Hallan los restos de una ferrería del siglo XV bajo el suelo de La Encartada
17/4/07 .- deia.com
Los primeros análisis valoran «de gran trascenden-cia» el hallazgo que podría ser el más importante de la cornisa cantábrica
El museo de la Encartada de Balmaseda va a tener que añadir la calificación de arqueológico a su catalogación de industrial. La culpa la tienen los restos de una antigua ferrería hallados bajo el suelo del complejo museístico y cuya construcción se data en el siglo XV. Según la arqueóloga María José Torrecillas, una de las responsables del proyecto de excavación, «el hallazgo tiene gran trascendencia» ya que, por sus características, quizás sea la ferrería más importante de toda la cornisa cantábrica.
Aunque el descubrimiento fue dado a conocer ayer, los primeros hallazgos tuvieron lugar hace casi dos meses cuando se iniciaron unas catas previstas en el propio plan de actuación del Museo de La Encartada.
En concreto, el proyecto de rehabilitación del primer bloque de viviendas de obreros de la fábrica de boinas había previsto una exploración arqueológica preliminar para determinar la calidad e interés de los restos localizados en el semisótano de la casa y que parecían corresponder a una ferrería hidráulica.
«Los resultados de esta primera evaluación han sido altamente satisfactorios», indica la arqueóloga, María José Torrecillas, técnico a su vez de la Fundación responsable del museo. Los primeros trabajos han supuesto que además de identificar el taller bajo las casas, en la explanada adyacente se hayan descubierto unas viejas carboneras.
La labor de documentación viene a indicar que probablemente se trata de la temprana ferrería que el concejo de Balmaseda tenía en propiedad a finales del siglo XV. Una estructura que con el paso de los siglos fue cambiando, incluso de actividad. Se tiene conocimiento de que a principios del XVII la ferrería fue vendida a particulares y a mediados del XIX, sobre 1840, fue remodelada y convertida en molino de cuatro pares de muelas aprovechando la fuerza del agua del río colindante. Posteriormente, las carboneras fueron tapadas y donde hoy está la turbina, antes había un túnel y una acequia que accionaba el fuelle.
Precisamente, ese salto de agua fue uno de los elementos básicos para que después los promotores de la fábrica de boinas decidieran ubicarse en esta zona de El Peñueco.
Torrecilla cree que los restos que se puedan encontrar pertenecen a la estructura de la ferrería «más cercana en el tiempo a nosotros, es decir, del siglo XVII o XVIII, aunque aún está por comprobar».
A la hora de valorar su importancia, especifica que «puede tratarse del primer martinete de doble crisol que se excava en toda la zona del Cantábrico».
Unos 170 m2 de extensión
Estos hallazgos preliminares han implicado que hayan cambiado todos los planes previstos en La Encartada. Así se ha incluido la ejecución de un proyecto arqueológico completo, que incluye la excavación total del área que ocupó la ferrería.
Hasta la fecha se han levantado unos 80 m2 de superficie frente a la fachada de las viviendas de los obreros y se espera trabajar en otros 90 m2 más cuando se inicie la labor en el propio edificio.
El proyecto arqueológico con visado foral también ha permitido la actuación sobre el bloque de viviendas a pesar de está catalogado como bien cultural como todo el complejo del Museo de La Encartada.
El museo de la Encartada de Balmaseda va a tener que añadir la calificación de arqueológico a su catalogación de industrial. La culpa la tienen los restos de una antigua ferrería hallados bajo el suelo del complejo museístico y cuya construcción se data en el siglo XV. Según la arqueóloga María José Torrecillas, una de las responsables del proyecto de excavación, «el hallazgo tiene gran trascendencia» ya que, por sus características, quizás sea la ferrería más importante de toda la cornisa cantábrica.
Aunque el descubrimiento fue dado a conocer ayer, los primeros hallazgos tuvieron lugar hace casi dos meses cuando se iniciaron unas catas previstas en el propio plan de actuación del Museo de La Encartada.
En concreto, el proyecto de rehabilitación del primer bloque de viviendas de obreros de la fábrica de boinas había previsto una exploración arqueológica preliminar para determinar la calidad e interés de los restos localizados en el semisótano de la casa y que parecían corresponder a una ferrería hidráulica.
«Los resultados de esta primera evaluación han sido altamente satisfactorios», indica la arqueóloga, María José Torrecillas, técnico a su vez de la Fundación responsable del museo. Los primeros trabajos han supuesto que además de identificar el taller bajo las casas, en la explanada adyacente se hayan descubierto unas viejas carboneras.
La labor de documentación viene a indicar que probablemente se trata de la temprana ferrería que el concejo de Balmaseda tenía en propiedad a finales del siglo XV. Una estructura que con el paso de los siglos fue cambiando, incluso de actividad. Se tiene conocimiento de que a principios del XVII la ferrería fue vendida a particulares y a mediados del XIX, sobre 1840, fue remodelada y convertida en molino de cuatro pares de muelas aprovechando la fuerza del agua del río colindante. Posteriormente, las carboneras fueron tapadas y donde hoy está la turbina, antes había un túnel y una acequia que accionaba el fuelle.
Precisamente, ese salto de agua fue uno de los elementos básicos para que después los promotores de la fábrica de boinas decidieran ubicarse en esta zona de El Peñueco.
Torrecilla cree que los restos que se puedan encontrar pertenecen a la estructura de la ferrería «más cercana en el tiempo a nosotros, es decir, del siglo XVII o XVIII, aunque aún está por comprobar».
A la hora de valorar su importancia, especifica que «puede tratarse del primer martinete de doble crisol que se excava en toda la zona del Cantábrico».
Unos 170 m2 de extensión
Estos hallazgos preliminares han implicado que hayan cambiado todos los planes previstos en La Encartada. Así se ha incluido la ejecución de un proyecto arqueológico completo, que incluye la excavación total del área que ocupó la ferrería.
Hasta la fecha se han levantado unos 80 m2 de superficie frente a la fachada de las viviendas de los obreros y se espera trabajar en otros 90 m2 más cuando se inicie la labor en el propio edificio.
El proyecto arqueológico con visado foral también ha permitido la actuación sobre el bloque de viviendas a pesar de está catalogado como bien cultural como todo el complejo del Museo de La Encartada.
Noticias relacionadas
- Hallan restos de una iglesia del siglo XV en una excavación en Durango
- Arqueólogos de la UCA hallan en Ceuta restos de ocupación del siglo II al XIX
- Hallan restos de la muralla de Lekeitio del siglo XIV cerca del cementerio
- Hallan restos siglo I y épocas posteriores en Puerta Califal en Ceuta
- Hallan restos en La Magdalena anteriores a la fundación de la ciudad de Plasencia en el siglo XII
Comenta la noticia desde Facebook
Comentarios
1
Solo un apunte: la fábrica de boinas la Encartada está en Balmaseda (Bizkaia).
Saludos
Balmaseda-Bizkaia
Solo un apunte: la fábrica de boinas la Encartada está en Balmaseda (Bizkaia).
Saludos
Comentario realizado por
FRVH.
17/4/07 13:20h