La otra tragedia Siria: un patrimonio en peligro
25/5/15 .- http://www.elancasti.com.ar/
La otra tragedia Siria: un patrimonio en peligro
La destrucción del patrimonio cultural es uno de los aspectos más ocultos de la guerra que desangra a Siria, mientras los robos y la destrucción se suceden, esta situación sale a la luz tras la conquista esta semana de la milenaria ciudad de Palmira.
"Es una catástrofe mundial. Estamos ante un combate cultural contra unos bárbaros. Esperamos que la crisis termine pronto para salvar este patrimonio, que no es del gobierno o de los rebeldes, es de todos y si lo perdemos todos perdemos", le dijo a Télam el director general de Antigüedades y Museos de Siria, Maamoun Abdulkarim, en una entrevista telefónica.
"Soy muy pesimista y estoy verdaderamente muy triste. Nunca pensé que el EI iba a llegar hasta Palmira. Lo veía como algo imposible, pero ya están aquí y el riesgo de perder toda esa historia tan rica me llena de tristeza", expresó.
Palmira, una antigua ciudad nabatea situada en el desierto de Siria, en la actual provincia de Homs, que data de hace casi 2.000 años y donde reinó Zenobia, la Cleopatra de Siria, también se encuentra en peligro.
Las ruinas de Palmira son uno de los seis sitios de Siria declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. También se distinguen los cascos viejos de Alepo, Damasco y Busra, el Crac de los Caballeros, ya dañado, y las aldeas antiguas del norte.
De manera más o menos inmediata, todos estos lugares se encuentran actualmente amenazados por la cada vez más compleja y profunda guerra civil en Siria, que tras cuatro años de combates ya provocó más de 220.000 muertos y forzó a cerca de la mitad de la población a abandonar sus casas, según la ONU.
"Hasta el momento no hay presencia de combatientes del EI en los alrededores de la zona arqueológica, pero si en el centro de la ciudad, donde no hay electricidad y escasea el agua. Los civiles no pueden huir, son rehenes de estos salvajes", remarcó Abdulkarim.
Mientras los yihadistas del EI se encuentran en Palmira -desde el miércoles- hoy izaron su bandera sobre la ciudadela que domina la ciudad y ya se apoderaron del reconocido museo, hasta hace poco principal centro de interés turístico del histórico lugar junto a las ruinas.
"El controla el museo de Palmira, donde sus hombres hacen guardia en los alrededores. Sabemos que han hecho destrozos menores, pero no mucho más porque el museo esta prácticamente vacío", expresó.
"En las últimas semanas, las esculturas, objetos y algunas columnas del sitio protegido fueron desplazadas por civiles y soldados del Ejercito, apoyados por camiones y aviones, a un lugar seguro y secreto dentro de Siria", confió el funcionario de la DGAM.
"Obviamente no vamos a dar indicios de las zonas donde hemos escondido estos tesoros, pero están protegidos por nuestro gobierno, que presta un especial interés en protegerlos y destinó misiones especiales para preservar la historia siria", detalló.
Y agregó: "ya habíamos tomado medidas, el 90% de los objetos de los museos se encuentra protegido desde hace tres anos, para no repetir la triste experiencia iraqui".
Abdulkarim hace alusión a las imágenes que recorrieron el mundo en 2003, cuando el museo nacional iraqui en el corazón de Bagdad fue saqueado bajo la desinteresada mirada de los soldados estadounidenses.
"Tememos que los yihadistas conviertan a Palmira en un cuartel para lanzar sus ataques y provocar la respuesta defensiva del Ejército. Esto podría llevar a perder el patrimonio de todo el pueblo sirio, nuestra memoria social, nuestra historia", advirtió.
"Tememos que dinamiten la zona para que ante una eventual ofensiva del Ejercito sirio destruyan las ruinas como represalia", consideró, con la voz quebrada, el director de la DGAM.
Frente a la posibilidad de un desastre, no dudó en denunciar que Siria se siente "muy sola" debido a la "ignorancia de la comunidad internacional", ya que la UNESCO brindó "únicamente apoyo simbólico mediante cartas o mensajes", pero "no presionó a los países vecinos para impedir el ingreso de las bandas de mafiosos".
"A veces me pregunto si a los occidentales les interesan más los sitios arqueológicos que la suerte de los civiles sirios", fustigó en su dialogo telefónico con Telam, desde un poblado a 20km al oeste de Palmira.
"Ahora todos los ojos del mundo están puestos sobre Palmira, pero hace tiempo que venimos denunciando esta situación, por tristeza hay que llegar a esto para que el mundo se preocupe por los que están haciendo los terroristas del EI en toda la región", aseveró.
Abdulkarim explicó que en un país donde hay diez mil sitios arqueológicos y más de 40 museos también se viven situaciones especiales en otros sitios arqueológicos y lamentó que "Hoy le toca a Palmira, pero en poco tiempo esto puede repetirse en otros sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como en Alepo, Homs, Raqqa, Deir Ezzor".
"La guerra es un negocio y el arte también se transforma en un negocio", resumió el funcionario siriO.
Abdulkarim señaló al zoco de Alepo, un mercado medieval ubicado en el casco antiguo de la ciudad, y la Gran Mezquita de los Omeya, en la misma ciudad, un monumento que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y cuyo minarete fue totalmente destruido por combates, como el patrimonio arquitectónico histórico más dañado.
"Se dan fenómenos raros, pues como impacto directo de la guerra, algunos sitios arqueológicos fueron transformados en campos de batalla o en improvisados campos de refugiados, porque muchos de los desplazados se sienten en seguridad en los sitios arqueológicos.
Asimismo, Abdulkarim señaló que la ciudades de Hama y Homs, en el este del país, "se encuentran hoy tan destruidas como lo fue Berlin al final de la Segunda Guerra Mundial".
"Estamos perdiendo nuestra identidad, pero las perdidas materiales y económicas son incalculables en estos más de tres años de conflicto. Siria perdió objetos que forman parte de su patrimonio pero también el mundo con su indiferencia deja en manos del Ei una rica parte de su historia", subrayó.
En los últimos años, Abdulkarim -junto a una red de 2.500 funcionarios distribuidos por todo el país- fue el encargado de censar y proteger la riqueza patrimonial siria de los robos de bandas que revendían las reliquias en las vecinas Jordania, Turquía o Líbano.
"Durante años estuve avocado a la tarea de evitar las excavaciones ilegales y los saqueos perpretados por mafias que trabajan con apoyo de mercenarios de Irak, Líbano y Turquía para revender esos tesoros en el mercado negro, ahora la realidad es otra y me pregunto de qué sirve tanto esfuerzo", finalizó Abdulkarim.
La destrucción del patrimonio cultural es uno de los aspectos más ocultos de la guerra que desangra a Siria, mientras los robos y la destrucción se suceden, esta situación sale a la luz tras la conquista esta semana de la milenaria ciudad de Palmira.
"Es una catástrofe mundial. Estamos ante un combate cultural contra unos bárbaros. Esperamos que la crisis termine pronto para salvar este patrimonio, que no es del gobierno o de los rebeldes, es de todos y si lo perdemos todos perdemos", le dijo a Télam el director general de Antigüedades y Museos de Siria, Maamoun Abdulkarim, en una entrevista telefónica.
"Soy muy pesimista y estoy verdaderamente muy triste. Nunca pensé que el EI iba a llegar hasta Palmira. Lo veía como algo imposible, pero ya están aquí y el riesgo de perder toda esa historia tan rica me llena de tristeza", expresó.
Palmira, una antigua ciudad nabatea situada en el desierto de Siria, en la actual provincia de Homs, que data de hace casi 2.000 años y donde reinó Zenobia, la Cleopatra de Siria, también se encuentra en peligro.
Las ruinas de Palmira son uno de los seis sitios de Siria declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. También se distinguen los cascos viejos de Alepo, Damasco y Busra, el Crac de los Caballeros, ya dañado, y las aldeas antiguas del norte.
De manera más o menos inmediata, todos estos lugares se encuentran actualmente amenazados por la cada vez más compleja y profunda guerra civil en Siria, que tras cuatro años de combates ya provocó más de 220.000 muertos y forzó a cerca de la mitad de la población a abandonar sus casas, según la ONU.
"Hasta el momento no hay presencia de combatientes del EI en los alrededores de la zona arqueológica, pero si en el centro de la ciudad, donde no hay electricidad y escasea el agua. Los civiles no pueden huir, son rehenes de estos salvajes", remarcó Abdulkarim.
Mientras los yihadistas del EI se encuentran en Palmira -desde el miércoles- hoy izaron su bandera sobre la ciudadela que domina la ciudad y ya se apoderaron del reconocido museo, hasta hace poco principal centro de interés turístico del histórico lugar junto a las ruinas.
"El controla el museo de Palmira, donde sus hombres hacen guardia en los alrededores. Sabemos que han hecho destrozos menores, pero no mucho más porque el museo esta prácticamente vacío", expresó.
"En las últimas semanas, las esculturas, objetos y algunas columnas del sitio protegido fueron desplazadas por civiles y soldados del Ejercito, apoyados por camiones y aviones, a un lugar seguro y secreto dentro de Siria", confió el funcionario de la DGAM.
"Obviamente no vamos a dar indicios de las zonas donde hemos escondido estos tesoros, pero están protegidos por nuestro gobierno, que presta un especial interés en protegerlos y destinó misiones especiales para preservar la historia siria", detalló.
Y agregó: "ya habíamos tomado medidas, el 90% de los objetos de los museos se encuentra protegido desde hace tres anos, para no repetir la triste experiencia iraqui".
Abdulkarim hace alusión a las imágenes que recorrieron el mundo en 2003, cuando el museo nacional iraqui en el corazón de Bagdad fue saqueado bajo la desinteresada mirada de los soldados estadounidenses.
"Tememos que los yihadistas conviertan a Palmira en un cuartel para lanzar sus ataques y provocar la respuesta defensiva del Ejército. Esto podría llevar a perder el patrimonio de todo el pueblo sirio, nuestra memoria social, nuestra historia", advirtió.
"Tememos que dinamiten la zona para que ante una eventual ofensiva del Ejercito sirio destruyan las ruinas como represalia", consideró, con la voz quebrada, el director de la DGAM.
Frente a la posibilidad de un desastre, no dudó en denunciar que Siria se siente "muy sola" debido a la "ignorancia de la comunidad internacional", ya que la UNESCO brindó "únicamente apoyo simbólico mediante cartas o mensajes", pero "no presionó a los países vecinos para impedir el ingreso de las bandas de mafiosos".
"A veces me pregunto si a los occidentales les interesan más los sitios arqueológicos que la suerte de los civiles sirios", fustigó en su dialogo telefónico con Telam, desde un poblado a 20km al oeste de Palmira.
"Ahora todos los ojos del mundo están puestos sobre Palmira, pero hace tiempo que venimos denunciando esta situación, por tristeza hay que llegar a esto para que el mundo se preocupe por los que están haciendo los terroristas del EI en toda la región", aseveró.
Abdulkarim explicó que en un país donde hay diez mil sitios arqueológicos y más de 40 museos también se viven situaciones especiales en otros sitios arqueológicos y lamentó que "Hoy le toca a Palmira, pero en poco tiempo esto puede repetirse en otros sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como en Alepo, Homs, Raqqa, Deir Ezzor".
"La guerra es un negocio y el arte también se transforma en un negocio", resumió el funcionario siriO.
Abdulkarim señaló al zoco de Alepo, un mercado medieval ubicado en el casco antiguo de la ciudad, y la Gran Mezquita de los Omeya, en la misma ciudad, un monumento que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y cuyo minarete fue totalmente destruido por combates, como el patrimonio arquitectónico histórico más dañado.
"Se dan fenómenos raros, pues como impacto directo de la guerra, algunos sitios arqueológicos fueron transformados en campos de batalla o en improvisados campos de refugiados, porque muchos de los desplazados se sienten en seguridad en los sitios arqueológicos.
Asimismo, Abdulkarim señaló que la ciudades de Hama y Homs, en el este del país, "se encuentran hoy tan destruidas como lo fue Berlin al final de la Segunda Guerra Mundial".
"Estamos perdiendo nuestra identidad, pero las perdidas materiales y económicas son incalculables en estos más de tres años de conflicto. Siria perdió objetos que forman parte de su patrimonio pero también el mundo con su indiferencia deja en manos del Ei una rica parte de su historia", subrayó.
En los últimos años, Abdulkarim -junto a una red de 2.500 funcionarios distribuidos por todo el país- fue el encargado de censar y proteger la riqueza patrimonial siria de los robos de bandas que revendían las reliquias en las vecinas Jordania, Turquía o Líbano.
"Durante años estuve avocado a la tarea de evitar las excavaciones ilegales y los saqueos perpretados por mafias que trabajan con apoyo de mercenarios de Irak, Líbano y Turquía para revender esos tesoros en el mercado negro, ahora la realidad es otra y me pregunto de qué sirve tanto esfuerzo", finalizó Abdulkarim.
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