La arqueología búlgara en 2010
18/2/11 .- http://antiguaymedieval.blogspot.com
El 14 de febrero, día en que los arqueólogos búlgaros celebran su fiesta profesional, en Sofía fue inaugurada la IV edición de la anual Exposición Aqueológica Nacional. A pesar de la crisis, en 2010 ellos siguieron investigando el rico acervo arqueológico que guarda la tierra búlgara.
Con el apoyo de las autoridades centrales y municipales, fueron estudiados unos 250 yacimientos arqueológicos, fechados desde el Paleolítico hasta el Renacimiento Nacional, siglos 18 y 19.
Elementos hallados en 50 de esos yacimientos se pueden ver en la sede del Instituto Nacional de Arqueología con museo, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria. Según explica el director de dicho centro, Ludmil Vagalinski, el instituto hace anualmente una detallada estadística de los sitios, las fechas de las prospecciones, la financiación, las instituciones participantes, las investigaciones interdisciplinarias realizadas, etc. Sabido es que muchas veces los arqueólogos son asistidos por especialistas de otras esferas del saber: metalurgos, químicos, biólogos…
"Las estadísticas permiten ver una tendencia sostenida al crecimiento de las prospecciones que llamamos "de salvamento" a lo largo del trayecto de grandes obras de infraestructura", explica el arqueológico. "Por otro lado, va disminuyendo gradualmente la parte de las investigaciones programadas, que de hecho son nuestras predilectas. Otra tendencia sostenida es la capacidad de Bulgaria Meridional de atraer en mayor grado la atención de los arqueólogos que la Bulgaria septentrional. La razón estriba una vez más en los proyectos infraestructurales: los de mayor alcance se ejecutan precisamente en la parte sur del país. El Norte y el litoral del mar Negro se rezagan en este sentido. Evidentemente, las intenciones de invertir allí son menores".
Con descubrimientos hechos en la temporada 2010 participan en la exposición en Sofía 25 museos capitalinos y provinciales. La muestra presenta hallazgos del interior de la gruta Kozárnika, en el noreste de Bulgaria… Son piezas de más de un millón de años de edad. En esa gruta, al igual que en muchas otras de la zona, trabajan equipos búlgaro-franceses. En la cueva Redaka, por ejemplo, han sido descubiertos instrumentos de piedra de chispa utilizados por el hombre primitivo hace 30 milenios. Hermosos recipientes tallados de esa misma piedra, fechados en el sexto milenio a. C., han sido descubiertos en proximidad a las aldeas de Hadzhidimitrovo y Sárnevo, en Bulgaria del sur. Son testimonio de la imaginativa y del potencial creativo de sus autores.
La Edad de Piedra de cobre está presente con adornos e interesantes figurillas de personas y animales. Pueden verse igualmente los instrumentos de piedra que utilizó el hombre en la más antigua mina de oro conocida, sita en Adá tepé, en el macizo montañoso del Ródope. Es una mina de más de 3500 años de edad. Un fragmento de una exquisita diadema de oro fue descubierto en un monumental túmulo tracio con cúpula en las inmediaciones de la aldea de Bratia Daskalovi.
Lo mencionado hasta aquí es una parte mínima de las muestras incluidas en esta exposición, que presenta también diversos artefactos de las capitales medievales de Bulgaria Pliska, Veliki Preslav y Tarnovo.
La arqueóloga Margarita Vaklinova habla de las prospecciones realizadas este año en Veliki Preslav: "Fueron hechos hallazgos muy interesantes, incluidos unos sellos de plomo magníficamente conservados de la correspondencia del soberano búlgaro Simeón (que gobernó Bulgaria del año 893 al 927). Encontramos asimismo exquisitas piezas artísticas fundidas. Hay artefactos de la gran basílica de la ciudad, objetos utilizados en la vida diaria, armas, una enorme cantidad de monedas de diferentes épocas, que testimonian la grandeza de Veliki Preslav y su importancia también en los siglos cuando dejó de ser capital de Bulgaria y fue objeto de múltiples saqueos por los bizantinos, los pechenegos y otros invasores. La ciudad se rindió ante las embestidas de los osmanlíes en los años 80 del siglo 14. Ello significó su fin, pero sus ruinas siguieron allí, dando testimonio de su existencia. Han sido descritas y pintadas por múltiples viajeros. La urbe fue saqueada por última vez en el siglo 17, cuando comenzó la edificación de fortalezas y surgió un nuevo poblado en la zona. Para aquellas fortalezas fueron utilizados los bloques de piedra de que había construido su capital el soberano búlgaro Simeón el Grande, cuya fama había cundido lejos allende las fronteras de Bulgaria."
Con el apoyo de las autoridades centrales y municipales, fueron estudiados unos 250 yacimientos arqueológicos, fechados desde el Paleolítico hasta el Renacimiento Nacional, siglos 18 y 19.
Elementos hallados en 50 de esos yacimientos se pueden ver en la sede del Instituto Nacional de Arqueología con museo, adscrito a la Academia de Ciencias de Bulgaria. Según explica el director de dicho centro, Ludmil Vagalinski, el instituto hace anualmente una detallada estadística de los sitios, las fechas de las prospecciones, la financiación, las instituciones participantes, las investigaciones interdisciplinarias realizadas, etc. Sabido es que muchas veces los arqueólogos son asistidos por especialistas de otras esferas del saber: metalurgos, químicos, biólogos…
"Las estadísticas permiten ver una tendencia sostenida al crecimiento de las prospecciones que llamamos "de salvamento" a lo largo del trayecto de grandes obras de infraestructura", explica el arqueológico. "Por otro lado, va disminuyendo gradualmente la parte de las investigaciones programadas, que de hecho son nuestras predilectas. Otra tendencia sostenida es la capacidad de Bulgaria Meridional de atraer en mayor grado la atención de los arqueólogos que la Bulgaria septentrional. La razón estriba una vez más en los proyectos infraestructurales: los de mayor alcance se ejecutan precisamente en la parte sur del país. El Norte y el litoral del mar Negro se rezagan en este sentido. Evidentemente, las intenciones de invertir allí son menores".
Con descubrimientos hechos en la temporada 2010 participan en la exposición en Sofía 25 museos capitalinos y provinciales. La muestra presenta hallazgos del interior de la gruta Kozárnika, en el noreste de Bulgaria… Son piezas de más de un millón de años de edad. En esa gruta, al igual que en muchas otras de la zona, trabajan equipos búlgaro-franceses. En la cueva Redaka, por ejemplo, han sido descubiertos instrumentos de piedra de chispa utilizados por el hombre primitivo hace 30 milenios. Hermosos recipientes tallados de esa misma piedra, fechados en el sexto milenio a. C., han sido descubiertos en proximidad a las aldeas de Hadzhidimitrovo y Sárnevo, en Bulgaria del sur. Son testimonio de la imaginativa y del potencial creativo de sus autores.
La Edad de Piedra de cobre está presente con adornos e interesantes figurillas de personas y animales. Pueden verse igualmente los instrumentos de piedra que utilizó el hombre en la más antigua mina de oro conocida, sita en Adá tepé, en el macizo montañoso del Ródope. Es una mina de más de 3500 años de edad. Un fragmento de una exquisita diadema de oro fue descubierto en un monumental túmulo tracio con cúpula en las inmediaciones de la aldea de Bratia Daskalovi.
Lo mencionado hasta aquí es una parte mínima de las muestras incluidas en esta exposición, que presenta también diversos artefactos de las capitales medievales de Bulgaria Pliska, Veliki Preslav y Tarnovo.
La arqueóloga Margarita Vaklinova habla de las prospecciones realizadas este año en Veliki Preslav: "Fueron hechos hallazgos muy interesantes, incluidos unos sellos de plomo magníficamente conservados de la correspondencia del soberano búlgaro Simeón (que gobernó Bulgaria del año 893 al 927). Encontramos asimismo exquisitas piezas artísticas fundidas. Hay artefactos de la gran basílica de la ciudad, objetos utilizados en la vida diaria, armas, una enorme cantidad de monedas de diferentes épocas, que testimonian la grandeza de Veliki Preslav y su importancia también en los siglos cuando dejó de ser capital de Bulgaria y fue objeto de múltiples saqueos por los bizantinos, los pechenegos y otros invasores. La ciudad se rindió ante las embestidas de los osmanlíes en los años 80 del siglo 14. Ello significó su fin, pero sus ruinas siguieron allí, dando testimonio de su existencia. Han sido descritas y pintadas por múltiples viajeros. La urbe fue saqueada por última vez en el siglo 17, cuando comenzó la edificación de fortalezas y surgió un nuevo poblado en la zona. Para aquellas fortalezas fueron utilizados los bloques de piedra de que había construido su capital el soberano búlgaro Simeón el Grande, cuya fama había cundido lejos allende las fronteras de Bulgaria."
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