Cultura deja en manos de un órgano consultivo el futuro de los arrabales (Córdoba)
24/4/07 .- eldiadecordoba.com
Sigue abierto el conflicto entre la Delegación de Cultura y los constructores de la ciudad por culpa de los criterios de conservación de los arrabales existentes en la zona de expansión residencial de Poniente, concretamente en el Plan Parcial O-7, que regula las parcelas comprendidas entre el barrio de El Zoco y la factoría de ABB. El endurecimiento de las medidas conservacionistas establecido por la Delegación de Cultura de la Junta en Córdoba ha hecho que el futuro de este área residencial esté en el aire. Ahora, según han confirmado a el Día fuentes de la Administración autonómica, cuatro meses después de que se comenzarán a realizar las primeras catas la delegada del ramo, Mercedes Mudarra, ha puesto el caso en manos de la Comisión Andaluza de Arqueología, un órgano consultivo que emitirá un dictamen sobre qué hacer con los restos de estos barrios musulmanes que se encuentran en el subsuelo de todo el extrarradio de la ciudad.
La situación actual es de bloqueo. Los constructores no pueden, de momento y conforme a las medidas establecidas, hacer cimientos ni diseñar cocheras en el subsuelo de estas parcelas, porque se toparían con los restos aparecidos, que son de época emiral y califal. Un endurecimiento del criterio de conservación de estos yacimientos está llevando la intranquilidad a unas empresas que cuentan con uno de los suelos más caros de Córdoba, pero no pueden acometer las actuaciones porque Cultura pretende que se preserve la mayor parte de lo que aparece en el subsuelo.
Hasta ahora, los constructores habían trabajado con la premisa de que se iba a respetar sólo lo realmente valioso. Sus proyectos contemplan, además, la conservación de testigos y de las partes de los yacimientos importantes, pero consideran, según las fuentes consultadas, que los niveles de conservación son demasiado elevados y hacen inviable en términos de rentabilidad la edificación en estas parcelas.
Así las cosas, la Delegación de Cultura ha querido amparar decisiones futuras sobre el dictamen que emitirá, en unos dos meses, la Comisión Andaluza de Arqueología. Ahora bien, esta valoración solo tiene un carácter consultivo, puesto que es la Junta, en este caso la Delegación, la que tiene las competencias transferidas en esta materia.
En cualquier caso, los constructores sostienen que el endurecimiento de las medidas de conservación desvirtúa el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y paraliza el futuro de la ciudad, ya que toda la zona de Poniente de Córdoba se ha planteado como de expansión residencial y los arrabales son tan frecuentes que, o se toma una decisión fija de conservación, o el problema seguirá estando. Si esto ocurre, no tendría sentido el PGOU actual, pues no se podría construir en ningún plan parcial de Poniente por la aparición de este tipo de restos.
Pero los constructores no quieren aparecer como los malos de la película. Hace cuatro meses, el secretario general de al Asociación Provincial de Constructores, Francisco Carmona, declaró a el Día que en el 70 ó el 80 por ciento de estos residenciales no habrá agresión al subsuelo, puesto que este porcentaje de terreno se destina a zonas verdes y equipamiento.
La situación actual es de bloqueo. Los constructores no pueden, de momento y conforme a las medidas establecidas, hacer cimientos ni diseñar cocheras en el subsuelo de estas parcelas, porque se toparían con los restos aparecidos, que son de época emiral y califal. Un endurecimiento del criterio de conservación de estos yacimientos está llevando la intranquilidad a unas empresas que cuentan con uno de los suelos más caros de Córdoba, pero no pueden acometer las actuaciones porque Cultura pretende que se preserve la mayor parte de lo que aparece en el subsuelo.
Hasta ahora, los constructores habían trabajado con la premisa de que se iba a respetar sólo lo realmente valioso. Sus proyectos contemplan, además, la conservación de testigos y de las partes de los yacimientos importantes, pero consideran, según las fuentes consultadas, que los niveles de conservación son demasiado elevados y hacen inviable en términos de rentabilidad la edificación en estas parcelas.
Así las cosas, la Delegación de Cultura ha querido amparar decisiones futuras sobre el dictamen que emitirá, en unos dos meses, la Comisión Andaluza de Arqueología. Ahora bien, esta valoración solo tiene un carácter consultivo, puesto que es la Junta, en este caso la Delegación, la que tiene las competencias transferidas en esta materia.
En cualquier caso, los constructores sostienen que el endurecimiento de las medidas de conservación desvirtúa el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y paraliza el futuro de la ciudad, ya que toda la zona de Poniente de Córdoba se ha planteado como de expansión residencial y los arrabales son tan frecuentes que, o se toma una decisión fija de conservación, o el problema seguirá estando. Si esto ocurre, no tendría sentido el PGOU actual, pues no se podría construir en ningún plan parcial de Poniente por la aparición de este tipo de restos.
Pero los constructores no quieren aparecer como los malos de la película. Hace cuatro meses, el secretario general de al Asociación Provincial de Constructores, Francisco Carmona, declaró a el Día que en el 70 ó el 80 por ciento de estos residenciales no habrá agresión al subsuelo, puesto que este porcentaje de terreno se destina a zonas verdes y equipamiento.
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