La despoblación, «enemiga» del románico de Segovia

La despoblación, «enemiga» del románico de Segovia

La Fundación Santa María la Real reúne en una guía 400 vestigios repartidos en la provincia
El desconocimiento se alía con la dispersión a la hora de representar los «enemigos» de la conservación

«Los edificios románicos en Segovia son legión. Fábricas de todas las envergaduras que salpican sus comarcas naturales: desde Tierra de Pinares al piedemonte del Sistema Central y desde las medievales llanuras de Arévalo y la sierra de Malagón hasta la de Ayllón». Con esta descripción genérica de la cantidad y variedad de ejemplos románicos que abundan en la geografía provincial, José Luis Hernando introduce al lector en la profusa guía editada por la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico.

Esta obra se suma a la colección que comenzó en 2006, que incluye las provincias de Burgos, León, Soria, Zamora, Valladolid y Palencia.

El autor presentó este lunes la obra. Estuvo acompañado por el director del Centro de Estudios del Románico, Jaime Nuño; el historiador y director de la Real Academia de Arte e Historia, Antonio Ruiz, y Teodoro Hernández, responsable de Relaciones Institucionales de Cajamar, entidad que ha colaborado en que este ejemplar vea la luz.

La Fundación Santa María la Real afianza así su compromiso de divulgación, en este caso referido a «un patrimonio amplio, variopinto y excepcional». Y además lo promulga de una forma «accesible y sugerente», tal y como hizo hincapié Nuño. No en vano existe una amplísima historiografía. El libro recopila en 450 páginas los 400 vestigios románicos catalogados hasta el momento en territorio segoviano y los ilustra con 850 imágenes pertenecientes a los fondos de la fundación. Recorre desde la A hasta la Z los municipios en los que se localizan estos bienes. «Cada testimonio es analizado de manera minuciosa siguiendo una triple clasificación, la artística, histórica y la alfabética, lo que facilita la comprensión del lector», explican los promotores de la obra 'Segovia. Todo el románico', de la que han visto la luz 1.500 ejemplares.

«Una hermosa mozuela»

En cuanto al estado en el que se halla todo este patrimonio, el autor comentó con cierta gracia que «para la edad que tiene, se conserva como una hermosa mozuela». Las comparaciones son odiosas, pero sí José Luis Hernando sí subrayó que el románico segoviano «cuenta con entidad suficiente para ser uno de los principales conjuntos europeos» y es «uno de los grandes conjuntos del arte románico peninsular».

El historiador profundizó y especificó que el románico que se encuentra en la provincia «tiene la virtud de agrupar múltiples influencias». Por ejemplo, «está emparentado con el arte abulense, soriano, aragonés o riojano y se llega a nutrir incluso de elementos más allá de los Pirineos». Por esas vinculaciones, el autor apostilló que «sería demasiado localista hablar de un románico exclusivamente segoviano, que sin embargo sí tiene su corazoncito».

La falta de una singularidad se opone a algunas formas particulares de ornamentación y de forja que se observa en algunos testimonios catalogados en la provincia. De sonsacar una característica más o menos común, el director del Centro de Estudios del Románico citó «las corazas calizas» en la enumeración los materiales que se observan. También la argamasa de ladrillo que va a salpicar la geografía segoviana entre los siglos XII y XIII. Aún así, las técnicas son poco menos que infinitas, añadió Nuño.

«Un drama preocupante»

Lo que une al románico segoviano con el de Castilla y León y con el de España son los «enemigos» que ponen el peligro su conservación. Esas amenazas se concretan en «el desconocimiento y la despoblación», aseveraron los expertos. El argumento es sencillo: si en un pueblo vive poca gente, los templos registran menos uso y además la vigilancia es menor, un panorama que favorece las fechorías de ladrones y vándalos. Como reiteró Nuño, la despoblación es un «drama» especialmente «preocupante» en la región.

Por otra lado, está el desconocimiento. La divulgación es el arma fundamental que esgrime la fundapara combatir este mal. Al respecto, afirmó que el hecho de conocer el patrimonio artístico favorece que sea visitado, lo que a su vez ayuda a crear la demanda social necesaria para fomentar su mantenimiento.