La defensa medieval y fronteriza de Cortegana

La defensa medieval y fronteriza de Cortegana (Huelva)

Sobre un risco que domina una vasta extensión de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, el Castillo de Cortegana en la provincia de Huelva evidencia su función como vigía y defensor de las fronteras siempre ambiguas del medioevo. Las fuentes históricas achacan su construcción a Sancho IV el bravo que quería reforzar la que se llamó Banda Gallega, la línea con la que se defendía la frontera con Portugal. Más que un asentamiento, el objetivo de este castillo era la defensa de la frontera dentro de la estrategia que los cristianos pusieron en marcha para la Reconquista de la península. Después, el castillo fue perdiendo este uso militar e incluso recibió los ataques del famoso terremoto que asoló Lisboa en el siglo XVIII. En la década de los setenta del siglo pasado fue restaurado. El monumento, declarado Bien de Interés Cultural, tiene dos partes. Se distingue la zona propia del castillo y la cerca, que es el límite exterior que lo rodea. El Castillo de Cortegana cuenta con un pequeño patio de armas al que se accede directamente por la puerta del complejo defensivo y que distribuye el resto de las dependencias.

La torre del homenaje

Un gran bloque trapezoidal al que se adosa una torre del homenaje es el alcázar, distribuido en dos plantas. La torre del homenaje fue levantada con saeteras a principios del siglo XVI. La cerca es una muralla que está restaurada parcialmente. Cuenta con seis torres del siglo XVII y dos puertas, una de ellas con una compleja articulación. Su misión era defender al castillo y dar cobijo a la población con sus bienes en caso de que el enemigo atacara. En total, esta estructura alcanzaba una extensión de 325 metros de longitud. El pueblo de Cortegana se extiende bajo la protección del castillo.

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