La Justicia le pierde la pista a un tesoro visogodo expoliado de Jaén

7/10/12 .- http://www.ideal.es/


Se sabe de su existencia por unas escuchas telefónicas y se hicieron cinco registros en Baeza y Linares en los que no se encontró



Lo que se busca son piezas de orfebrería de la época visigoda. Oro trabajado por manos expertas hace más de 1.200 años para hacer con él filigranas y figuras artísticas. Un tesoro de gran valor económico e histórico del que se tiene conocimiento de oídas: a través de escuchar telefónicas. Y se sospecha que se trata de objetos procedentes de expolios. La Justicia está intentando recuperarlo. Está en manos privadas. En paradero desconocido por el momento. A mediados de septiembre, la Policía Nacional y la Guardia Civil intentaron en una operación conjunta dar con el paradero de las piezas. Fue un intento fallido. Y se le ha perdido la pista.
En el mes de marzo pasado la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional de Jaén culminó una investigación con la Operación 'Bronce', en la que se recuperaron dos estatuas romanas del siglo I valoradas en 12 millones de euros y que estaban a punto de venderse en el mercado negro. Las esculturas estaban en una finca de Pedro Abad (Córdoba). De esa operación, una de las más importantes del año en toda España contra el expolio del Patrimonio Histórico y Artístico, quedaron algunos flecos. Y la UDEV siguió tirando de ellos.
A lo largo de la investigación de la Operación Bronce se habían realizado unas escuchas a personas implicadas en la compra y venta de piezas de arte. Los agentes buscaban la pista de las estatuas, pero cuando alguno de los implicados habló por teléfono de un tesoro visigodo, los policías también estaban escuchando las conversaciones.
La UDEV de Jaén continuó con sus pesquisas para conseguir más pruebas. En un momento dado las pesquisas de la Policía se cruzaron con otra investigación de la unidad central de la Guardia Civil que se encarga de los delitos contra el patrimonio histórico, por lo que a partir de ese momento hubo un trabajo conjunto.
Cuando se tuvo material suficiente como para convencer a un juez, acudió a uno de la provincia de Córdoba para pedirle autorización para hacer cinco registros en distintos inmuebles donde se tenía constancia de que podían estar las piezas que se buscaban. Este juzgado entendió que el asunto no era de su competencia, así que los registros se pidieron en otro órgano judicial de la provincia de Jaén.
En este juzgado se tomó en cuenta la petición de las fuerzas de seguridad, pero se planteó otro problema de jurisdicción al tratarse de una operación compleja en varias localidades. Así que el asunto se envió al decanato para que se turnase y la competencia recayó en otro juzgado, que autorizó la entrada y registro en cinco domicilios de forma simultánea. Ha trascendido que los registros se hicieron en Baeza y Linares.
Pero la operación no culminó con éxito. Las fuentes consultadas indican que había pasado ya demasiado tiempo entre las escuchas y los registros, por lo que las piezas debieron ser trasladadas desde la ubicación en las que se las tenía localizadas. De los cinco registros se derivó la imputación de una persona y la incautación de medio centenar de monedas antiguas. El tesoro ya había desaparecido.

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