El pausado renacimiento de Castro El Viejo (Torreparedones, Córdoba)

El pausado renacimiento de Castro El Viejo (Torreparedones, Córdoba).
Los trabajos en el parque arqueológico sacan a la luz la fortificación y el poblado medieval, con un horno y un molino


El ondulado paisaje de la campiña este cordobesa, de lomas cubiertas de olivares, se rompe cuando se mira al conocido como Cerro de Las Vírgenes. Aquí atrae la vista del viajero la torre del homenaje del castillo de Castro El Viejo. Así se conocía en la época bajomedieval a la parte más alta de la ciudad íbero-romana Ituci Virtus Iulia, ahora el parque arqueológico de Torreparedones.

En este punto, el más alto del yacimiento, se encuentra también «un recinto fortificado que está rodeado por una muralla que se vincula directamente con los muros del castillo», según lo describe el profesor de la Universidad de Córdoba, Ricardo Córdoba, que es también el director de las excavaciones que se están realizando en esta zona.

En los años 2007 y 2008, el castillo fue objeto de una intervención arqueológica en la que se ponía de relieve las estructuras internas. Ahora se encuentra en la primera fase de restauración en la que se está rehabilitando la torre del homenaje para que pueda ser visitada. Como complemento a estos trabajos, en el mes de julio se iniciaron las excavaciones del recinto fortificado situado en la parte oriental del castillo con el objetivo de «documentar qué estructuras había en este espacio», según explica Ricardo Córdoba, «si eran de carácter doméstico, si aquí podría haber estado la población medieval de Castro El Viejo o si eran estructuras relacionadas con el castillo».

Esta disyuntiva ha quedado pronto resuelta con los primeros hallazgos que han salido a la luz en el recinto: un horno de pan y un molino de harina. Lo que indica, según Córdoba, que «se trata de un espacio directamente vinculado con los servicios del castillo. Son elementos de carácter industrial o auxiliar que probablemente serían utilizados por la propia guarnición del castillo».

Moneda de Fernando IV

El horno de pan es «el primero que tenemos documentado del siglo XIV y seguramente utilizado a lo largo de la época en la que estuvo en funcionamiento el castillo: la segunda mitad del siglo XIII, momento de su construcción, y durante el siglo XIV», explica el director de las excavaciones. Así lo indican los materiales que han aparecido durante la excavación entre los que destaca «un pepión de Fernando IV, que es una moneda acuñada entre los años 1300 y 1312», aclara Ricardo Córdoba. Destaca el profesor de la UCO que el horno «conserva muy bien el arranque de la bóveda de ladrillo y también lo que sería la ventana de alimentación de la leña y el propio pan». Además, por su gran tamaño, se piensa que «probablemente el horno no solo lo utilizaría la guarnición del castillo, sino que probablemente también la población de Castro El Viejo».

Muy cerca del horno de pan se hallaban los restos de un molino de harina: «Tenemos una piedras de moler que están colocadas justamente al lado de donde ha aparecido el horno de pan, lo que nos indica claramente que se trata de un espacio donde se molturaba la harina para hacer pan». Ricardo Córdoba especifica esto porque las piedras «están colocadas en vertical y el molino de pan molería en horizontal», comenta. El cambio de posición señala que «están reutilizadas».

Dado que estos hallazgos «dicen claramente que el poblado medieval está fuera del recinto fortificado», redunda el profesor de la UCO, y que lo que hay en el interior «serían los elementos auxiliares de la guarnición que hubo en el castillo a lo largo de la baja Edad Media», Ricardo Córdoba no descarta que allí estén también la herrería u otras instalaciones que sirvieran a los habitantes del castillo.

Las viviendas de Castro El Viejo «probablemente estén situadas al sur de la fortificación como suele ser normal en las poblaciones de la época bajomedieval», según la investigación.