La ciudad que nació de un puente (Pontevedra)
14/11/10 .- http://www.farodevigo.es
Crisis, recuperaciones, razzias de invasores que provocaron la ruina de la villa y grandes personajes se suceden en Pontevedra desde la época romana hasta la concesión del título hace 175 años
Una especie de área de descanso para que repostasen los viajeros. Es la primera escena de Pontevedra de la que se tiene constancia, una parada creada también para proteger el puente levantado con sumo esfuerzo sobre la orilla sur del Lérez. Tras el repunte bajomedieval, toma el relevo el puerto, que se convierte en el gran motor comercial de la villa. Ésta logra entre los siglos XIV y XV su pleno desarrollo y en adelante pasa a ser uno de los principales puertos pesqueros del arco atlántico. Luego vendría otra decadencia, de la que se iría recuperando a partir de la concesión del título de capitalidad y el de ciudad hace 175 años.
S. R. - PONTEVEDRA En la orilla sur del Lérez se levanta la mansión romana Turocqua. Es el año 134 y se trata del primer origen conocido de la ciudad, en plena vía XIX enumerada en el Itinerario de Antonino y a exactas 96 milia passum de Lugo, como figura en el miliario localizado en 1988 por el equipo dirigido por el arqueólogo Antonio de la Peña.
¿Mansión? Los historiadores coinciden en apuntar a una especie de parada de postas donde los viajeros podían aprovisionarse, descansar y alimentar a las cabalgaduras.
Desde ella especialmente se vigilaba y se cuidaba del mantenimiento del puente, que con la calzada y la misma mansión fueron el origen a partir del cual se inició la romanización de la comarca.
Claro que si acudimos a la leyenda el origen habría que fijarlo siglos atrás, en plena guerra de Troya. Uno de sus héroes, Teucro, viaja hasta la hoy Pontevedra y la funda con el nombre de Helenes, un pasado mítico que aparece reflejado en la fachada de la Casa Consistorial: Fvundote Teucro Valiente/ De Aqveste Río en la Orilla/ Para que en España Fveses/ De Villas la Maravilla/ Del Zebedeo la Espada/ Corona tu Gentileza/ Vn Castillo Pvente y Mar/ Es Timbre de Tv Nobleza.
La misma fantasía renacentista sitúa al puente como seña del primer asentamiento. Pero más allá de la leyenda los investigadores insisten en la importancia de esa estructura que salvaba el curso del río también en la génesis medieval del burgo de Pontevedra, tras un largo periodo de decadencia o desaparición plagado de incógnitas.
Los expertos apuntan a la crisis a partir del año 200 y, especialmente, a los ataques de invasores para explicar la posterior ruina de la ciudad: el sistema social, económico y también fiscal de Roma se hunde, mientras las intensas razzias acaban por invitar a la población a desplazarse en busca de seguridad.
El historiador Fortes Bouzán señala que en ese momento "las gentes huyen al campo y las ciudades que logran sobrevivir al pillaje inician una larga agonía".
La recuperación la explicó Fernando López Alsina, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Santiago, en las recientes jornadas de divulgación de historia y arqueología: "Ao longo do século XI prodúcese todo un proceso de reactivación comercial ao longo dun eixe viario terrestre que transcorre desde A Coruña a Oporto e a articulación do comercio terrestre co marítimo opérase naqueles puntos onde o camiño salva un curso fluvial".
En estos puntos en los que se dispone de puente y muelle "o porto pesqueiro pasa a ser tamén porto de carga e descarga de mercadorías", facilitando que el núcleo de población original se transforme en un burgo.
A partir de ese momento la población se incrementa y también el comercio de la ciudad, que se diversifica y enriquece progresivamente.
En ese contexto "a condición xurídica, social e política dos integrantes da comunidade local adáptase á nova realidade urbana", indica López Alsina.
Si antes fue el puente, en la Pontevedra bajomedieval adquiere cada vez más importancia el puerto, hasta el punto de que incluso en 1835, cuando siglos después se le concede el título de ciudad, el texto sellado por la Reina Gobernadora refleja que su arrabal marinero, A Moureira, "es uno de los más famosos de la antigüedad y el mayor de todas las poblaciones de Galicia, de modo que aún conserva diez y siete muelles".
Este nuevo viaje hacia la recuperación se inicia en la segunda mitad del siglo XII gracias a los privilegios de sucesivos arzobispos compostelanos (los señores de la villa) y de los monarcas leoneses. Xosé Armas Castro, profesor titular de Didáctica das Ciencias Sociais en la Universidad de Santiago y autor de "Pontevedra en los siglos XII a XV. Configuración y desarrollo de una villa marinera en la Galicia medieval" (una de las principales referencias para el estudio medieval y una de las que sirvió de base para dotar de contenidos al nuevo CITA) explica que ya en el siglo XII Pontevedra "tiña definidos os elementos característicos do urbanismo medieval: a segunda e definitiva muralla, as dúas parroquias urbanas, unha rede de rúas e prazas e uns barrios extramuros nos que se asentaban as ordes mendicantes como testemuñas do éxito urbano de Pontevedra".
La mejora se incrementará en los dos siglos siguientes. El experto señala que "ao longo dos séculos XIV e XV a vila acada o seu pleno desenvolvemento converténdose no segundo núcleo galego en número de habitantes, detrás só de Compostela".
El éxito fue el anticipo de la nueva decadencia: la ría se colmata (el puerto pierde calado) y las rutas comerciales ya no incluyen a Pontevedra, que entra en otro largo declive. Desaparecen las industrias, las exportaciones desde el puerto local apenas suponen el 25% de las importaciones y el comercio declina, un retroceso que "congela" los índices de población y que sólo se empieza a corregir tras la concesión del la capitalidad y el título de ciudad, hace este mes 175 años.
Una especie de área de descanso para que repostasen los viajeros. Es la primera escena de Pontevedra de la que se tiene constancia, una parada creada también para proteger el puente levantado con sumo esfuerzo sobre la orilla sur del Lérez. Tras el repunte bajomedieval, toma el relevo el puerto, que se convierte en el gran motor comercial de la villa. Ésta logra entre los siglos XIV y XV su pleno desarrollo y en adelante pasa a ser uno de los principales puertos pesqueros del arco atlántico. Luego vendría otra decadencia, de la que se iría recuperando a partir de la concesión del título de capitalidad y el de ciudad hace 175 años.
S. R. - PONTEVEDRA En la orilla sur del Lérez se levanta la mansión romana Turocqua. Es el año 134 y se trata del primer origen conocido de la ciudad, en plena vía XIX enumerada en el Itinerario de Antonino y a exactas 96 milia passum de Lugo, como figura en el miliario localizado en 1988 por el equipo dirigido por el arqueólogo Antonio de la Peña.
¿Mansión? Los historiadores coinciden en apuntar a una especie de parada de postas donde los viajeros podían aprovisionarse, descansar y alimentar a las cabalgaduras.
Desde ella especialmente se vigilaba y se cuidaba del mantenimiento del puente, que con la calzada y la misma mansión fueron el origen a partir del cual se inició la romanización de la comarca.
Claro que si acudimos a la leyenda el origen habría que fijarlo siglos atrás, en plena guerra de Troya. Uno de sus héroes, Teucro, viaja hasta la hoy Pontevedra y la funda con el nombre de Helenes, un pasado mítico que aparece reflejado en la fachada de la Casa Consistorial: Fvundote Teucro Valiente/ De Aqveste Río en la Orilla/ Para que en España Fveses/ De Villas la Maravilla/ Del Zebedeo la Espada/ Corona tu Gentileza/ Vn Castillo Pvente y Mar/ Es Timbre de Tv Nobleza.
La misma fantasía renacentista sitúa al puente como seña del primer asentamiento. Pero más allá de la leyenda los investigadores insisten en la importancia de esa estructura que salvaba el curso del río también en la génesis medieval del burgo de Pontevedra, tras un largo periodo de decadencia o desaparición plagado de incógnitas.
Los expertos apuntan a la crisis a partir del año 200 y, especialmente, a los ataques de invasores para explicar la posterior ruina de la ciudad: el sistema social, económico y también fiscal de Roma se hunde, mientras las intensas razzias acaban por invitar a la población a desplazarse en busca de seguridad.
El historiador Fortes Bouzán señala que en ese momento "las gentes huyen al campo y las ciudades que logran sobrevivir al pillaje inician una larga agonía".
La recuperación la explicó Fernando López Alsina, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Santiago, en las recientes jornadas de divulgación de historia y arqueología: "Ao longo do século XI prodúcese todo un proceso de reactivación comercial ao longo dun eixe viario terrestre que transcorre desde A Coruña a Oporto e a articulación do comercio terrestre co marítimo opérase naqueles puntos onde o camiño salva un curso fluvial".
En estos puntos en los que se dispone de puente y muelle "o porto pesqueiro pasa a ser tamén porto de carga e descarga de mercadorías", facilitando que el núcleo de población original se transforme en un burgo.
A partir de ese momento la población se incrementa y también el comercio de la ciudad, que se diversifica y enriquece progresivamente.
En ese contexto "a condición xurídica, social e política dos integrantes da comunidade local adáptase á nova realidade urbana", indica López Alsina.
Si antes fue el puente, en la Pontevedra bajomedieval adquiere cada vez más importancia el puerto, hasta el punto de que incluso en 1835, cuando siglos después se le concede el título de ciudad, el texto sellado por la Reina Gobernadora refleja que su arrabal marinero, A Moureira, "es uno de los más famosos de la antigüedad y el mayor de todas las poblaciones de Galicia, de modo que aún conserva diez y siete muelles".
Este nuevo viaje hacia la recuperación se inicia en la segunda mitad del siglo XII gracias a los privilegios de sucesivos arzobispos compostelanos (los señores de la villa) y de los monarcas leoneses. Xosé Armas Castro, profesor titular de Didáctica das Ciencias Sociais en la Universidad de Santiago y autor de "Pontevedra en los siglos XII a XV. Configuración y desarrollo de una villa marinera en la Galicia medieval" (una de las principales referencias para el estudio medieval y una de las que sirvió de base para dotar de contenidos al nuevo CITA) explica que ya en el siglo XII Pontevedra "tiña definidos os elementos característicos do urbanismo medieval: a segunda e definitiva muralla, as dúas parroquias urbanas, unha rede de rúas e prazas e uns barrios extramuros nos que se asentaban as ordes mendicantes como testemuñas do éxito urbano de Pontevedra".
La mejora se incrementará en los dos siglos siguientes. El experto señala que "ao longo dos séculos XIV e XV a vila acada o seu pleno desenvolvemento converténdose no segundo núcleo galego en número de habitantes, detrás só de Compostela".
El éxito fue el anticipo de la nueva decadencia: la ría se colmata (el puerto pierde calado) y las rutas comerciales ya no incluyen a Pontevedra, que entra en otro largo declive. Desaparecen las industrias, las exportaciones desde el puerto local apenas suponen el 25% de las importaciones y el comercio declina, un retroceso que "congela" los índices de población y que sólo se empieza a corregir tras la concesión del la capitalidad y el título de ciudad, hace este mes 175 años.
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