Los Baños Califales reabren tras dos años cerrados al público (Córdoba)

Han sido remodelados y convertidos en un museo, en el que se han instalado maquetas, diapositivas y ambientación audiovisual.


Con pretensiones de que ésta sea la definitiva y con una musealización moderna, didáctica y multimedia, el conjunto arqueológico de los baños califales de Córdoba volvió ayer a abrir sus puertas después de que unas preocupantes humedades provocaran su cierre hace dos años. La Consejería de Cultura se ha encargado de mejorar la impermeabilización de los restos y el Ayuntamiento ha diseñado el proceso de musealización, que ha costado 240.000 euros y que ha financiado el Plan de Excelencia Turística.

Los visitantes podrán conocer el remozado recinto desde hoy con la misma entrada con la que se accede al vecino Alcázar de los Reyes Cristianos, pero a partir del año 2007 el acceso será independiente. Lo que encuentren será mucho más que unos restos arqueológicos, bastante bien conservados en muchos lugares. La directora de los Museos Municipales, Mercedes Valverde, y el arqueológo Pedro Marfil se han encargado de diseñar la musealización, que ha llevado a cabo la empresa Ingenia QED.

La zona de recepción busca que el visitante se sumerja en la época en que se construyeron los baños: el siglo X, durante el califato omeya.

Las maquetas

Para ello se muestran dos maquetas, realizadas ambas por Juan Puya. En una se da cuenta de toda la estructura de los baños califales, que aunque se comenzaron a construir en el siglo X muestran salas producto de sucesivas ampliaciones, realizadas en los siglos XI y XII, con criterios muy diferentes. La otra sirve para conocer cómo era su entorno espacial en la Córdoba de la época.

La apuesta por lo audiovisual es constante en todo el recorrido, hasta el punto de que metros más adelante los visitantes pueden visionar un documental en que se relata el origen y la evolución de este tipo de establecimientos. Más adelante se conoce cuáles fueron las particularidades que desarrollaron en Al-Andalus.

El grueso de la visita está agrupado bajo el epígrafe de «El ritual del baño», y se sitúa en las tres salas centrales del establecimiento, precisamente aquellas en que estaba la zona de baños propiamente dicha, con sus tres salas: fría, templada y caliente. La primera servía para hacer las purificaciones rituales, mientras que la segunda era la más importante del edificio, pues los usuarios pasaban allí la mayor parte del tiempo. No sólo tomaban el baño, sino que también realizaban su higiene. De todo se forma a través de completos paneles explicativos.

Si en todo el recinto se han colocado dibujos imitando a los de la época, que ha realizado Isabel González Carrión, en la sala templada además se puede escuchar una «posible conservación» recreada que mantienen el califa Alhakén II, su hijo Hixam y el visir Chafar. Tras conocer la sala caliente, el visitante debe volver a la zona de recepción y allí tomar otro camino, en el que podrá ver la recreación del jardín andalusí y acceder al salón construido en el siglo XI, en la época del Reino Taifa, que fue escenario del asesinato de dos califas en los años 1018 y 1024.

Forma parte también del conjunto la sala de un baño almohade construido junto al califal aunque de características distintas, y la zona de la caldera y el horno, con la cual se calentaba el agua de los baños.