Vizcaya muestra sus orígenes

El nuevo Museo Arqueológico de Bilbao abre sus puertas en las Calzadas de Mallona

Bilbao ganó ayer un nuevo museo. El diputado general inauguró el nuevo Museo Arqueológico de la villa, que almacenará y divulgará el legado prehistórico, y también histórico, de la provincia. Está ubicado en la que fuera estación de la antigua línea ferroviaria Bilbao-Lezama, en las Calzadas de Mallona. El edificio, de 3.000 metros cuadrados repartidos en cinco plantas, alberga más de 18.000 piezas y restos arqueológicos recuperados en distintas excavaciones, que hasta ahora estaban repartidos en otras instalaciones museísticas.
Nada menos que 6.500 cajas en el almacén del museo contienen los vestigios más primitivos de la provincia. Más de dos kilómetros de estanterías, procedentes en su mayoría de excavaciones realizadas en cuevas de Lemoa, Dima, Sopuerta, Sopelana, Lekeitio, Forua y, por supuesto, Santimamiñe. Los almacenes ocupan una superficie de 1.000 metros cuadrados, distribuidos en las tres plantas del sótano.
Pero, además de una labor conservadora, el museo nace con una doble vocación: como centro de investigación y de difusión. Sobre esta base se organiza el edificio. Para la primera función, el museo dispone de 200 metros cuadrados de laboratorios, un taller de restauración de otros 100 metros cuadrados y un archivo donde guardar todos los materiales que los investigadores vayan generando. En cuanto a la función difusora, dirigida al público general, el museo se divide en tres espacios: la zona de exposiciones -varias salas que albergan la colección permanente de unas 500 piezas, la más antiguas, de hace 75.000 años-, una sala de exposiciones temporales y un taller pedagógico dirigido a grupos escolares.
Además, la zona de exposición está dotada de 19 equipos interactivos multimedia, cinco expositores audiovisuales y cada zona dispone de ordenadores que aportan información complementaria. La colección permanente se organiza de forma cronológica. Comienza en la segunda planta repasando la Prehistoria, la Edad de Hierro y la época romana, y continúa en la primera planta con el Medioevo y la Edad Moderna.

Tres años de obras

Pretende ser muy didáctico, así que al comienzo de cada era histórica hay un umbral que resume lo esencial de la época. El recorrido repasa primero las sociedades cazadoras y recolectoras de la Prehistoria y una pantalla cónica de 4 metros muestra la evolución del paisaje vizcaíno en aquella época. El siguiente paso son las sociedades productivas, los pastores y agricultores prehistóricos, donde la aparición de la cerámica es el elemento más llamativo.
En la Edad de Hierro repasa las desconocidas costumbres funerarias y, en la época romana recorre sus calzadas. Ya en la Edad Media descubre los ritos de enterramiento de los guerreros y una de las piezas estrella del museo: el pecio de Urbieta del siglo XV. La construcción del museo ha durado 36 meses y la inversión ha superado los 7 millones de euros. En el centro trabajarán diez personas entre arqueólogos, restauradores, personal administrativo y de seguridad.