Candiles que recorrieron todo el Mediterráneo medieval hasta Daniya (Dénia, Alicante)

Candiles que recorrieron todo el Mediterráneo medieval hasta Daniya (Dénia, Alicante)


Dos objetos tangibles hallados en Dénia, un candil de la era del Califato de Córdoba y un portacandil procedente del área de Siria, permiten tocar con las manos el lugar central de la ciudad en los siglos X y XI
«Había una élite social capaz de importar de talleres de orfebrería ubicados en lugares muy lejanos» dice Gisbert
Descripción coetánea de al Idrisi sobre Daniya: «Salen de aquí navíos para los puertos más remotos del levante y también salen de aquí las flotas en tiempos de guerra»


A veces, uno o dos objetos permiten desplegar un gran mapa de la Europa medieval y recorrer miles de millas por tierras de hace un milenio, desde el Califato de Córdoba hasta el Oriente Medio. Es el caso de esta historia. Los objetos, un candil y un portacandil. Y el epicentro del viaje, la Dénia islámica, parada obligada y trascendente de este trayecto entre Occidente y Oriente por el Mediterráneo de los siglos X y XI.

Que Daniya ocupó un lugar central en aquella Europa ya era sabido. Otra cosa es tocar esa certeza con las manos: comprobarlo a través de dos piezas tan tangibles como un candil y un portcandil, ambas halladas en Dénia. El primero, era de tipología califal, del siglo X y por lo tanto debía proceder del área de influencia del Califato de Córdoba, la ciudad que dominó el Al-Andalus antes de que alrededor del año 1000 este territorio se resquebrajara en decenas de taifas; el segundo, el portacandil, procede casi del otro extremo del mundo (al menos del mundo de entonces, del mundo conocido): habría sido fabricada en el área de Siria o Palestina, bajo el Califato de Egipcio, en el siglo XI.

A juicio del arqueólogo municipal, Josep Antoni Gisbert, que los dos hallazgos se localizaran en esta ciudad «da una idea de la potencia de la élite social de Dénia a lo largo de esos dos siglos, capaz de importar utensilios de talleres de orfebrería de tierras muy lejanas y por lo tanto con relaciones comerciales y políticas muy intensas con los principales estados de uno y del otro lado del Mediterráneo». A Oriente y a Occidente. Con Daniya en el centro.

En el marco de la conmemoración de los mil años de la taifa de Dénia, este caso fue analizado en una conferencia a dos manos pronunciada el pasado 21 de agosto por por el profesor Vicent Lerma y por el propio Gisbert. Lerma analizó la fascinante historial del candil de bronce de época califal, propiedad en la actualidad del Ayuntamiento de Valencia y que fue adquirida en una tienda de anticuario de esta última ciudad con una etiqueta que aseguraba: procedente de las murallas de Dénia.

Su gran valor estriba en que piezas como este candil no se han hallado en ningún otro territorio de la actual Comunidad Valenciana. Para encontrar otras similares similares hay que buscar en zonas más próximas al califato de Córdoba, como esta misma provincia o las de Granada o Almería. De ahí la singularidad del hallazgo al pie de alguna de las murallas que protegieron la medina de Daniya.

A esta última llegó también el portacandil, segundo objeto de este análisis. Lo hizo a bordo de alguno de los barcos que la enlazaba con Alejandría y el Oriente Medio. Fue una de las famosas 170 piezas de bronce descubiertas en Dénia a finales de la década de 1920. Según Gisbert, una reciente investigación ha permitido concluir que ese hallazgo procedía de la misma factoría que los descubiertos a principios de este siglo XXI en lugares muy bíblicos de Palestina, las antiguas ciudades de Caesareay Tiberiades , en aquella época bajo domino del califa de El Cairo, Al-Mustansir. Y otra prueba de la centralidad de Daniya en el siglo XI: en el entorno de Córdoba de donde procedía el candil descrito por Lerma en cambio no se ha encontrado ningún portacandil procedente del área sirio-palestina.

El portacandiles es así un objeto tangible del profuso comercio datado en numerosos documentos de la época que Daniya mantuvo a través de su puerto con Siria, Egipto (Alejandría o El Cario), e incluso emporios comerciales de Irán e Irak. Aquel tráfico posibilitó además que Daniya recibiera el presunto santo grial como ya se ha contado durante estos meses y desencadenó una abundante producción literaria que también ha llegado hasta nuestros días. Una prueba la constituye el siguiente texto de Al Idrisi, una magnífica descripción de la Dénia medieval que entre otras cosas testimonia la importancia de su puerto:

«Denia es una ciudad situada sobre la orilla del mar, muy populosa y bella. Tiene un grande arrabal y muros muy fuertes, que por la parte de Oriente están construidos dentro del mismo mar, con mucho arte y sabiduría. Tiene una alcazaba sobremanera inaccesible, que domina una campiña completamente cultivada(…).
A esta ciudad acuden muchas embarcaciones y también se construyen allí muchas, porque hay un arsenal para su construcción. Salen de allí navíos para los puertos más remotos del levante y también salen de allí las flotas en tiempos de guerra.
A su parte meridional hay un monte grande, de forma redonda, desde cuya cima se descubren los montes de Ibiza en alta mar. Este monte se llama Caon»

¿Coincidieron candil y portacandil?


Por cierto que en aquella conferencia, Gisbert y Lerma debatieron sobre la posibilidad de que el candil y el portacandil objeto de este viaje a la memoria del tiempo llegaran a coincidir: que uno sirviera para portar al otro. Gisbert cree que no fue posible, toda vez que entre los diversos objetos de bronce hallados en Dénia hacia 1920 no existen fragmentos de ningún candil andalusí: son dos objetos que pese a probrar la importancia de Daniya están separados por un siglo de diferencia y por orígenes opuestos. Por su parte, Lerma arguyó que sí pudieron coincidir debido a que cien años no es una distancia temporal tan importante y que ambos pudieron ser utilizados por los habitantes de la Dénia medieval a pesar de su procedencia dispar.