Recuerdos del románico

27/5/09 .- http://www.nortecastilla.es

La iglesia de Cozuelos de Fuentidueña conserva una cabecera y una portada del siglo XI donde se aprecia este estilo arquitectónico

Desde la zona nororiental de la provincia se extendió el estilo del románico de piedra allá por el siglo XII, ya que el foco principal se estableció en la Villa de Fuentidueña. Esta circunstancia provocó que este arte se extendiera a pueblos cercanos, como a Cozuelos de Fuentidueña, donde se plasmó en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Estos maestros de la piedra hicieron un magnífico trabajo del que sólo ha llegado a nuestros días una espléndida portada y la cabecera de la iglesia porque el templo fue reconstruido en el siglo XVI.
Sobre la portada hay que destacar sus tres arquivoltas, estando la central apoyada en columnas y capiteles. Aunque el paso del tiempo no los ha perdonado, en uno de ellos todavía se puede contemplar un tema del Antiguo Testamento. Dignos de admirar también son los arcos que están decorados con rosetas de excelente calidad.
Respecto a la cabecera, se puede contemplar una bóveda de cañón apuntado que está apoya en dos arcos, uno triunfal y otro fajón, con unas arquerías ciegas que refuerzan y decoran los muros laterales. En los capiteles se pueden contemplar una lucha de caballeros, aves y un centauro disparando su arco contra una sirena pájaro.
Interior
Pero si bonito es el exterior del templo, no menos impresionante es el interior. Dentro de la iglesia se puede admirar un imponente retablo mayor de San Bartolomé, pintado en 1544 por el llamado Maestro de Duruelo, una pila bautismal románica de una sola pieza, el coro y un bello artesonado mudéjar en madera. En cuanto a orfebrería destaca una cruz procesional realizada en Segovia en 1553 y la custodia de sol que regaló en 1629 Antonio González, arcipreste de Granada, juez ordinario y cónsul del Santo Oficio.
La iglesia no es el único monumento que se conserva en Cozuelos, ya que en el pueblo se encuentran la ermita de San Roque, con un vano de entrada de medio punto y los muros de lo que se fuera la Casa Grande o Casona.
Cruces
Pero además, por la localidad también se pueden encontrar un Vía Crucis cerca de la ermita y la denominada Cruz de Olivares, ésta última relacionada con un trágico suceso. Cuenta la tradición oral que cuando se celebraba una boda los invitados del novio iban al pueblo de la novia con sus carros y ganados celebrando el inicio de la fiesta. En una de esas celebraciones el novio iba encabezando la comitiva con un caballo trotando a galope.
De repente, al animal se le enganchó la cadena de la cabezada con la herradura, por lo que cayó muerto en el acto. Por desgracia, el novio perdió el equilibrio y se desnucó. Al parecer era un caballero que se apellidaba Olivares. En su memoria se instaló la cruz de piedra.
Precisamente este material tiene mucho que ver con el nombre del pueblo. El motivo es que Cozuelos deriva del diminutivo latino 'cotiolos' que quiere decir 'piedrecitas'. La primera vez que se cita esta localidad es en 1247 como 'Coçuelos', posteriormente evolucionaría hasta el nombre actual. No será hasta después de 1845 cuando se le añadió el 'apellido' de Fuentidueña, por pertenecer a esta Comunidad de Villa y Tierra.

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