Una abogada dirigirá el Arqueológico con el asesoramiento técnico de García de Castro
19/4/11 .- http://www.lne.es
Diana Bernardo, jefa del Servicio de Protección y Régimen Jurídico de Cultura, fue elegida frente a dos arqueólogos y una técnica de museos
De los cuatro aspirantes a dirigir el Museo Arqueológico de Asturias que concurrieron a la convocatoria de la plaza -dos arqueólogos, una técnica de museos y una abogada-, la Consejería de Cultura ha optado por esta última, en la actualidad jefa del Servicio de Protección y Régimen Jurídico de la Dirección General de Turismo y Patrimonio Cultural del Principado. Según Cultura, la experiencia de Diana Bernardo «la capacita para la actuación del museo en el campo de la gestión de préstamos, seguros y depósitos de las colecciones, en el campo de la gestión de personal adscrito y de las relaciones institucionales con otros centros regionales que dependerán de este centro cultural».
En medios arqueológicos consultadas por este periódico se considera «errónea» la elección, si se tiene en cuenta que «se ha preferido a una abogada para dirigir un Museo Arqueológico en detrimento de dos arqueólogos y una técnica en museos». Algo similar deben pensar los sindicatos CC OO y Usipa, que ya han impugnado las bases de la convocatoria para la plaza de director basándose en el bajo perfil profesional de la misma.
Diana Bernardo era, como jefa del Servicio de Protección y Régimen Jurídico de la Dirección de Turismo y Patrimonio, la persona a la que el arqueólogo Ángel Villa y la anterior directora del Arqueológico, Elisa Llaneza, debían haber informado del hallazgo del material arqueológico oculto y abandonado en un zulo de la Campa Torres (Gijón), según los responsables de Cultura. Desde dicho servicio se consideró «falta de diligencia en la custodia de dicha información» haber informado antes al Ayuntamiento de Gijón, lo que le valió a Villa la apertura de un expediente disciplinario criticado de forma tajante por arqueólogos y profesores de toda España.
El nuevo organigrama del museo está encabezado por una directora, con perfil gerencial, que contará con la asistencia de un conservador especialista en materia arqueológica. La persona designada para desarrollar esta labor técnica será César García de Castro, como ya publicó LA NUEVA ESPAÑA el pasado mes de enero. El hasta ahora arqueólogo de la Consejería de Cultura será quien se encargue, de manera provisional, de lo que atañe al museo y sus colecciones. García de Castro desarrollará esta tarea en comisión de servicios ya que la plaza de conservador que ocupa es de nueva creación y, como tal, está sujeta a un procedimiento selectivo al que pueden optar otros funcionarios con ese mismo perfil profesional.
García de Castro es arqueólogo del área de Patrimonio de la Consejería de Cultura desde 2000. Participó en distintas excavaciones que abarcan desde el Paleolítico a la época altomedieval. En 1991 dirigió la campaña en San Miguel de Lillo que algunos años después extendería a Santa María del Naranco. En 1998 se hizo cargo de la campaña de excavaciones realizadas en la catedral de Oviedo. Su formación en el ámbito del arte prerrománico permite augurar «que el patrimonio medieval de Oviedo y Asturias podrá encontrar un buen tratamiento en el Museo Arqueológico», asegura la Consejería de Cultura.
El personal de dicho museo se completa con un arqueólogo, una ayudante de museos, una restauradora y cinco vigilantes.
De los cuatro aspirantes a dirigir el Museo Arqueológico de Asturias que concurrieron a la convocatoria de la plaza -dos arqueólogos, una técnica de museos y una abogada-, la Consejería de Cultura ha optado por esta última, en la actualidad jefa del Servicio de Protección y Régimen Jurídico de la Dirección General de Turismo y Patrimonio Cultural del Principado. Según Cultura, la experiencia de Diana Bernardo «la capacita para la actuación del museo en el campo de la gestión de préstamos, seguros y depósitos de las colecciones, en el campo de la gestión de personal adscrito y de las relaciones institucionales con otros centros regionales que dependerán de este centro cultural».
En medios arqueológicos consultadas por este periódico se considera «errónea» la elección, si se tiene en cuenta que «se ha preferido a una abogada para dirigir un Museo Arqueológico en detrimento de dos arqueólogos y una técnica en museos». Algo similar deben pensar los sindicatos CC OO y Usipa, que ya han impugnado las bases de la convocatoria para la plaza de director basándose en el bajo perfil profesional de la misma.
Diana Bernardo era, como jefa del Servicio de Protección y Régimen Jurídico de la Dirección de Turismo y Patrimonio, la persona a la que el arqueólogo Ángel Villa y la anterior directora del Arqueológico, Elisa Llaneza, debían haber informado del hallazgo del material arqueológico oculto y abandonado en un zulo de la Campa Torres (Gijón), según los responsables de Cultura. Desde dicho servicio se consideró «falta de diligencia en la custodia de dicha información» haber informado antes al Ayuntamiento de Gijón, lo que le valió a Villa la apertura de un expediente disciplinario criticado de forma tajante por arqueólogos y profesores de toda España.
El nuevo organigrama del museo está encabezado por una directora, con perfil gerencial, que contará con la asistencia de un conservador especialista en materia arqueológica. La persona designada para desarrollar esta labor técnica será César García de Castro, como ya publicó LA NUEVA ESPAÑA el pasado mes de enero. El hasta ahora arqueólogo de la Consejería de Cultura será quien se encargue, de manera provisional, de lo que atañe al museo y sus colecciones. García de Castro desarrollará esta tarea en comisión de servicios ya que la plaza de conservador que ocupa es de nueva creación y, como tal, está sujeta a un procedimiento selectivo al que pueden optar otros funcionarios con ese mismo perfil profesional.
García de Castro es arqueólogo del área de Patrimonio de la Consejería de Cultura desde 2000. Participó en distintas excavaciones que abarcan desde el Paleolítico a la época altomedieval. En 1991 dirigió la campaña en San Miguel de Lillo que algunos años después extendería a Santa María del Naranco. En 1998 se hizo cargo de la campaña de excavaciones realizadas en la catedral de Oviedo. Su formación en el ámbito del arte prerrománico permite augurar «que el patrimonio medieval de Oviedo y Asturias podrá encontrar un buen tratamiento en el Museo Arqueológico», asegura la Consejería de Cultura.
El personal de dicho museo se completa con un arqueólogo, una ayudante de museos, una restauradora y cinco vigilantes.
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