedio más corto, del que están apareciendo sus elementos», señala Alfonso Jiménez, para el que toda la información que está aflorando es indicativa también de un hecho indiscutible: «Los datos que poseemos de hasta tres etapas distintas en la vida de la capilla vienen a demostrar que el culto a San Fernando ha sido muy importante y sentido en Sevilla desde el principio. Las distintas obras acreditan tal interés hasta alcanzar las dimensiones de la Capilla Real que actualmente conocemos».
Con toda probabilidad, estos descubrimientos van a obligar a apurar hasta su tope máximo —septiembre de 2012— los plazos previstos para la reposición total de la solería. A partir de esa fecha, fijada como límite por el Cabildo, la Capilla Real recuperará su actividad normal y su fisonomía, «con sus desniveles, sus rejas... todo idéntico, pero mejor, ya que el suelo, que presentaba un pésimo estado, va a ser restaurado», concluye Jiménez.
El rosetón se restaurará sin salir de la Catedral
Ayer finalizó el levantamiento del rosetón central de la solería de la Capilla Real, una labor que se ha realizado retirando poco a poco cada una de las partes que lo integran, lo que permitirá investigar la hipótesis de la existencia de una tumba de San Fernando desconocida hasta ahora. Al contrario que el resto de las losetas, las piezas de este rosetón van a ser restauradas sin salir de la Catedral, para lo que se va a habilitar una zona en el Trascoro, donde se llevarán a cabo los trabajos pertinentes de forma que cualquier visitante del Templo podrá observarlos.
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