La recuperación de las ruinas medievales de A Rocha seguirá hasta el 2014 (Santiago)
4/6/06 .- La Voz de Galicia
La USC afronta la quinta campaña de excavaciones financiada por el Consorcio. Los investigadores entienden que se trata de una fortaleza gótica singular en la Península
Investigadores de la Universidad, dirigidos por los profesores Raquel Casal y Fernando Acuña, iniciarán en breve la quinta campaña arqueológica de recuperación de restos del castillo de A Rocha, una construcción medieval cuyas ruinas decidió recuperar el Concello en el 2002, tras conseguir del Arzobispado, su propietario, la cesión del terreno por 50 años. Las campañas se limitan al verano y aunque las primeras fases fueron financiados por Raxoi con partidas iniciales de 60.000 euros, este año ha sido el Consorcio el que ha asumido el aporte económico de los 150.000 euros que se invertirán en el yacimiento.
El alcalde y presidente del organismo interadministrativo, Xosé Sánchez Bugallo; su gerente, Xosé Manuel Villanueva; y el rector, Senén Barro, suscribían ayer el convenio para abrir la nueva fase, que se concentrará en tareas de consolidación de lo descubierto hasta ahora e intervenciones en el muro oeste, además de nuevas excavaciones, aunque en un ámbito reducido. Los investigadores quieren hacer un nuevo mapa topográfico del recinto y determinar con precisión hasta dónde llegaban sus límites para que se pueda abordar la compra de los terrenos circundantes y garantizar la continuidad de las excavaciones y la recuperación de lo que guarda la zona, según el alcalde, quien fijó la conclusión de estos trabajos y la apertura del parque arqueológico que el Concello quiere crear entre esta fortaleza y el castriño de Conxo en el 2014.
La de A Rocha fue una fortificación singular en el ámbito peninsular en lo que se refiere a la arquitectura de la época en este tipo de construcciones. Así lo consideran los investigadores que están al frente del proyecto para la recuperación de los restos de la que fuera fortaleza de la mitra compostelana entre 1240 y 1467, en que la destruyó la revuelta irmandiña.
Según Casal y Acuña, el castillo pudo haber sido una fortaleza gótica típica pero muy novedosa en la arquitectura española en este estilo. Es una hipótesis de trabajo hasta ahora respaldada por expertos lusos y en la que quieren ahondar a través del contacto también con investigadores polacos. «A ver si la Universidad nos los trae», dice Casal, con la intención de confirmar «un pouco esta sospeita de que Juan Arias, quen mandou facer o castelo, debeu ter un enxeñeiro arquitecto francés, que é onde se dan as novedades para este tipo de castelos». «No século XIII non hai nada semellante na Península, é unha novidade», dice Acuña.
Entre otros aspectos, los castillos góticos se distinguen de los románicos en que no precisaban estar en sitios altos, sino que la propia estructura de muros, murallas, matacanes y torreones circulares, los hacían ya en sí mismos un arma defensiva, «non necesita estar nun alto para aguantar un asedio», dice Casal, quien destaca también la importancia del sistema de canalizaciones de agua exteriores hallados en la campaña del 2005. Casal afirma que no hay nada publicado ni conocido «de que un castelo teña unhas canalizacións exteriores deste calibre».
Investigadores de la Universidad, dirigidos por los profesores Raquel Casal y Fernando Acuña, iniciarán en breve la quinta campaña arqueológica de recuperación de restos del castillo de A Rocha, una construcción medieval cuyas ruinas decidió recuperar el Concello en el 2002, tras conseguir del Arzobispado, su propietario, la cesión del terreno por 50 años. Las campañas se limitan al verano y aunque las primeras fases fueron financiados por Raxoi con partidas iniciales de 60.000 euros, este año ha sido el Consorcio el que ha asumido el aporte económico de los 150.000 euros que se invertirán en el yacimiento.
El alcalde y presidente del organismo interadministrativo, Xosé Sánchez Bugallo; su gerente, Xosé Manuel Villanueva; y el rector, Senén Barro, suscribían ayer el convenio para abrir la nueva fase, que se concentrará en tareas de consolidación de lo descubierto hasta ahora e intervenciones en el muro oeste, además de nuevas excavaciones, aunque en un ámbito reducido. Los investigadores quieren hacer un nuevo mapa topográfico del recinto y determinar con precisión hasta dónde llegaban sus límites para que se pueda abordar la compra de los terrenos circundantes y garantizar la continuidad de las excavaciones y la recuperación de lo que guarda la zona, según el alcalde, quien fijó la conclusión de estos trabajos y la apertura del parque arqueológico que el Concello quiere crear entre esta fortaleza y el castriño de Conxo en el 2014.
La de A Rocha fue una fortificación singular en el ámbito peninsular en lo que se refiere a la arquitectura de la época en este tipo de construcciones. Así lo consideran los investigadores que están al frente del proyecto para la recuperación de los restos de la que fuera fortaleza de la mitra compostelana entre 1240 y 1467, en que la destruyó la revuelta irmandiña.
Según Casal y Acuña, el castillo pudo haber sido una fortaleza gótica típica pero muy novedosa en la arquitectura española en este estilo. Es una hipótesis de trabajo hasta ahora respaldada por expertos lusos y en la que quieren ahondar a través del contacto también con investigadores polacos. «A ver si la Universidad nos los trae», dice Casal, con la intención de confirmar «un pouco esta sospeita de que Juan Arias, quen mandou facer o castelo, debeu ter un enxeñeiro arquitecto francés, que é onde se dan as novedades para este tipo de castelos». «No século XIII non hai nada semellante na Península, é unha novidade», dice Acuña.
Entre otros aspectos, los castillos góticos se distinguen de los románicos en que no precisaban estar en sitios altos, sino que la propia estructura de muros, murallas, matacanes y torreones circulares, los hacían ya en sí mismos un arma defensiva, «non necesita estar nun alto para aguantar un asedio», dice Casal, quien destaca también la importancia del sistema de canalizaciones de agua exteriores hallados en la campaña del 2005. Casal afirma que no hay nada publicado ni conocido «de que un castelo teña unhas canalizacións exteriores deste calibre».
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