El Patrimonio de la Comunidad de Madrid suma 1839 elementos protegidos en un año

Los catálogos de patrimonio de la Comunidad de Madrid suman 1.839 elementos protegidos en un año

El efecto multiplicador se ha logrado tras la ayuda del Gobierno regional a pueblo de menos de 2.000 habitantes para que revisen sus inventarios

Los catálogos de bienes y espacios protegidos de los ayuntamientos de la Comunidad de Madrid se han vuelto más voluminosos tras sumar 1.839 registros en un solo año. Esta cifra supone el 20% de los 9.018 elementos patrimoniales que hasta ahora se habían incorporado a los distintos inventarios municipales y que en conjunto suman ya un total de 10.857.

El efecto multiplicador se ha logrado mediante la asistencia técnica y económica de 126.000 euros que el Gobierno de Cristina Cifuentes ha prestado en 2017 a 41 pueblos de menos de 2.000 habitantes de los 70 que hay en toda la región. En los 29 restantes se hará lo propio antes del próximo mes de diciembre con una previsión presupuestaria similar.

«Hablamos de castillos, conventos, bodegas o yacimientos arqueológicos y paleontológicos protegidos como Bien de Interés Cultural o Patrimonial por imperativo de leyes estatales o autonómicas, pero también de fachadas, abrevaderos, escudos y todos aquellos elementos que, teniendo valor histórico, no entran en la categoría de BIC o BIP, y que también deben ser incluidos por los ayuntamientos en sus catálogos de bienes y espacios protegidos», explica la directora de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, Paloma Sobrini.

Según explica, el proceso comienza con «la visita al municipio y la inspección del ámbito que afecta, se habla con los funcionarios y con los lugareños, se estudian el Catastro y otros documentos y se van identificando y desenterrando los pequeños tesoros que siempre han estado ahí, pero que a menudo nadie ha tenido medios o tiempo para estudiar».

En la siguiente fase los técnicos analizan «cómo encaja cada elemento en las leyes que rigen la protección», para determinar su clasificación en alguna de las modalidades existentes. Esta información se plasma en un documento redactado o supervisado por la Dirección General de Patrimonio que sirve de base para actualizar el catálogo local.

El procedimiento culmina con la aprobación definitiva por parte de la Comunidad de Madrid, momento en el que pasa a formar parte de su normativa urbanística. «Lo más importante es que los responsables municipales y los ciudadanos han entendido la importancia de su patrimonio y por qué es necesario garantizar su conservación. La relación entre el Gobierno regional y los ayuntamientos se ha estrechado», puntualiza Sobrini.

Más que elementos concretos, en este procedimiento ha destacado la «tremenda cantidad» de bienes susceptibles de protección que han sido identificados. Es el caso de Madarcos, donde se ha pasado de un catálogo con nueve objetos a la localización e identificación de otros 56 «francamente interesantes».

Otros municipios donde se ha reforzado el atractivo patrimonial mediante este proceso son La Acebeda y Orusco de Tajuña, que han sumado respectivamente 73 y 69 nuevos bienes y espacios protegidos. «Son lugares poco conocidos, a diferencia por ejemplo de Patones, pero también auténticas joyas», señala Sobrini.

Municipios con "escasos medios"

A pesar de que la actualización de los catálogos es una obligación que corresponde a los ayuntamientos, la Comunidad de Madrid decidió poner en marcha a través de la Consejería de Cultura un plan de colaboración con las localidades que, «por sus escasos medios», necesitan ayuda para hacerlo. La Ley de Administración Local permite realizar esta labor de estudio «sin menoscabo de la autoridad municipal» en esta materia, que es quien debe determinar si el grado de protección de los bienes declarados de interés es total, singular, medioambiental o sólo de una fachada, entre otros aspectos.

Otra normativa de Patrimonio Histórico de 2013, ésta autonómica en vez de estatal, es la que establece la obligatoriedad de que los 179 municipios de Madrid revisen sus archivos patrimoniales, aunque no contempla ni un plazo determinado ni un régimen sancionador para los incumplidores. En dicho texto se regula específicamente la protección tanto de los elementos a los que se le atribuya un «valor excepcional» como los que no teniendo esta consideración sí «posean una especial significación histórica o artística y en tal sentido sean declarados».

Tras la actualización de los elementos susceptibles de ser protegidos en estos 41 municipios de menos de 2.000 habitantes y en otros más grandes como Las Rozas y Colmenar Viejo, la Comunidad ha pasado de 664 a 727 Bienes de Interés Cultural; de 2.137 a 2.476 Bienes de Interés Patrimonial; de 4.784 a 4.988 yacimientos documentados; y de 1.433 a 2.666 Bienes de Protección General.

«Catalogar, conservar y divulgar el patrimonio es esencial para conocer nuestro pasado, pero, sobre todo, para entender nuestro presente», señala Sobrini. «La inclusión de los elementos protegidos en los catálogos es la tabla de salvación de nuestro patrimonio», concluye.

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