Parques arqueológicos de papel (Alicante)

Parques arqueológicos de papel (Alicante)

El abandono y destrucción del patrimonio de la ciudad de Alicante tiene, desgraciadamente, muchos y variados ejemplos. El patrimonio arqueológico no es una excepción a ese proceso. Hay dos yacimientos arqueológicos en el entorno del Tossal de Manises, en el que se enclava Lucentum, que esperan desde hace ya demasiados años convertirse en parques arqueológicos municipales: el del Parque de las Naciones y el del Cerro de las Balsas. Ambos están catalogados en el no aprobado plan especial de protección arqueológica del término municipal de Alicante, un plan que se incorporó a la documentación del frustrado nuevo plan general de la ciudad, el de las escuchas del caso Brugal. En las fichas de ambos yacimientos figura la misma propuesta de protección: parque arqueológico.

Pues bien, pasan los años y esos parques arqueológicos sólo existen sobre el papel. Sobre el terreno lo que tenemos son unos restos que afloraron en el curso de excavaciones arqueológicas, que por supuesto fueron minuciosamente documentados, pero que desde entonces están sometidos a la acción combinada de los agentes meteorológicos y del vandalismo, deteriorándose e incluso en algún caso desapareciendo. Los vallados que rodean sus recintos están rotos y se puede acceder a los mismos sin ningún problema.

Las cubiertas que se habilitaron en el Cerro de las Balsas para proteger algunos de los restos arqueológicos en el mejor de los casos han perdido su material de techado, dejando a la intemperie los restos que pretendían protegerse, y en el peor de los casos han desaparecido en su totalidad dejando completamente desprotegidos unos restos que por su carácter deleznable se han erosionado hasta prácticamente desaparecer.

La desidia del PP municipal en llevar adelante el parque arqueológico del Parque de las Naciones mientras se gasta el dinero municipal en obras innecesarias como las de la Plaza de Balmis, la Rotonda del Milenio o las setas de la calle San Francisco, y la permisividad de ese mismo PP frente a los incumplimientos de las obligaciones de la urbanizadora del plan parcial 1-4 Albufereta, la empresa Nozar, que hace años que debería haber habilitado el parque arqueológico del Cerro de las Balsas, nos han llevado a esta lamentable situación.

Nada que ver entre Alicante y ciudades como Cartagena. En ambas gobierna el PP, pero en Cartagena se ha cuidado y puesto en valor. Mientras tanto, el patrimonio alicantino sigue languideciendo a la espera de que nuevos y renovados gobiernos municipales lo pongan en valor. Esperamos poder contribuir desde Esquerra Unida a esa necesaria tarea.