«En las intervenciones hay que tener muy presente el uso posterior del monumento»

23/2/11 .- http://www.laopiniondezamora.es

«Debemos desterrar las obsesiones por convertir un edificio en una obra de un único estilo constructivo».

El catedrático de Historia del Arte de la Uned, Víctor Nieto Alcaide, inauguró ayer las sesiones teóricas del curso «El arte románico en Zamora. Reconstrucción y restauraciones» en el Colegio Universitario.



-¿Por qué la temática de la reconstrucción centra esta séptima edición?


-Me agrada que sea la edición número siete porque no es muy frecuente que exista en una ciudad una formación sobre un arte y que cuente con gran demanda. Figuro como director, pero quienes realizan la labor es el centro de Zamora y los profesores tutores. En este caso se dedica a la restauración, dado que es un tema muy importante, ya que la conservación, la idea de ella y su ejecución, afecta a todo nuestro patrimonio. Todo edificio ha sido objeto de intervenciones. Es un problema complejo que ha tenido un desarrollo a partir del largo del siglo XIX. Es intervenir en un organismo viviente y se puede actuar de muchas maneras. Así imaginemos suprimir el ábside de la Catedral de Zamora e inventemos uno románico para intentar devolver una unidad de estilo. Según las artes las restauraciones tienen sus pautas, normas y conductas. Vamos viendo los monumentos según el gusto de cada época porque no hay ninguna visión que sea igual a la del constructor original.


-Desde su punto de vista, ¿cómo ha llegado el Románico zamorano al momento actual?


-En general creo que bien. Se trata de un arte que tiene una conservación fácil porque las fábricas son de una gran solidez. No obstante, se han perdido pinturas por distintos motivos, como la colocación de retablos barrocos o bien porque se han encalado. Las fotografías nos muestran las intervenciones que a lo largo de la historia han tenido los monumentos zamoranos como el cimborrio cubierto en la Catedral, o en la Colegiata de Toro, que tenía medio cuerpo añadido al suyo a raíz del terremoto de Lisboa.


-Para usted, ¿qué pautas tienen que seguir las intervenciones?


-Se han establecido en diversos documentos, como las Cartas de Restauro de Venecia. Además del respeto no pueden suprimirse elementos valiosos porque no sean de la época del edificio. No sirve de nada una restauración si no va acompañado de un mantenimiento y una observación. En España se restaura, se abandona y cada vez vamos eliminando algo. Lo más lógico es llevar a cabo un mantenimiento cada dos o tres años y no esperar a que se caiga. Otro principio es que la intervención debe de hacerla un equipo que valore todos los aspectos. Además, no se pueden dar pautas generales, sino que cada edificio tiene una patología distinta. No hay enfermedades, sino enfermos, por lo que es fundamental tener los análisis, los diagnósticos y la ficha clínica de cada uno de los monumentos así como dejar constancia de lo que se ha hecho en cada caso.


-¿Cuáles son los principales problemas que se han generado en las restauraciones, principalmente en las románicas?


-Principalmente «el criterio del arqueólogo» que ha hecho que se eliminen elementos. Por ejemplo en una intervención para sacar una bóveda románica se ha quitado una yesería barroca. Por esa filosofía podemos tirar una iglesia porque debajo hay un dolmen. Es un error universal. A ello se une las reinvenciones y las obsesiones por convertir a un monumento en una obra de un solo estilo. Un ejemplo es la Catedral León a la que se le empezó a suprimir elementos en la fachada porque no es gótica y se elimina una fachada plateresca, o bien en otrtos templos, suprimir los coros que estaban en el centro de las catedrales. También es un peligro el exceso de limpieza que modifica el color de la piedra y si se hacen varias restauraciones, cada vez se suprime algún elemento más. No se deben utilizar procedimientos agresivos en las restauraciones.


-Del Románico de Zamora destaca...


-Más que el número, la calidad porque es muy difícil hallar un conjunto similar. También la monumentalidad de algunos edificios como la Colegiata de Toro y la Catedral de Zamora. Hay que tener muy presente que las catedrales románicas, salvo la de Santiago, muchas se deshicieron y se sustituyeron por otras góticas. Son edificios de una estructura muy compleja y muy sofisticada. Ahora se están restaurando muchos templos en Zamora y la intervención se debe de plantear teniendo en cuenta su posterior finalidad.

Noticias relacionadas

Comenta la noticia desde Facebook

Comentarios

No hay comentarios.

Para escribir un comentario es necesario entrar (si ya es usuario registrado) o registrarse