SOS: Patrimonio en riesgo inminente de derrumbe
8/2/13 .- http://www.abc.es
El abandono, las diferencias sobre su restauración, la falta de presupuesto y el paso del tiempo hacen mella en bienes de interés cultural que deberían tener garantizada su protección
Un gran estruendo sacudió a las 7 de la mañana del 12 de enero al pueblo de Tembleque. Era el último estertor que emitía la antigua posada ubicada en la Plaza Mayor del siglo XVII, monumento nacional desde 1973. Unos tres metros de la fachada oeste de la plaza se venían abajo sin causar daños personales. Nadie se sorprendió. El deterioro y el abandono de la finca era evidente. El paso del tiempo había ido socavando la casa ante las diferencias entre sus propietarios, que pretendían erigir un nuevo hotel derribando el viejo edificio, y la Dirección General de Patrimonio que apostaba por restaurarlo.
«Hay hundimientos cantados y éste era uno de ellos», se lamenta Carlos Morenés, vicepresidente de Hispania Nostra. La asociación para la defensa y puesta en valor del Patrimonio Cultural español recopila en su Lista Roja más de 400 edificios de patrimonio civil, militar y religioso en situación de abandono. El último en engrosar este preocupante listado es la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes o de los Monegros de Sariñena (Huesca), declarada bien de interés cultural (BIC) en 2002. La maleza se va adueñando de este monasterio hoy propiedad de las hermanas Bastarás, el chapitel de su campanario ya se ha hundido y peligran los frescos únicos que alberga de Fray Manuel Bayeu, cuñado de Goya.
La Lista Roja «ha aumentado en los últimos años», según explica Morenés, que vaticina un negro futuro tras estos años de crisis económica. «El fuerte descenso de las partidas para patrimonio, la desaparición de las subvenciones y la retirada de patrocinadores que se está produciendo se van a notar de aquí a diez años. El patrimonio va a sufrir una barbaridad», considera.
El convento de Santa María de Jesús de Ávila, más conocido como Las Gordillas, padece en sus propios muros esta realidad. El proyecto para construir un hotel de cinco estrellas en este Bien de Interés Cultural ha quedado congelado al no poder acometer las obras la empresa adjudicataria. Fuentes de Urbanismo del Ayuntamiento de Ávila consideran que «sería conveniente hacer una intervención ya», bien con otra empresa que retomara el proyecto del hotel o mediante otro procedimiento para salvar de la ruina al edificio, como se ha logrado con el palacio Caprotti o con Los Verdugos. El de Las Gordillas es uno de los muchos proyectos de conservación y restauración que se han visto paralizados por la crisis. En el Palacio de Ustáriz de Madrid los andamios quedan como testigos de las obras que iban a convertir este edificio del siglo XVIII en hotel y que se paralizaron por el caso Malaya al ser su propietario José Antonio Roca. «No sabemos en qué situación se encuentran las pinturas de Goya de su interior», apunta Vicente Patón, presidente de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio.
En cambio, para Carlos Bitrian, presidente de la Asociación Pública en Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa), la crisis actual es un buen momento para reflexionar sobre la conservación del patrimonio tras unos años de bonanza que «han sido tiempos de vileza y depredación urbanística». «Es un respiro paradójico», añade.
BIC en peligro
Sólo en abadías, monasterios y conventos y según la revisión realizada en 2011 del Plan Nacional, existen más de 550 edificios o restos de monasterios medievales de entre los siglos X al XV declarados Bien de Interés Cultural, uno de los más altos grados de protección que otorga la legislación española al patrimonio histórico-artístico español, aunque ser BIC no les libra del abandono. El historiador del arte de la Fundación de Santa María la Real, Artemio Martínez Tejera, reseña más de 20 espacios monásticos que reclaman una actuación urgente, entre los que destaca Santa María de Palazuelos en Valladolid. «Estaba en buen estado, pero los recortes le han hecho pasar a engrosar la otra lista», afirma este experto. La crisis ha afectado también al mantenimiento, cuyo coste en España corre a cargo casi exclusivamente de las distintas administraciones. Martínez Tejera alerta además sobre la situación de Santa María de Bonaval (Guadalajara) y Santa María de Rioseco (Burgos). «Están prácticamente enteros pero sin cubiertas y si en 4 o 5 años no se hace nada se van a venir abajo, si no antes», asegura.
La situación ha llevado a los propietarios de San Salvador de Albeos, en Crecente (Pontevedra), a poner en venta este cenobio románico por 300.000 euros ante la imposibilidad de rehabilitarlo. A ese precio salió a la venta hace dos años el Convento del Desierto en Calanda (Teruel), conocido en Aragón como «el pequeño Escorial» por sus colosales dimensiones. En 2012 ya se vendía por 150.000 euros este edificio barroco catalogado Bien del Patrimonio Cultural y en franco deterioro por abandono.
Camino de la ruina se encuentra también la Torre de Celles, un palacio rural asturiano del siglo XVI «paradigmático» y «muy singular» a juicio del arquitecto de la asociación Instituto del Patrimonio Arquitectónico de Asturias, José Ramón Fernández Vázquez de Prada. «Por sus características arquitectónicas y artísticas es acreedor de valores culturales muy importantes -añade- que lo hacen merecedor de una gran protección». Declarado Bien de Interés Cultural en 2003, sufre un deterioro cada vez mayor pese a que su propietaria ha sido multada por no conservar el edificio en condiciones.
En Segovia, la Asociación Cultural Amigos de la Villa y Tierra de Sepúlveda, intenta desde hace años que Manuel Cosío ceda a la Junta de Castilla y León el Castillo de Fernán González, deshabitado desde hace 30 años, para albergar el archivo de la localidad. «A los descendientes de Fernán González les cuesta mucho mantenerlo y se encuentra en estado precario», cuenta María Bernal Sanz, miembro de la Junta de Hispania Nostra y presidenta de la asociación que desde hace siete años promueve este proyecto para salvar el castillo de la ruina.
También se encuentra «estancado» el futuro del frontón Beti Jai de Madrid, a la espera de sentencia judicial, según explica Igor González, portavoz de la plataforma Salvemos el Beti Jai. El precio de la expropiación fijado en 7,2 millones de euros fue recurrido tanto por el Ayuntamiento, que solo quería pagar 5,7 millones, como por los propietarios de este «Vaticano de la pelota» declarado BIC en 2010, que piden 32 millones. El arquitecto Vicente Patón estima la reparación urgente necesaria para evitar que el edificio se venga abajo en menos de un millón de euros. «Nos preocupa la cubierta, se puede caer en cualquier momento», señala el presidente de la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio que alerta sobre otro monumento de la Comunidad de Madrid. «El Palacio de Monesterio en San Lorenzo del Escorial se está cayendo», recuerda Patón. Propiedad del BBVA, este antiguo palacio de Felipe II construido en el siglo XVII por Juan Gómez de Mora, está actualmente abandonado. Uno más.
Con 44 lugares en la lista de la Unesco, España es el segundo país con más patrimonio protegido del mundo, por detrás de Italia y algunas fuentes estiman en 40.000 los puntos patrimoniales valiosos en el país. Mantener en buen estado este legado resulta una tarea ingente, como reconoce Carlos Morenés, vicepresidente de Hispania Nostra que, sin embargo, cree que «no se tiene en cuenta que es mucho más barato el mantenimiento que la reconstrucción».
«Hay que olvidar esa dañina asociación de que «conservar» significa «gastar», considera Artemio Martínez. «Conservar significa invertir, pues no se puede explotar lo que no se conserva, ni lo que no se conoce». La clave es aprovechar el inmenso patrimonio español «como yacimiento de empleo y motor económico de zonas deprimidas», a juicio de este historiador del arte que recuerda cómo muchos de los monasterios fundados algunos hace ya mil años fueron el motor económico de un territorio en momentos de crisis como los que ahora vive España. «Ahora siguen siendo un yacimiento de empleo para historiadores, arqueólogos, arquitectos, aparejadores, restauradores, informáticos y una correcta gestión del edificio permitiría la creación de puestos de trabajo indirectos» como se ha logrado en el monasterio gallego de San Cristina de Ribas de Sil, que una vez restaurado se autofinancia con el simbólico importe económico de la entrada.
Un gran estruendo sacudió a las 7 de la mañana del 12 de enero al pueblo de Tembleque. Era el último estertor que emitía la antigua posada ubicada en la Plaza Mayor del siglo XVII, monumento nacional desde 1973. Unos tres metros de la fachada oeste de la plaza se venían abajo sin causar daños personales. Nadie se sorprendió. El deterioro y el abandono de la finca era evidente. El paso del tiempo había ido socavando la casa ante las diferencias entre sus propietarios, que pretendían erigir un nuevo hotel derribando el viejo edificio, y la Dirección General de Patrimonio que apostaba por restaurarlo.
«Hay hundimientos cantados y éste era uno de ellos», se lamenta Carlos Morenés, vicepresidente de Hispania Nostra. La asociación para la defensa y puesta en valor del Patrimonio Cultural español recopila en su Lista Roja más de 400 edificios de patrimonio civil, militar y religioso en situación de abandono. El último en engrosar este preocupante listado es la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes o de los Monegros de Sariñena (Huesca), declarada bien de interés cultural (BIC) en 2002. La maleza se va adueñando de este monasterio hoy propiedad de las hermanas Bastarás, el chapitel de su campanario ya se ha hundido y peligran los frescos únicos que alberga de Fray Manuel Bayeu, cuñado de Goya.
La Lista Roja «ha aumentado en los últimos años», según explica Morenés, que vaticina un negro futuro tras estos años de crisis económica. «El fuerte descenso de las partidas para patrimonio, la desaparición de las subvenciones y la retirada de patrocinadores que se está produciendo se van a notar de aquí a diez años. El patrimonio va a sufrir una barbaridad», considera.
El convento de Santa María de Jesús de Ávila, más conocido como Las Gordillas, padece en sus propios muros esta realidad. El proyecto para construir un hotel de cinco estrellas en este Bien de Interés Cultural ha quedado congelado al no poder acometer las obras la empresa adjudicataria. Fuentes de Urbanismo del Ayuntamiento de Ávila consideran que «sería conveniente hacer una intervención ya», bien con otra empresa que retomara el proyecto del hotel o mediante otro procedimiento para salvar de la ruina al edificio, como se ha logrado con el palacio Caprotti o con Los Verdugos. El de Las Gordillas es uno de los muchos proyectos de conservación y restauración que se han visto paralizados por la crisis. En el Palacio de Ustáriz de Madrid los andamios quedan como testigos de las obras que iban a convertir este edificio del siglo XVIII en hotel y que se paralizaron por el caso Malaya al ser su propietario José Antonio Roca. «No sabemos en qué situación se encuentran las pinturas de Goya de su interior», apunta Vicente Patón, presidente de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio.
En cambio, para Carlos Bitrian, presidente de la Asociación Pública en Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa), la crisis actual es un buen momento para reflexionar sobre la conservación del patrimonio tras unos años de bonanza que «han sido tiempos de vileza y depredación urbanística». «Es un respiro paradójico», añade.
BIC en peligro
Sólo en abadías, monasterios y conventos y según la revisión realizada en 2011 del Plan Nacional, existen más de 550 edificios o restos de monasterios medievales de entre los siglos X al XV declarados Bien de Interés Cultural, uno de los más altos grados de protección que otorga la legislación española al patrimonio histórico-artístico español, aunque ser BIC no les libra del abandono. El historiador del arte de la Fundación de Santa María la Real, Artemio Martínez Tejera, reseña más de 20 espacios monásticos que reclaman una actuación urgente, entre los que destaca Santa María de Palazuelos en Valladolid. «Estaba en buen estado, pero los recortes le han hecho pasar a engrosar la otra lista», afirma este experto. La crisis ha afectado también al mantenimiento, cuyo coste en España corre a cargo casi exclusivamente de las distintas administraciones. Martínez Tejera alerta además sobre la situación de Santa María de Bonaval (Guadalajara) y Santa María de Rioseco (Burgos). «Están prácticamente enteros pero sin cubiertas y si en 4 o 5 años no se hace nada se van a venir abajo, si no antes», asegura.
La situación ha llevado a los propietarios de San Salvador de Albeos, en Crecente (Pontevedra), a poner en venta este cenobio románico por 300.000 euros ante la imposibilidad de rehabilitarlo. A ese precio salió a la venta hace dos años el Convento del Desierto en Calanda (Teruel), conocido en Aragón como «el pequeño Escorial» por sus colosales dimensiones. En 2012 ya se vendía por 150.000 euros este edificio barroco catalogado Bien del Patrimonio Cultural y en franco deterioro por abandono.
Camino de la ruina se encuentra también la Torre de Celles, un palacio rural asturiano del siglo XVI «paradigmático» y «muy singular» a juicio del arquitecto de la asociación Instituto del Patrimonio Arquitectónico de Asturias, José Ramón Fernández Vázquez de Prada. «Por sus características arquitectónicas y artísticas es acreedor de valores culturales muy importantes -añade- que lo hacen merecedor de una gran protección». Declarado Bien de Interés Cultural en 2003, sufre un deterioro cada vez mayor pese a que su propietaria ha sido multada por no conservar el edificio en condiciones.
En Segovia, la Asociación Cultural Amigos de la Villa y Tierra de Sepúlveda, intenta desde hace años que Manuel Cosío ceda a la Junta de Castilla y León el Castillo de Fernán González, deshabitado desde hace 30 años, para albergar el archivo de la localidad. «A los descendientes de Fernán González les cuesta mucho mantenerlo y se encuentra en estado precario», cuenta María Bernal Sanz, miembro de la Junta de Hispania Nostra y presidenta de la asociación que desde hace siete años promueve este proyecto para salvar el castillo de la ruina.
También se encuentra «estancado» el futuro del frontón Beti Jai de Madrid, a la espera de sentencia judicial, según explica Igor González, portavoz de la plataforma Salvemos el Beti Jai. El precio de la expropiación fijado en 7,2 millones de euros fue recurrido tanto por el Ayuntamiento, que solo quería pagar 5,7 millones, como por los propietarios de este «Vaticano de la pelota» declarado BIC en 2010, que piden 32 millones. El arquitecto Vicente Patón estima la reparación urgente necesaria para evitar que el edificio se venga abajo en menos de un millón de euros. «Nos preocupa la cubierta, se puede caer en cualquier momento», señala el presidente de la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio que alerta sobre otro monumento de la Comunidad de Madrid. «El Palacio de Monesterio en San Lorenzo del Escorial se está cayendo», recuerda Patón. Propiedad del BBVA, este antiguo palacio de Felipe II construido en el siglo XVII por Juan Gómez de Mora, está actualmente abandonado. Uno más.
Con 44 lugares en la lista de la Unesco, España es el segundo país con más patrimonio protegido del mundo, por detrás de Italia y algunas fuentes estiman en 40.000 los puntos patrimoniales valiosos en el país. Mantener en buen estado este legado resulta una tarea ingente, como reconoce Carlos Morenés, vicepresidente de Hispania Nostra que, sin embargo, cree que «no se tiene en cuenta que es mucho más barato el mantenimiento que la reconstrucción».
«Hay que olvidar esa dañina asociación de que «conservar» significa «gastar», considera Artemio Martínez. «Conservar significa invertir, pues no se puede explotar lo que no se conserva, ni lo que no se conoce». La clave es aprovechar el inmenso patrimonio español «como yacimiento de empleo y motor económico de zonas deprimidas», a juicio de este historiador del arte que recuerda cómo muchos de los monasterios fundados algunos hace ya mil años fueron el motor económico de un territorio en momentos de crisis como los que ahora vive España. «Ahora siguen siendo un yacimiento de empleo para historiadores, arqueólogos, arquitectos, aparejadores, restauradores, informáticos y una correcta gestión del edificio permitiría la creación de puestos de trabajo indirectos» como se ha logrado en el monasterio gallego de San Cristina de Ribas de Sil, que una vez restaurado se autofinancia con el simbólico importe económico de la entrada.
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