Vitoria muestra100 metros más de su muralla medieval y un jardín botánico
30/7/07 .- http://www.elcorreodigital.com/
Las visitas al paso de ronda discurren por una pasarela entre los cantones de las Carnicerías y el de la Soledad
Vitoria ha vuelto a sacar a la luz un nuevo vestigio, testigo de su pasado histórico. Si hace nueve meses enseñó el primer tramo de su imponente muralla, ayer hizo lo propio con la segunda fase del paso de ronda. A partir de ahora, los visitantes pueden contemplar 100 metros más de este baluarte que protegió a la antigua aldea y luego ciudad. Además, también es posible disfrutar de un jardín botánico repleto de especies aromáticas.
Ahora es posible conocer en profundidad el trabajo de los arqueólogos, que han sacado a la luz un total de 236 metros de muralla y cuatro torreones, situados entre los cantones de las Carnicerías y el de la Soledad. «Es un espacio fascinante y tiene gran relevancia histórica porque dignifica el Casco Viejo, que se encuentra en riesgo de degradación», manifestó el arqueólogo responsable del proyecto, Agustín Azkarate.
Un aspecto destacado por Ismael García, coordinador del equipo de arqueólogos. «La historia de Vitoria como ciudad empieza en el siglo XI, cuando se construyeron estos muros. Antes era un pequeño poblado», detalló. Pero en contra de lo que se cree, la muralla no cumplía un objetivo sólo defensivo, también económico.
Buena prueba de ello es que en torno a ella se construyeron los antiguos mataderos y el mercado de viandas de la ciudad. Precisamente, sus restos arqueológicos se pueden contemplar desde un mirador colocado sobre el contrafuerte adosado al Palacio Escoriaza Esquível.
Para facilitar su acceso, el responsable de la oficina municipal de Paisaje Urbano, Eduardo Rojo, ha instalado una rampa que salva el desnivel de cuatro metros existente en el terreno. Rojo también es el artífice del jardín botánico, basado en la estructura del matadero decimonónico, en el que se han plantado sedum, lavanda, romero y tomillo.
Tercera fase
El recorrido -se realiza guiado cuatro veces al día- comienza mucho antes, en la entrada de visitantes de la catedral. Tras conocer el templo gótico, se accede a la entrada del recinto, de 3.000 metros cuadrados, junto al rastrillo del cantón de las Carnicerías. Se puede realizar el trayecto -cuesta dos euros- a las 11.15, 12.45, 17.15 y 18.45 horas.
El primer tramo ya ha sido visitado en los primeros nueve meses por 11.700 personas y se espera que sean 15.000 al acabar el año.
Ahora, el siguiente objetivo se centra en hacer realidad la tercera y última fase de la muralla, la que enlaza el cantón de la Soledad y la plaza del Machete. Un proyecto ambicioso y «el más bonito», según Azkarate.
Vitoria ha vuelto a sacar a la luz un nuevo vestigio, testigo de su pasado histórico. Si hace nueve meses enseñó el primer tramo de su imponente muralla, ayer hizo lo propio con la segunda fase del paso de ronda. A partir de ahora, los visitantes pueden contemplar 100 metros más de este baluarte que protegió a la antigua aldea y luego ciudad. Además, también es posible disfrutar de un jardín botánico repleto de especies aromáticas.
Ahora es posible conocer en profundidad el trabajo de los arqueólogos, que han sacado a la luz un total de 236 metros de muralla y cuatro torreones, situados entre los cantones de las Carnicerías y el de la Soledad. «Es un espacio fascinante y tiene gran relevancia histórica porque dignifica el Casco Viejo, que se encuentra en riesgo de degradación», manifestó el arqueólogo responsable del proyecto, Agustín Azkarate.
Un aspecto destacado por Ismael García, coordinador del equipo de arqueólogos. «La historia de Vitoria como ciudad empieza en el siglo XI, cuando se construyeron estos muros. Antes era un pequeño poblado», detalló. Pero en contra de lo que se cree, la muralla no cumplía un objetivo sólo defensivo, también económico.
Buena prueba de ello es que en torno a ella se construyeron los antiguos mataderos y el mercado de viandas de la ciudad. Precisamente, sus restos arqueológicos se pueden contemplar desde un mirador colocado sobre el contrafuerte adosado al Palacio Escoriaza Esquível.
Para facilitar su acceso, el responsable de la oficina municipal de Paisaje Urbano, Eduardo Rojo, ha instalado una rampa que salva el desnivel de cuatro metros existente en el terreno. Rojo también es el artífice del jardín botánico, basado en la estructura del matadero decimonónico, en el que se han plantado sedum, lavanda, romero y tomillo.
Tercera fase
El recorrido -se realiza guiado cuatro veces al día- comienza mucho antes, en la entrada de visitantes de la catedral. Tras conocer el templo gótico, se accede a la entrada del recinto, de 3.000 metros cuadrados, junto al rastrillo del cantón de las Carnicerías. Se puede realizar el trayecto -cuesta dos euros- a las 11.15, 12.45, 17.15 y 18.45 horas.
El primer tramo ya ha sido visitado en los primeros nueve meses por 11.700 personas y se espera que sean 15.000 al acabar el año.
Ahora, el siguiente objetivo se centra en hacer realidad la tercera y última fase de la muralla, la que enlaza el cantón de la Soledad y la plaza del Machete. Un proyecto ambicioso y «el más bonito», según Azkarate.
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