Las obras en la Praza do Seminario dejan al descubierto la muralla de Mondoñedo

Las obras en la Praza do Seminario de Mondoñedo, que permitirán la mejora de su pavimento de acuerdo al proyecto de mejora del entorno de la catedral que incluye también obras en Fonte Vella, dejaron al descubierto 9,5 metros de la antigua muralla medieval que fortificaba la ciudad. El arqueólogo municipal, Abel Vigo, apuntó ayer que «ó excavar unha zanxa apareceron restos dunha parede antiga, unha vez limpos e definidos e segundo os datos previos sobre esta construcción constatase que se pode tratar da muralla que se contruiu para protexer a cidade no ano 1320».

Una vez descubiertos los primeros restos, Vigo explica que se procedió a desviar las zanjas hacia el terreno natural y posteriormente se fueron limpiando las piedras que iban apareciendo «ata que xa desapareceron os restos, posiblemente porque obras en anos anteriores xa acabaron con eles». Concretamente, se descubrieron dos trozos de muralla: uno de 1,5 metros y otro de 8 de largo, aunque de escasa altura.

Esta es la primera ocasión en la que hay constancia de que hayan aparecido restos de la antigua muralla mindoninse, aunque Vigo matiza que «poden ter aparecido noutros momentos, aínda que os achádegos non foron documentados de maneira oficial». Por lo que de ser así, sería la primera vez que en la ciudad se documenta de manera oficial el descubrimiento de esta fortificación.

Una vez comprobada la autenticidad del hallazgo, desde el Concello dieron aviso a Patrimonio. En un primer momento, las indicaciones del organismo autonómico apuntan a que los restos deben cubrirse con una fibra blanca especial para restos arqueológicos para aislarlos del terreno y volver a cubrirlos para conservarlos, una vez que ya fueron catalogados y registrados. «Esta é a súa primeira recomendación e é o que se soe facer nestes casos, xa que a súa conservación sería complicada si se deixan á vista, aínda que estamos á espera de que nos poda propoñer outra solución», indicó Vigo y añadió que desde el punto de vista histórico es un hallazgo «moi interesante, porque seguro que hai máis restos que poden ir surxindo en futuras obras que se podan facer na cidade», algo que permitiría ir documentando a partir de los hallazgos un periodo del pasado mindoniense.

Desde el Concello aseguraron ayer que la aparición de estos restos no condiciona para nada la marcha de las obras, que continuarán al ritmo previsto.

Características

La construcción de la muralla mindoniense, de unos 850 metros de perímetro, se debe al acuerdo entre el Obispado, el Cabildo y el Concello para construir una fortificación que protegiera la ciudad. Su recorrido rodearía lo que actualmente sería el casco histórico, aunque algunos edificios se quedarían fuera como el Seminario. Así empezaría en la Rúa da Fonte, pasaría por la Praza do Seminario, cruzaría hasta la calle Pascual Veiga e iría hacia el edificio del actual consistorio por la calle Pardo de Cela.

La muralla constaba de seis puertas según el medievalista Fernando López Alsina, que en sus investigaciones para su tesis doctoral estudió la historia de Mondoñedo, Viveiro y Ribadeo. Así, las entradas a la ciudad estarían en Fonte Vella, la Porta da Vila; en la calle Pascual Veiga, la Porta da Cruz; a la altura del Concello, la Porta de Angustias; entre Casas Novas y la calle Pardo de Cela, la Porta do Perixel; y a la altura del convento de las Concepcionistas, la Porta de Batiteles.

Estas cinco son las que el arqueólogo municipal tiene documentadas, aunque Alsina sitúa otra que estaría ubicada entre la de Batiteles y la Angustias.

La vigencia de esta construcción fue de muy pocos años porque el rápido crecimiento de la ciudad la fue dejando obsoleta. «Ó pouco de facerse xa estaba superada polas construccións e foise desintegrando pouco a pouco», explicó Vigo y añadió que «ata o século XIX non se empezaron a tirar as portas».

Sin embargo, a lo largo de ese siglo ya fueron desapareciendo también todas las puertas, siendo la última la Porta da Cruz, situada en la actual calle Pascual Veiga, y con ellas los últimos resquicios del pasado medieval mindoniense.