El patrimonio enferma con el olvido (Segovia)
21/8/11 .- http://www.elnortedecastilla.es
Quince bienes segovianos figuran en la Lista Roja de monumentos amenazados de ruina que confecciona la asociación Hispania Nostra. La Fundación Patrimonio Histórico llevó a cabo a lo largo del año pasado 46 intervenciones en toda la comunidad
Ni mejor que peor que cuando empezó el año. El encefalograma es plano y las radiografías a las que se han sometido los enfermos no revelan ningún síntoma de alivio o mejoría. Aguardan su rehabilitación mientras languidecen en el abandono, la ruina y el olvido. Antiguas fortalezas, vetustos castillos, murallas, ermitas, iglesias, conventos, monasterios, palacetes medievales o casonas de nobles de antaño se levantan casi derruidos y maltrechos en diversos rincones de un territorio que hace del patrimonio su aparentemente saludable bandera histórica y turística. Muchos de esos enclaves apenas se tienen en pie, son esqueletos arquitectónicos que requieren de cuidados intensivos urgentes para poder recobrar su esplendor y el sano aspecto que lucieron en otros tiempos.
Esta misma semana el deán de la Catedral de Segovia, Ángel García Rivilla, recurría al símil clínico para precisar que, dentro de la buena nueva que representa el avance en las obras de restauración que se acometen en la seo de la capital (y que acabarán en noviembre), el templo aún tiene «una parte enferma», en alusión a la nave central, «que está necesitada de unas vitaminas, que tienen un nombre y es una restauración». Señaló que esas obras las llevarán a cabo la Junta de Castilla y León y el Cabildo, financiando un 50% respectivamente. «Ojalá se pudiera acometer antes de finalizar el 2011», deseó el responsable eclesiástico.
Por su parte, la última radiografía hecha por la asociación sin ánimo de lucro Hispania Nostra revela un leve empeoramiento del estado de salud del patrimonio autonómico desde que comenzara el año hasta el día de hoy. La gravedad es tal que Castilla y León ostenta el dudoso honor de ser la comunidad española con más monumentos naturales y arquitectónicos en peligro de desaparición. Están enfermos por el abandono y el deterioro y conforman la llamada Lista Roja, un informe que gana en sonrojo y alarma.
Hace tres años, la nómina de los edificios o parajes naturales amenazados no llegaba a ochenta bienes. Ahora la pandemia del olvido se ha extendido a 135 enclaves sobre los que pende la espada de la desaparición en la región. En los albores del curso eran seis menos. Y eso que en los últimos meses la organización ha retirado de su relación de alerta algunos monumentos que estaban en esa UVI patrimonial, como son los castillos de Mota del Marqués y San Pedro de Latarce (ambos en Valladolid) o la soriana fortaleza de Osma. Esto solo quiere decir una cosa: que la patología del abandono avanza más rápidamente que las curas e inyecciones de rehabilitación que se buscan para frenar el deterioro.
Ni la vacuna de la declaración
Segovia también se ve aquejada por esta pandemia y que es el empobrecimiento de una parte de su vastísima riqueza patrimonial por culpa de la ruina y la desidia. La enfermedad no diferencia si el paciente es un bien civil, militar o sacro. Con respecto al verano pasado, Hispania Nostra ha detectado un nuevo enfermo a ingresar en la UVI de los tesoros segovianos. Es el Palacio de los Contreras, en la localidad de Laguna de Contreras. Ya figuraba a inicios de este curso. El informe señala que el expediente para que este inmueble del siglo XII sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) está en plena tramitación.
Ni esa vacuna de protección frente a los males inoculados sirve para librarse del virus. Basta ver el estado en el que se sostiene el palacio del Marqués de Revilla, en Navares de la Cuesta. El inmueble goza de la declaración de Patrimonio Histórico Artístico de Interés Provincial desde junio de 1977. Hispania Nostra segura en su análisis que está «abandonado». El Ayuntamiento de la localidad segoviana busca ayuda económica que haga posible su rehabilitación, precisa la asociación.
El paso del tiempo no perdona a esas catalogaciones. En Montejo de la Vega de la Serrezuela está el monasterio e iglesia de San Martín de Casuar. Como recuerda la organización, el conjunto arquitectónico es Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, según el Decreto 146/1997, de 10 de julio. Sin embargo, Hispania Nostra firma el diagnóstico de la afección: «progresiva ruina por las inclemencias y la vegetación que la cubre. Riesgo de expolio», sentencia el análisis de la asociación.
Otro ejemplo de abandono es el de la ermita románica de San Miguel, en Sacramenia, declarado Monumento Histórico Artístico desde 1983 y de la que apenas queda en pie la portada y los paramentos laterales. Las amenazas del vandalismo y del expolio también acechan al templo. De momento, parece que se iniciaron una maniobras de primeros auxilios para salvar y rehabilitar los vestigios con excavaciones arqueológicas, desescombros y el estudio de las pinturas deterioradas. Esos trabajos han parado sin tocar los restos de la ermita, que «siguen en estado lamentable», reza el análisis de Hispania Nostra.
La asociación advierte, precisamente, de que el desuso y descuido del patrimonio inmueble se ven azuzados en ocasiones por el ataque del hombre, que afea o destruye esta riqueza. Como botón de muestra basten los asaltos sufridos en forma de pintadas en algunos templos de la capital o las agresiones padecidas por los yacimientos arqueológicos de Domingo García.
En esta localidad se halla otro de los enfermos sobre los que llama la atención Hispania Nostra en Segovia. Se trata de otra joya del románico en «ruina progresiva por abandono». Es la ermita de San Isidro, emplazada en el cerro que lleva el nombre del santo labriego y cuyo valor arqueológico le hizo merecedor de la declaración de Bien de Interés Cultural. Tampoco le ha servido para huir del olvido.
Palencia, a la cabeza regional
El goteo de bienes afectados es constante en los últimos años. Aunque si cabe un consuelo, Segovia ocupa el quinto lugar de las provincia más damnificadas de la región, por detrás de Palencia, que acumula 25 enfermos en peligro de ruina; Soria, que registra diecinueve; Burgos, con dieciocho pacientes detectados, y León, que suma diecisiete monumentos cuyo estado ruinoso aguarda su rehabilitación en la UVI que plantea la asociación defensora del patrimonio.
El Estatuto de Autonomía proclama al legado patrimonial como uno de los valores esenciales de la comunidad; pero un recorrido por algunos de los vestigios que a duras penas se conservan en pie en la provincia hace pensar que tal pronunciamiento se queda en una somera declaración de intenciones. ¿Se trata de una cuestión económica? ¿No hay dinero para su restauración y su mantenimiento?
Cada vez son más las voces que se alzan contra el deterioro del patrimonio y la decadencia de la gestión cultural de este legado artístico y arquitectónico que salpica el paisaje rural de estos lares. Al igual que Hispania Nostra, la Asociación Amigos del Patrimonio es una de ellas, sobre todo a la hora de alertar de posibles desmanes en la capital segoviana.
Por su parte, la Fundación Patrimonio Histórico (FPH) hace lo que puede con los medios de los que dispone. A lo largo del año pasado, la institución efectuó 46 intervenciones en toda la comunidad, llegando a recuperar una decena de bienes culturales. La mejor medicina para aliviar los males que aquejan a los monumentos es el dinero para su restauración. La inversión realizada en 2010 por la fundación alcanzó los 2,7 millones de euros, aunque ya se sabe que, en estos casos, todo esfuerzo se queda corto para salvar la vida de todos aquellos tesoros, ya sean muebles o inmuebles, que agonizan.
En la provincia, este organismo concluyó el año pasado sus actuaciones en los sepulcros del presbiterio de la iglesia de San Esteban de Cuéllar.
Ni mejor que peor que cuando empezó el año. El encefalograma es plano y las radiografías a las que se han sometido los enfermos no revelan ningún síntoma de alivio o mejoría. Aguardan su rehabilitación mientras languidecen en el abandono, la ruina y el olvido. Antiguas fortalezas, vetustos castillos, murallas, ermitas, iglesias, conventos, monasterios, palacetes medievales o casonas de nobles de antaño se levantan casi derruidos y maltrechos en diversos rincones de un territorio que hace del patrimonio su aparentemente saludable bandera histórica y turística. Muchos de esos enclaves apenas se tienen en pie, son esqueletos arquitectónicos que requieren de cuidados intensivos urgentes para poder recobrar su esplendor y el sano aspecto que lucieron en otros tiempos.
Esta misma semana el deán de la Catedral de Segovia, Ángel García Rivilla, recurría al símil clínico para precisar que, dentro de la buena nueva que representa el avance en las obras de restauración que se acometen en la seo de la capital (y que acabarán en noviembre), el templo aún tiene «una parte enferma», en alusión a la nave central, «que está necesitada de unas vitaminas, que tienen un nombre y es una restauración». Señaló que esas obras las llevarán a cabo la Junta de Castilla y León y el Cabildo, financiando un 50% respectivamente. «Ojalá se pudiera acometer antes de finalizar el 2011», deseó el responsable eclesiástico.
Por su parte, la última radiografía hecha por la asociación sin ánimo de lucro Hispania Nostra revela un leve empeoramiento del estado de salud del patrimonio autonómico desde que comenzara el año hasta el día de hoy. La gravedad es tal que Castilla y León ostenta el dudoso honor de ser la comunidad española con más monumentos naturales y arquitectónicos en peligro de desaparición. Están enfermos por el abandono y el deterioro y conforman la llamada Lista Roja, un informe que gana en sonrojo y alarma.
Hace tres años, la nómina de los edificios o parajes naturales amenazados no llegaba a ochenta bienes. Ahora la pandemia del olvido se ha extendido a 135 enclaves sobre los que pende la espada de la desaparición en la región. En los albores del curso eran seis menos. Y eso que en los últimos meses la organización ha retirado de su relación de alerta algunos monumentos que estaban en esa UVI patrimonial, como son los castillos de Mota del Marqués y San Pedro de Latarce (ambos en Valladolid) o la soriana fortaleza de Osma. Esto solo quiere decir una cosa: que la patología del abandono avanza más rápidamente que las curas e inyecciones de rehabilitación que se buscan para frenar el deterioro.
Ni la vacuna de la declaración
Segovia también se ve aquejada por esta pandemia y que es el empobrecimiento de una parte de su vastísima riqueza patrimonial por culpa de la ruina y la desidia. La enfermedad no diferencia si el paciente es un bien civil, militar o sacro. Con respecto al verano pasado, Hispania Nostra ha detectado un nuevo enfermo a ingresar en la UVI de los tesoros segovianos. Es el Palacio de los Contreras, en la localidad de Laguna de Contreras. Ya figuraba a inicios de este curso. El informe señala que el expediente para que este inmueble del siglo XII sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC) está en plena tramitación.
Ni esa vacuna de protección frente a los males inoculados sirve para librarse del virus. Basta ver el estado en el que se sostiene el palacio del Marqués de Revilla, en Navares de la Cuesta. El inmueble goza de la declaración de Patrimonio Histórico Artístico de Interés Provincial desde junio de 1977. Hispania Nostra segura en su análisis que está «abandonado». El Ayuntamiento de la localidad segoviana busca ayuda económica que haga posible su rehabilitación, precisa la asociación.
El paso del tiempo no perdona a esas catalogaciones. En Montejo de la Vega de la Serrezuela está el monasterio e iglesia de San Martín de Casuar. Como recuerda la organización, el conjunto arquitectónico es Bien de Interés Cultural, con categoría de Monumento, según el Decreto 146/1997, de 10 de julio. Sin embargo, Hispania Nostra firma el diagnóstico de la afección: «progresiva ruina por las inclemencias y la vegetación que la cubre. Riesgo de expolio», sentencia el análisis de la asociación.
Otro ejemplo de abandono es el de la ermita románica de San Miguel, en Sacramenia, declarado Monumento Histórico Artístico desde 1983 y de la que apenas queda en pie la portada y los paramentos laterales. Las amenazas del vandalismo y del expolio también acechan al templo. De momento, parece que se iniciaron una maniobras de primeros auxilios para salvar y rehabilitar los vestigios con excavaciones arqueológicas, desescombros y el estudio de las pinturas deterioradas. Esos trabajos han parado sin tocar los restos de la ermita, que «siguen en estado lamentable», reza el análisis de Hispania Nostra.
La asociación advierte, precisamente, de que el desuso y descuido del patrimonio inmueble se ven azuzados en ocasiones por el ataque del hombre, que afea o destruye esta riqueza. Como botón de muestra basten los asaltos sufridos en forma de pintadas en algunos templos de la capital o las agresiones padecidas por los yacimientos arqueológicos de Domingo García.
En esta localidad se halla otro de los enfermos sobre los que llama la atención Hispania Nostra en Segovia. Se trata de otra joya del románico en «ruina progresiva por abandono». Es la ermita de San Isidro, emplazada en el cerro que lleva el nombre del santo labriego y cuyo valor arqueológico le hizo merecedor de la declaración de Bien de Interés Cultural. Tampoco le ha servido para huir del olvido.
Palencia, a la cabeza regional
El goteo de bienes afectados es constante en los últimos años. Aunque si cabe un consuelo, Segovia ocupa el quinto lugar de las provincia más damnificadas de la región, por detrás de Palencia, que acumula 25 enfermos en peligro de ruina; Soria, que registra diecinueve; Burgos, con dieciocho pacientes detectados, y León, que suma diecisiete monumentos cuyo estado ruinoso aguarda su rehabilitación en la UVI que plantea la asociación defensora del patrimonio.
El Estatuto de Autonomía proclama al legado patrimonial como uno de los valores esenciales de la comunidad; pero un recorrido por algunos de los vestigios que a duras penas se conservan en pie en la provincia hace pensar que tal pronunciamiento se queda en una somera declaración de intenciones. ¿Se trata de una cuestión económica? ¿No hay dinero para su restauración y su mantenimiento?
Cada vez son más las voces que se alzan contra el deterioro del patrimonio y la decadencia de la gestión cultural de este legado artístico y arquitectónico que salpica el paisaje rural de estos lares. Al igual que Hispania Nostra, la Asociación Amigos del Patrimonio es una de ellas, sobre todo a la hora de alertar de posibles desmanes en la capital segoviana.
Por su parte, la Fundación Patrimonio Histórico (FPH) hace lo que puede con los medios de los que dispone. A lo largo del año pasado, la institución efectuó 46 intervenciones en toda la comunidad, llegando a recuperar una decena de bienes culturales. La mejor medicina para aliviar los males que aquejan a los monumentos es el dinero para su restauración. La inversión realizada en 2010 por la fundación alcanzó los 2,7 millones de euros, aunque ya se sabe que, en estos casos, todo esfuerzo se queda corto para salvar la vida de todos aquellos tesoros, ya sean muebles o inmuebles, que agonizan.
En la provincia, este organismo concluyó el año pasado sus actuaciones en los sepulcros del presbiterio de la iglesia de San Esteban de Cuéllar.
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