Entrevista a Juan Ignacio Ruiz de la Peña: «La burguesía ovetense no supo conservar su patrimonio»

3/2/15 .- http://www.elcomercio.es/oviedo

Entrevista a Juan Ignacio Ruiz de la Peña. Catedrático de Historia Medieval

«La burguesía ovetense no supo conservar su patrimonio»

«Puede haber alguien que conozca Asturias igual que yo, pero no mejor que yo»


Se jubiló de catedrático de Historia Medieval en la Universidad hace unos años, pero Juan Ignacio Ruiz de la Peña (Oviedo, 1941), tras 48 años como docente, sigue muy presente entre sus discípulos que la pasada semana organizaron un acto, a la vez homenaje al historiador y presentación de dos volúmenes de sus trabajos. Hombre humilde, entusiasta y de palabra serena se decantó por la Historia tras estudiar Leyes y Filosofía y Letras y todo por la influencia de algunos profesores.

Ha debido de dejar huella en sus alumnos para que se preocupen por buscar y editar esos trabajos suyos.
Fueron los discípulos quienes escogieron estos trabajos. Son dos volúmenes con 600 páginas y los trabajos se distribuyen en cuatro ámbitos temáticos que representan mis principales líneas de investigación. Como colofón recogen mi última lección cuando me jubilé.

¿Qué contó en esa última lección?
Fue un homenaje a mis maestros.

Muchas veces los maestros se olvidan o incluso se detestan
En mi caso no. Están presentes desde los primeros que tuve en el Bachillerato hasta los de la Universidad, que fueron dos: Juan Uría Riu y Eloy Benito Ruano. Los de Bachillerato son una época fundamental en tu vida. Tuve la suerte de tener magníficos profesores sobre todo Pelayo Pazos y Manuel Menéndez.

¿Dónde estudió bachiller?
En el Hispania. Y ellos fueron los que iniciaron mi afición por la Historia.

Tras 48 años de carrera tendrá muy buenos alumnos que continúen con su trabajo...
Tengo muy buenos discípulos no solo por la lealtad, sino porque son magníficos medievalistas. No es lo mismo la relación ente maestro y discípulo que entre profesor y alumno.

A juzgar por el éxito de su homenaje, hizo bien su trabajo
No he hecho nada excepcional. Simplemente cumplir con mi obligación. La función de la Universidad es crear y trasmitir conocimientos. Es decir, al lado de la docencia, tienes que investigar porque sino la ciencia histórica no progresa.

¿Los nuevos planes de estudios apuestan por esa vía?
Lamentablemente hay muchos buenos jóvenes profesores que están en una situación personal dramática. Con sueldos de hambre. Una persona que consigue una beca para investigar tiene un gran crurrículum, pero termina la beca y a la calle. La Universidad tiene que asegurar el relevo generacional promocionando a la gente joven.

Queda claro que hizo de su vocación un modo de vida.
Sí, aunque tengo otras aficiones. El ciclismo, la montaña, las tertulias con los amigos y la lectura, soy un lector insaciable. Ahora leo mucho más, porque la jubilación te libera de muchas cargas. En mi casa se leía mucho y también se prestaba mucha atención a la música.

Oviedo es un buen lugar para vivir para un amante de la música clásica...
Lo es. A mi me gusta desde pequeño porque mi padre era músico y vengo de familia de músicos profesionales. Mi hermano Juan Luis, que murió, era sacerdote y era el mejor del lote Ruiz de la Peña. Era teólogo y también un gran músico.

¿Y lo del ciclismo?
También desde niño. Siempre anduve en bicicleta y sigo manteniendo la afición. Tenemos un grupo de amigos y vemos todas las etapas de la vuelta a España, incluso fuimos a ver etapas del Tour y practicamos ciclismo mientras pudimos. La montaña es la otra gran afición, desde niño pertenezco al grupo Vetusta. Fui mucho al monte. Puede haber alguien que conozca Asturias igual que yo, pero mejor que yo, no. Es uno de mis orgullos. La pateé del Eo al Deva y del mar a la montaña.

¿Qué nació primero la pasión por Asturias o por lo medieval?
Fueron de la mano. Me gusta mucho la etnografía, la dialectología. Hay que estar abierto a muchas cosas. Una persona que se encierre en una especialización terminará por saber más de cada vez menos para llegar a saberlo casi todo de casi nada.

¿En Asturias queda algo de esa herencia medieval?
Oviedo mantiene de esa herencia medieval con La Catedral, la Cámara Santa y el prerrománico, que es único. No hay que verlo como edificios llamativos, sino como expresión de una sociedad que los crea. Detrás de ello hay un rey, una corte y un pueblo. En Italia por ejemplo había mucha burguesía y se conserva una arquitectura civil impresionante.

En Oviedo, de esa arquitectura civil queda poco...
En Oviedo, lamentablemente, de la época medieval, nos queda el palacio de la Rúa, Había una torre medieval en La Gascona, que derribaron bárbaramente en 1963, y queda, por supuesto, La Foncalada.

Quizás en Oviedo hay demasiada afición a los derribos.

Sí, demasiada. Desde fines del siglo XIX se destruyó el acueducto de los Pilares, el convento de San Francisco para levantar allí la Diputación -¡cómo si no hubiese espacio en el Oviedo de principios del siglo XX!-, la iglesia de San Isidoro y la de San Juan, de la cual quedaba parte del ábside y se demolió cuando se hizo la obra del colegio de Abogados hace unos años.

Y muchos otros...
El Oviedo que yo conocí no tenía nada que ver con el actual. Vivo en Valentín Masip desde hace 46 años. Eran praos. Elegí esta casa porque había unos chalés enfrente y pensaba que no se iba a construir. En Uría había chalets y en Toreno. Todo se destruyó. El último fue del de Concha Heres. Fue horroroso, porque fue una entidad pública. También estaba el chalé de los Herrero en la plaza de San Miguel. La burguesía ovetense no supo conservar su patrimonio.

Ahora se ven muchos edificios en ruina o abandonados.
Es otro peligro. Edificios antiguos deshabitados. Los ayuntamientos deberían velar por el aspecto histórico de la ciudad. Es como un libro en el que está su historia y si arrancas algunos capítulos, esa historia no se entiende. Es un todo, porque si no haces que esto se convierta en un barrio con una Catedral.

Del románico no queda nada...
Nada. Desapareció del todo en los años 60. Se hizo una reforma que venga Dios y lo vea. Hicimos una tertulia en los años 60, de 'Los Clarisos', para defender Santa Clara. No valió de nada, claro.

Está la capilla de La Vega.

Lo que había era una iglesia románica espléndida con una torre magnifica. La tiraron en los años 20, como la plaza de La Catedral. Las catedrales no estaban hechas para ser vistas desde una plaza, sino que estaban rodeadas por el caserío. Se quiso hacer una plaza y se desnaturalizó completamente. Aunque uno no puede detenerse en la arquitectura medieval. La arquitectura industrial, en hierro, es interesantísima. Por ejemplo, las estaciones de tren.

Aquí también desapareció la de El Vasco
Claro. Constituimos también una asociación en defensa del patrimonio de Asturias, pero tampoco sirvió de nada. Masip, por lo menos, se arrepintió después.

Y su colegio también estuvo a punto de sucumbir.
¡Cómo! Lo tiraron entero y, además, el Colegio de Arquitectos. Lo levantaron imitando al anterior como pasó con El Fontán. Pero ¿qué pasa con el interior? Tenía unas escaleras magníficas. No podemos caer en un mero fachadismo porque hay que restaurar los interiores, una casa no es solo la fachada.

¿Había otra salida para El Fontán?
Creo que había mejor salida que la destrucción total. Era más difícil y más cara y se optó por lo mas cómodo y mas rentable.

Fue acedémico del RIDEA
Ingresé muy joven en el año 1973 y durante mucho tiempo fuí siempre el más joven.

Mucha gente lo ve como algo solemne o rancio
Hay cierta dosis de solemnidad y de ranciura propia de toda academia. Que entre gente joven es imposible porque, por definición, a una academia llegas tarde, con una obra consolidada. A finales de enero 2008 me eligieron director. Fue una experiencia muy agradable, aunque luchando con limitaciones económicas muy importantes. La asignación del RIDEA es ridícula.

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