Los arqueólogos encuentran restos anteriores al monasterio de Besalú (Girona)
7/3/16 .- http://www.lavanguardia.com/
Los arqueólogos encuentran restos anteriores al monasterio de Besalú (Girona)
El gran tamaño de los “muros robustos” que hacen más de un metro y que datarían de antes del siglo XIII, sorprenden los expertos
Los resultados del estudio que se ha llevado a cabo con georadar en el monasterio de Sant Pere de Besalú, en la Garrotxa (Girona), han confirmado la existencia de varios muros de grandes dimensiones de lo que posiblemente fue la iglesia que precedió al actual edificio. Los han encontrado a unos 70 centímetros de profundidad y los expertos sitúan estos restos antes del siglo XIII, posiblemente de la época románica por la sus grandes dimensiones.
Los muros hacen más de un metro y conforman un espacio rectangular, un hecho que los sorprendido. “Científicamente no podemos confirmarlo completamente porque no hemos encontrado el ábside de la antigua iglesia, que estaría bajo el ábside del monasterio actual, pero todos los indicios apuntan hacia este camino”, ha explicado el responsable de SOT Prospección Arqueológica , Roger Sala, que ha hecho el estudio. Aparte de un gran osario, en este misma zona también han localizado cinco tumbas que se corresponderían a familias acomodadas. Estos son unos resultados que aportan algo de luz ya que la documentación existente no habla de la forma ni de los elementos de la antigua iglesia.
A finales del pasado mes de enero, un equipo de expertos hizo un estudio con georradar que permitió detectar por primera vez los restos arqueológicos de lo que podría ser la iglesia que precedió al actual monasterio de Besalú. En ese momento, todo eran resultados preliminares pero los expertos estaban muy ilusionados y esperanzados con la idea de poder conocer y profundizar más en este descubrimiento.
Gran osario
Dos meses después, ya han finalizado estos estudios, que eran un encargo del Ayuntamiento de Besalú con el apoyo de la Diputació de Girona. Unos trabajos que también se han dado a conocer durante la conferencia de Roger Sala y Joan Frigola -autores del estudio-, dentro de los actos programados para la nueva edición de ‘Besalú, ciudad judía’ que se lleva a cabo este fin de semana.
Los resultados han permitido confirmar la existencia de unos muros de grandes dimensiones, muy robustos, de más de un metro (1,30 o 1,50 metros) situados en forma rectangular a unos 60 o 70 centímetros de profundidad, enterrados bajo el subsuelo del actual monasterio. Según Sala, las dimensiones de los muros concuerdan con las estructuras que se acostumbraban a hacer durante la época románica.
Paralelamente, tal y como había adelantado el pasado enero, se ha encontrado una gran osario situada en los laterales de la iglesia donde se acostumbraban a depositar los restos de los monjes que vivían en el monasterio y, además, cinco tumbas de familias acomodadas o poderosas del pueblo. “Se distinguen porque tienen una losa encima, tapando el agujero y en esta piedra normalmente se escribía el nombre de la familia”, explicó el jefe de SOT Prospección Arqueológica.
Cementerio judío
Por último, los estudios y prospecciones magnéticas que se han llevado a cabo en dos campos situados en el sureste del núcleo urbano de Besalú no han podido confirmar la existencia de un cementerio judío en este lugar. “Hemos encontrado herramientas, estructuras y divisiones de campo de cultivos antiguas, unas posibles silos -unos agujeros a tierra donde se almacenaba el grano- y otros elementos, pero no se ajustaban a lo que nos interesaba”, comentó Sala.
Sin embargo, en otra zona de estos campos de cultivo sí han detectado una serie de anomalías magnéticas a unos 80 centímetros de profundidad. Los arqueólogos creen que es en este espacio donde podría encontrarse el antiguo cementerio. Un cementerio que debería haber servido durante unos 200 años para enterrar a los miembros de la comunidad judía de los siglos XIII y XIV, una de las más importantes en la demarcación después de la de Girona.
”Creemos que no sólo sería un cementerio judío sino que es una zona donde se concentran indicios de trazas magnéticas variadas, de épocas diferentes, como ocupaciones otomanas o incluso de la época prehistórica”, explicó el responsable. A pesar de estos detalles, sólo excavando en la zona se podría dilucidar si lo que imaginan es verdaderamente real. Pero desde el consistorio no se contempla esta posibilidad entre otras cosas porque se trata de un terreno de un particular.
El gran tamaño de los “muros robustos” que hacen más de un metro y que datarían de antes del siglo XIII, sorprenden los expertos
Los resultados del estudio que se ha llevado a cabo con georadar en el monasterio de Sant Pere de Besalú, en la Garrotxa (Girona), han confirmado la existencia de varios muros de grandes dimensiones de lo que posiblemente fue la iglesia que precedió al actual edificio. Los han encontrado a unos 70 centímetros de profundidad y los expertos sitúan estos restos antes del siglo XIII, posiblemente de la época románica por la sus grandes dimensiones.
Los muros hacen más de un metro y conforman un espacio rectangular, un hecho que los sorprendido. “Científicamente no podemos confirmarlo completamente porque no hemos encontrado el ábside de la antigua iglesia, que estaría bajo el ábside del monasterio actual, pero todos los indicios apuntan hacia este camino”, ha explicado el responsable de SOT Prospección Arqueológica , Roger Sala, que ha hecho el estudio. Aparte de un gran osario, en este misma zona también han localizado cinco tumbas que se corresponderían a familias acomodadas. Estos son unos resultados que aportan algo de luz ya que la documentación existente no habla de la forma ni de los elementos de la antigua iglesia.
A finales del pasado mes de enero, un equipo de expertos hizo un estudio con georradar que permitió detectar por primera vez los restos arqueológicos de lo que podría ser la iglesia que precedió al actual monasterio de Besalú. En ese momento, todo eran resultados preliminares pero los expertos estaban muy ilusionados y esperanzados con la idea de poder conocer y profundizar más en este descubrimiento.
Gran osario
Dos meses después, ya han finalizado estos estudios, que eran un encargo del Ayuntamiento de Besalú con el apoyo de la Diputació de Girona. Unos trabajos que también se han dado a conocer durante la conferencia de Roger Sala y Joan Frigola -autores del estudio-, dentro de los actos programados para la nueva edición de ‘Besalú, ciudad judía’ que se lleva a cabo este fin de semana.
Los resultados han permitido confirmar la existencia de unos muros de grandes dimensiones, muy robustos, de más de un metro (1,30 o 1,50 metros) situados en forma rectangular a unos 60 o 70 centímetros de profundidad, enterrados bajo el subsuelo del actual monasterio. Según Sala, las dimensiones de los muros concuerdan con las estructuras que se acostumbraban a hacer durante la época románica.
Paralelamente, tal y como había adelantado el pasado enero, se ha encontrado una gran osario situada en los laterales de la iglesia donde se acostumbraban a depositar los restos de los monjes que vivían en el monasterio y, además, cinco tumbas de familias acomodadas o poderosas del pueblo. “Se distinguen porque tienen una losa encima, tapando el agujero y en esta piedra normalmente se escribía el nombre de la familia”, explicó el jefe de SOT Prospección Arqueológica.
Cementerio judío
Por último, los estudios y prospecciones magnéticas que se han llevado a cabo en dos campos situados en el sureste del núcleo urbano de Besalú no han podido confirmar la existencia de un cementerio judío en este lugar. “Hemos encontrado herramientas, estructuras y divisiones de campo de cultivos antiguas, unas posibles silos -unos agujeros a tierra donde se almacenaba el grano- y otros elementos, pero no se ajustaban a lo que nos interesaba”, comentó Sala.
Sin embargo, en otra zona de estos campos de cultivo sí han detectado una serie de anomalías magnéticas a unos 80 centímetros de profundidad. Los arqueólogos creen que es en este espacio donde podría encontrarse el antiguo cementerio. Un cementerio que debería haber servido durante unos 200 años para enterrar a los miembros de la comunidad judía de los siglos XIII y XIV, una de las más importantes en la demarcación después de la de Girona.
”Creemos que no sólo sería un cementerio judío sino que es una zona donde se concentran indicios de trazas magnéticas variadas, de épocas diferentes, como ocupaciones otomanas o incluso de la época prehistórica”, explicó el responsable. A pesar de estos detalles, sólo excavando en la zona se podría dilucidar si lo que imaginan es verdaderamente real. Pero desde el consistorio no se contempla esta posibilidad entre otras cosas porque se trata de un terreno de un particular.
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