Investigadores y castellotanos se reúnen para hablar de su castillo

21/11/10 .- http://www.diariodeteruel.es/

El Castillo de Castellote está de moda. La restauración que está acometiendo el Ayuntamiento ha despertado la curiosidad de los vecinos por conocer más acerca de la fortificación y de las relaciones sociales que entrañaba. Por ello, ayer tuvo lugar una jornada bajo el título El Temple el Castellote, en la que se desvelaron algunas incógnitas sobre la fortaleza.
Las jornadas tenían, pues, dos épocas históricas como objeto de análisis. En primer lugar, varios expertos de la Universidad de Zaragoza dieron algunos detalles sobre la fortaleza en sus orígenes templarios. En 1196 estas tierras pasan a la Encomienda Templaria de Castellote, que incluyó Abenfigo, Cuevas de Cañart, Dos Torres, Ladruñán, Crespol, La Algecira, Santolea, Bordón, Luco, Torremocha, Seno, Las Parras, La Ginebrosa, Camarón, Mas de las Matas y Aguaviva.

Durante esa época los monjes guerreros comenzaron a levantar el Castillo de Castellote. Precisamente, en las prospecciones se han encontrado niveles de cronología medieval, aunque no del siglo XII sino del XV, según explicó el arqueólogo que está a cargo de los trabajos, Francisco Casabona. Estos restos son la estructura de la fortificación medieval y parte de la muralla, que se extiende durante 800 metros.

La encomienda estuvo dominada por el Temple hasta 1308, cuando Jaime II ordenó que se hiciera inquisición a la orden religiosa. Tras 11 meses de sitio, hubo rendición, aunque el traspaso a la Orden de San Juan no se haría efectivo hasta 1317.

La becaria de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza, Sandra de la Torre, publicó el año pasado el cartulario (recopilación de documentos que hablan sobre la Orden del Temple en esta zona), y ayer impartió una charla divulgativa para exponerlo. Contó curiosidades como que la forma de vida de ocho siglos atrás “no era muy diferente a la de principios del siglo XX”. Además, aunque los vasallos estaban sometidos a los señores, tenían sus propios concejos para discutir asuntos civiles. Sin embargo, un jurado de mayor rango tomaba las decisiones importantes.
También aparecen documentos en los que se formalizaban los acuerdos de arrendamiento por los que los amos de las tierras las cedían a los campesinos a cambio de que las trabajaran y les dieran parte de la cosecha o incluso dinero en efectivo.

También participó el profesor Carlos Laliena Corbera, quien conferenció sobre el esplendor del Maestrazgo medieval. Javier Ibáñez y Rosa María Loscos hablaron sobre arqueología y poblamiento en Castellote, y Julián M. Ortega disertó sobre Una inestable frontera feudal: Castellote entre 1150 y 1180.

Restos de la fortificación
Pero la intervención más esperada era probablemente la de Casabona, que iba a presentar las novedades arqueológicas que se han hallado durante las obras de restauración de la fortaleza. “Hemos encontrado muchos restos de la primera Guerra Carlista (1833-1840), tanto de la obra para fortificar el castillo como del proceso de destrucción”, explicó el arqueólogo. Este comenzó con los bombardeos a cargo del ejército liberal del general Espartero contra los isabelinos al mando de Cabrera, y continuó con la demolición de la fortaleza por la política de tierra quemada que emplearon los liberales tras ganar la batalla. La Torre del Homenaje “fue volada”, matizó Casabona.

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