Un monasterio sin dueño busca quien lo restaure: Bonaval (Guadalajara)

La estructura de Santa María de Bonaval, un templo del siglo XII ubicado en Guadalajara, se deteriora día a día sin que nadie se haga cargo de los arreglos

El monasterio cisterciense de Santa María de Bonaval, del siglo XII, situado a las afueras de Retiendas (Guadalajara), se deteriora día tras día y más tras las abundantes lluvias de las últimas semanas, pero tiene un problema mayor: no puede ser restaurado porque nadie sabe quién es su dueño. Los vecinos de la zona y los miembros del Grupo de Defensa del Patrimonio de Guadalajara pensaban que la Junta de Castilla-La Mancha era la propietaria y la Junta creía que los dueños eran descendientes de quienes se hicieron con el monasterio en el siglo XIX a raíz de la desamortización de Mendizábal. Así las cosas, lo único que parece cierto es que su único propietario conocido, aunque de carácter “espiritual” es Dios.

El bello paisaje natural que rodea este monasterio, que cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural, está convirtiéndose ahora en su principal enemigo, ya que la vegetación invade cada rincón del recinto. «Hemos consultado a la Gerencia Territorial del Catastro y la titularidad está omitida. También hemos preguntado a la Diputación de Guadalajara y tampoco lo tienen en su base de datos», explica el delegado de la Junta de Castilla-La Mancha en Guadalajara, José Luis Condado, para quien «la sociedad debe preservar este Bien de Interés Cultural aunque en este caso la dificultad es grande».

Tampoco las gestiones realizadas en los ayuntamientos de Cogolludo y Retiendas han dado resultado: se ha encontrado un documento de 1900 según el cual 45 familias de Retiendas se quedaron el monasterio. «No sabemos a quién dirigirnos», reconoce Condado.

Recogida de firmas

De momento, lo único que ha podido hacerse para salvaguardar el monasterio es vallar su contorno junto al río Jarama. La siguiente acción de la Delegación de la Junta en Guadalajara será enviar a la Consejería de Cultura un dossier completo sobre el caso «para que se decida lo que sea pertinente».

Mientras se determina quién puede ser el dueño de Santa María de Bonaval, el Grupo de Defensa del Patrimonio Histórico-Artístico de Guadalajara, que lleva tres décadas trabajando, ha recogido ya cerca de mil firmas pidiendo su urgente rehabilitación. Este grupo sostiene que su restauración serviría para crear puestos de trabajo, además del beneficio que conllevaría evitar su desaparición. También podría ser la entrada a la ruta de la Arquitectura Negra de Guadalajara. El problema es que no tiene dueño y nadie asume la responsabilidad de garantizar que el monasterio seguirá en pie.