Francisco Giles: «La arqueología ha cambiado radicalmente en sólo diez años» (Entrevista)

El director del Museo de El Puerto se jubila tras cuatro décadas de profesión dedicadas a excavaciones en la provincia, pero también Egipto o Mauritania

Cuando llegó a Cádiz, a mediados de los 70, era una rareza. Arqueólogo, experto y vocacional. Empezó a excavar con 15 años y ahora acaba de jubilarse. Ha visto como la profesión cambiaba radicalmente a lo largo de su trayectoria, aunque la última década, con la entrada en el juego de las nuevas tecnologías, ha sido la más «movidita». El sábado, compañeros de toda España le brindaron un emotivo homenaje. Piensa que la provincia aún tiene mucho que ofrecer, por «su excepcional situación geográfica y por el enorme patrimonio histórico que todavía encierra», así que no piensa renunciar a continuar investigando, aunque sea fuera de su despacho de dirección del Museo de El Puerto.

-Aterriza en el Museo Provincial de Cádiz en 1976 ¿Qué recuerda?

-Cuando llegué de Madrid, en Cádiz apenas había arqueólogos profesionales. Yo era un caso extraño, formado en la materia, de carrera... Había mucho trabajo por hacer y empecé enseguida con las prospecciones. Presenté, de inmediato, una batería de proyectos.

-¿Cuáles han sido sus intervenciones más satisfactorias?

-Me quedo con la primera, en Sanlúcar, donde sacamos a la luz los restos de un templo fenicio. También los trabajos en la cueva del Higueral, en Arcos de la Frontera, que dieron unos resultados extraordinarios. Es uno de los yacimientos más densos y completos de Andalucía Occidental.

-¿Cuál es la gran asignatura pendiente en la provincia? ¿Qué queda por hacer?

-Muchísimo. Esta es una provincia muy rica, situada entre dos continentes, bien posicionada. Yo, que me dedico a la Prehistoria, tengo la espinita de encontrar un neanthertal. Pero aún estoy a tiempo. He excavado en cuevas donde han habitado, pero me faltan sus restos...

-En cuatro décadas también ha tenido la oportunidad de salir fuera. ¿Egipto o Mauritania?

-Todas han sido campañas fundamentales para mí. Egipto, donde excavé en templos y necrópolis, resultó una experiencia. Y en el Sáhara occidental también hicimos un gran trabajo.

-¿Ha cambiado mucho la arqueología en estos años?

-Muchísimo, sobre todo en la última década, con la aplicación de las nuevas tecnologías. Las bases de la investigación siguen siendo las mismas, pero ahora se aplican métodos como los carbono 14, los sistemas de dataciones por aminoácidos, los estudios del paleoclima... Actualmente se está trabajando en la llamada arqueología molecular, a través del ADN, que facilita mucho el trabajo.

-¿Qué va a echar de menos?

-Bueno, estoy en plenas facultades, así que seguiré investigando, aunque ya no lo haga desde mi el Museo Arqueológico de El Puerto.