Un detenido con más de 2.100 objetos expoliados en yacimientos
11/12/10 .- http://www.granadahoy.com
El arresto ha tenido lugar en el marco de una operación desarrollada en toda España contra una red que saqueaba yacimientos y blanqueaba dinero con oro
La Guardia Civil ha detenido y puesto a disposición judicial a una persona en el marco de una operación denominada Mosaico y que ha concluido con el arresto de 85 integrantes de una banda que se dedicaba a expoliar yacimientos arqueológicos en media España y vender las antigüedades por internet y al blanqueo de capitales con el tráfico ilícito de metales preciosos. La operación se ha desarrollado de manera conjunta por la Policía Nacional y la Guardia Civil en las provincias de Madrid, Sevilla, Córdoba, Jaén, Málaga y Valencia, además de en Granada.
En tierras granadinas, se procedió a dos registros, en los que los agentes intervenientes encontraron una gran cantidad de restos arqueológicos, presuntamente expoliados de yacimientos de la comunidad autónoma. Según informaron fuentes de la investigación en Granada se han incautado más de 2.100 objetos procedentes presuntamente de esos expolios entre monedas, jarrones e incluso una estela de origen árabe. El detenido en Granada en el marco de esta operación contaba con arrestos anteriores por los mismos motivos.
La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido en total a 85 personas en Madrid, Andalucía y Valencia acusadas de estos hechos. Los miembros de la banda no sólo vendían los objetos que habían robado en los yacimientos, sino que además elaboraban copias de piezas originales con máquinas de alta precisión.
El Ministerio del Interior informó ayer de que se han intervenido más de 120 kilos de oro y plata, 900.000 euros en efectivo, maquinaria para fundición de metal, siete armas de fuego, y bloqueado un centenar de cuentas bancarias.
Los detenidos expoliaban en las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada. Cada uno de ellos operaba en alguno de los pasos relacionados con este tipo de delitos, como la prospección, extracción, manipulación y tráfico de los bienes extraídos de forma ilícita.
Entre las piezas recuperadas se encuentran puntas de flecha, monedas romanas y medievales, fíbulas de origen romano, pendientes visigodos, hachas de piedra, exvotos, etc.
La conexión del principal responsable en la comisión de delitos contra el patrimonio con el comercio ilícito de oro se producía mediante la compra de joyas que les suministraba una familia de La Carolina (Jaén). Esta persona estaba implicada tanto de forma directa en el expolio como en la receptación de piezas.
El oro adquirido por este clan familiar se vendía a un nivel superior al de otros detenidos. Este controlaba, además, a diversos grupos de proveedores, joyeros y casas de compraventa de oro, que en muchos casos incumplían la normativa de registro de las piezas en el libro preceptivo. Posteriormente, lo vendía bien en forma de chatarra o laminado, sin reunir la pureza exigible, ni marca ni sello de contraste alguno; o bien clandestinamente fundido a otras personas situadas en niveles superiores. Los investigadores han constatado numerosos movimientos de importantes cantidades de oro y dinero desde Andalucía a Madrid, que era transportado por tren o por carretera.
El grupo contaba con diversas sociedades, de las que algunos de los detenidos son administradores, además de constituir otras a cuyo frente figuraban testaferros con el objeto de diversificar la facturación y eludir la carga impositiva. Como norma general, las compras de oro se hacían en efectivo, para luego realizar facturas de la manera más conveniente y así eludir el pago de impuestos.
Posteriormente, el metal se fundía ilegalmente en fundiciones clandestinas y se confeccionaban facturas a la carta para conferir apariencia de legalidad a las operaciones de tráfico. Los detenidos operaban con elevadas sumas de dinero sin que se declarasen las operaciones, incurriendo en presuntos delitos contra la Hacienda Pública y blanqueo de capitales cuya investigación continúa por parte de la Brigada de Delitos Monetarios de la Comisaría General de Policía Judicial. El oro una vez fundido se enviaba a Alemania, Turquía, Italia y Suiza donde se refinaba, volviendo posteriormente a España para su introducción en el mercado legal.
La Guardia Civil ha detenido y puesto a disposición judicial a una persona en el marco de una operación denominada Mosaico y que ha concluido con el arresto de 85 integrantes de una banda que se dedicaba a expoliar yacimientos arqueológicos en media España y vender las antigüedades por internet y al blanqueo de capitales con el tráfico ilícito de metales preciosos. La operación se ha desarrollado de manera conjunta por la Policía Nacional y la Guardia Civil en las provincias de Madrid, Sevilla, Córdoba, Jaén, Málaga y Valencia, además de en Granada.
En tierras granadinas, se procedió a dos registros, en los que los agentes intervenientes encontraron una gran cantidad de restos arqueológicos, presuntamente expoliados de yacimientos de la comunidad autónoma. Según informaron fuentes de la investigación en Granada se han incautado más de 2.100 objetos procedentes presuntamente de esos expolios entre monedas, jarrones e incluso una estela de origen árabe. El detenido en Granada en el marco de esta operación contaba con arrestos anteriores por los mismos motivos.
La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido en total a 85 personas en Madrid, Andalucía y Valencia acusadas de estos hechos. Los miembros de la banda no sólo vendían los objetos que habían robado en los yacimientos, sino que además elaboraban copias de piezas originales con máquinas de alta precisión.
El Ministerio del Interior informó ayer de que se han intervenido más de 120 kilos de oro y plata, 900.000 euros en efectivo, maquinaria para fundición de metal, siete armas de fuego, y bloqueado un centenar de cuentas bancarias.
Los detenidos expoliaban en las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada. Cada uno de ellos operaba en alguno de los pasos relacionados con este tipo de delitos, como la prospección, extracción, manipulación y tráfico de los bienes extraídos de forma ilícita.
Entre las piezas recuperadas se encuentran puntas de flecha, monedas romanas y medievales, fíbulas de origen romano, pendientes visigodos, hachas de piedra, exvotos, etc.
La conexión del principal responsable en la comisión de delitos contra el patrimonio con el comercio ilícito de oro se producía mediante la compra de joyas que les suministraba una familia de La Carolina (Jaén). Esta persona estaba implicada tanto de forma directa en el expolio como en la receptación de piezas.
El oro adquirido por este clan familiar se vendía a un nivel superior al de otros detenidos. Este controlaba, además, a diversos grupos de proveedores, joyeros y casas de compraventa de oro, que en muchos casos incumplían la normativa de registro de las piezas en el libro preceptivo. Posteriormente, lo vendía bien en forma de chatarra o laminado, sin reunir la pureza exigible, ni marca ni sello de contraste alguno; o bien clandestinamente fundido a otras personas situadas en niveles superiores. Los investigadores han constatado numerosos movimientos de importantes cantidades de oro y dinero desde Andalucía a Madrid, que era transportado por tren o por carretera.
El grupo contaba con diversas sociedades, de las que algunos de los detenidos son administradores, además de constituir otras a cuyo frente figuraban testaferros con el objeto de diversificar la facturación y eludir la carga impositiva. Como norma general, las compras de oro se hacían en efectivo, para luego realizar facturas de la manera más conveniente y así eludir el pago de impuestos.
Posteriormente, el metal se fundía ilegalmente en fundiciones clandestinas y se confeccionaban facturas a la carta para conferir apariencia de legalidad a las operaciones de tráfico. Los detenidos operaban con elevadas sumas de dinero sin que se declarasen las operaciones, incurriendo en presuntos delitos contra la Hacienda Pública y blanqueo de capitales cuya investigación continúa por parte de la Brigada de Delitos Monetarios de la Comisaría General de Policía Judicial. El oro una vez fundido se enviaba a Alemania, Turquía, Italia y Suiza donde se refinaba, volviendo posteriormente a España para su introducción en el mercado legal.
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