La Junta impide a Urbanismo hacer las catas arqueológicas en el Astoria (Málaga)

La Junta impide a Urbanismo hacer las catas arqueológicas en el Astoria (Málaga)

Cultura exige al Ayuntamiento que antes defina el proyecto a ejecutar sobre la manzana

La apuesta del Ayuntamiento de Málaga por transformar la manzana de los antiguos cines Astoria y Victoria, tras adquirirla por unos 21 millones de euros, se topa con un nuevo revés: la negativa de la Junta de Andalucía a autorizar las catas arqueológicas previstas en parte de la parcela. La oposición de la Consejería de Cultura, que tiene que dar luz verde a esta iniciativa por tratarse de un inmueble situado en el Centro histórico, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), se viene alargando desde el pasado 19 de enero, fecha en la que se produjo la notificación.

Desde ese momento, según relató el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, los responsables del departamento de Arqueología del Consistorio mantienen abierta una vía de diálogo con el objetivo de levantar este reparo. Este periódico contactó con la Administración regional para conocer su versión de los hechos, sin que hasta ayer hubiese una respuesta.

De acuerdo con las explicaciones dadas por el edil del PP, el no de Cultura se basa en la exigencia de que antes de poder impulsar los sondeos arqueológicos en la finca el Ayuntamiento ha de darle conocimiento del proyecto que contempla para el mencionado espacio. Un interrogante que, casi cinco años después de la compra a su propietario anterior, Baensa, sigue sin tener respuesta. "Lo que nos dice Cultura es que para poder hacer las catas tenemos que tener el proyecto; ahora estamos buscando otro lugar alternativo para ver como podemos hacer las catas sin tener el proyecto", expuso.

El anuncio de la realización de los citados sondeos correspondió al alcalde, Francisco de la Torre, cuando informó de que Urbanismo iba a sacar a concurso el estudio arqueológico de parte del terreno, con un coste próximo a los 200.000 euros. La actuación se iba a circunscribir exclusivamente a la edificación antaño ocupada por el cine Victoria, es decir, la localizada más al norte de la pastilla, junto a Casas de Campos. Estas catas se iban a sumar a las que en su día ya realizó Baensa, en el marco del proyecto residencial que contemplaba para la manzana, en el Astoria. En caso de que finalmente se dé luz verde a los mencionados estudios del subsuelo, parece probable que los mismos vayan acompañados de la demolición de la parte del antiguo cine Victoria dado el mal estado del mismo y la necesidad de preservar la seguridad de los arqueólogos.

Los responsables municipales admiten la existencia desde hace meses de un pliego de condiciones "muy avanzado" para sacar a concurso la concesión administrativa del inmueble, de manera que sea un socio privado el que asuma los costes de demolición integral del edificio y el levantamiento de uno nuevo. A cambio, tendrá derecho a la explotación comercial de parte del techo edificable. Ello con el condicionante de que al menos 1.000 metros cuadrados de la nueva construcción ha de ser reservada para la ampliación de la Casa Natal Pablo Ruiz Picasso.

Si bien Pomares niega que el no de la Junta esté lastrando de manera significativa el movimiento del equipo de gobierno en busca de un inversor en la parcela, la realidad es que la ejecución de las catas es clave para poder acelerar los plazos y conocer en detalle la existencia o no de restos en el subsuelo de la parcela. Y ello, a su vez, es crucial para perfilar los detalles finales de la actuación futura, dado que limitará o no la posibilidad de contemplar la construcción de plazas de aparcamiento subterráneas u otros usos.

Entre tanto, la Gerencia de Urbanismo sigue adelante con la vía abierta en colaboración con el Colegio de Arquitectos para convocar concurso de ideas mediante el que perfilar el diseño arquitectónico del inmueble a levantar sobre el terreno. Pero no sólo, ya que Pomares aseguró que los que participen en ese concurso podrán igualmente plantear posibles usos para el equipamiento futuro, siempre dentro de los parámetros permitidos por el actual planeamiento urbanístico.

"El concurso es sobre todo para llamar la atención. Nosotros teníamos un pliego y de las propuestas que hemos recibido hasta el momento ninguna nos convencía; por eso la estrategia ahora es hacer un concurso que atraiga a arquitectos internacionales y que puedan traer de la mano a inversores", señala Pomares. "Es una forma de llamar la atención sobre esta parcela", apostilló.

Sin embargo, como ya publicó este periódico el pasado sábado, los arquitectos ponen condiciones para avalar esta actuación. La principal queja está relacionada, justamente, con la idea municipal del que el concurso no sólo incluya el diseño del edificio, sino también los usos y la viabilidad económica de la propuesta. Algo que a juicio del decano del colectivo, Francisco Sarabia, puede suponer que se premie un mal proyecto arquitectónico que sea viable económicamente frente a otro que primer la calidad del edificio.