El castillo de Montearagón tendrá un área de protección para evitar las edificaciones (Huesca)

Patrimonio fija un entorno de 93 hectáreas para que las nuevas construcciones no interfieran en el paisaje de la fortaleza.


El castillo de Montearagón tendrá un entorno de protección de 93 hectáreas que lo preservará del impacto visual que pueden causar las nuevas edificaciones. Aunque hace cinco años ya se inició un procedimiento similar, la Comisión Provincial de Patrimonio echó atrás la propuesta por considerar que se había quedado corta.

Los núcleos habitados más cercanos a la fortaleza del siglo XI son Quicena, término municipal al que pertenece, y Tierz, que en los últimos años han experimentado un importante crecimiento urbanístico y cuyos ayuntamientos tienen sobre la mesa nuevas peticiones de licencias para seguir construyendo.

La Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón trabaja desde hace años para fijar un entorno de protección del Bien de Interés Cultural. Su responsable, Jaime Vicente Redón, señaló que ha habido varias propuestas, "unas más restrictivas y otras más amplias". "Lo que queremos es evitar que se puedan construir elementos que perturben la visión del paisaje".

El pasado 13 de febrero, Patrimonio dictó una resolución notificando a los interesados la delimitación de una zona que preservaba el paisaje del castillo. La zona se extiende a lo largo de 93 hectáreas que llegan prácticamente hasta la carretera nacional. "La propuesta es muy generosa", afirma Jaime Vicente. "Es un entorno discontinuo, no es una circunferencia sino que se va adaptando para garantizar que no habrá interferencias visuales desde muchos puntos". En su opinión, aunque todos los castillos tienen un valor paisajístico, el de Montearagón es "excepcional".

La figura de protección del entorno es una medida de prevención, "pero no quiere decir que no se pueda hacer nada, ni una nave, ni una casa", aclara el director general. "Se puede construir o hacer cualquier intervención siempre que no perturbe la contemplación". Cualquier proyecto, además de tener el aval de los ayuntamientos, deberá contar a partir de ahora con el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio.

La presencia de la fortaleza medieval ha sido fundamental a la hora de definir el trazado de la autovía Huesca-Lérida a su paso por la capital oscense. De hecho, la Declaración de Impacto Ambiental emitida a finales de enero señalaba claramente que para el tramo Huesca-Siétamo se consideraba recomendable no seleccionar la alternativa 3 por su afección sobre el paisaje del Montearagón. Este eje discurría a 300 metros del castillo e implicaba el desmonte de una ladera.

En 2002 ya se inició un procedimiento para la delimitación del castillo, pero la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural de Huesca emitió un informe desfavorable. Justificó que "teniendo en cuenta la implantación de este monumento tan emblemático en el territorio", era necesario un estudio para definir las zonas sensibles de la percepción del castillo desde diversos puntos de observación. Aquella propuesta era más reducida. "La comisión pensó, y nosotros los asumimos, que el entorno tenía que ser mayor. Algunos miembros hacían propuestas tremendamente amplias, porque el castillo se ve desde muchos kilómetros, pero teníamos que alcanzar un punto razonable". La nueva propuesta se presentó en noviembre de 2006 y recibió el informe favorable.