Hallazgo de nuevos restos en la muralla de Grado (Asturias)

El hallazgo de nuevos restos en la muralla de Grado obliga a un modificado en la obra. La empresa retomará este mes los trabajos de rehabilitación de la fortaleza, con un sobrecoste de 46.000 euros

La aparición durante la excavación arqueológica de nuevos restos que amplían el trazado previsto de la muralla medieval de Grado ha provocado que la obra de rehabilitación del monumento se haya paralizado en las últimas semanas para realizar un modificado en el proyecto. El cambio cuenta ya con el visto bueno del Ministerio de Fomento y del Principado de Asturias, según el alcalde de Grado, Antonio Rey, para que estos hallazgos puedan ser también contemplados.


El Ayuntamiento moscón tiene previsto que la empresa Construcciones y Contratas Herrera, S. L., que inició los trabajos el pasado mes de mayo, vuelva a ponerse manos a la obra a lo largo de este mes para que la fortaleza medieval de la villa vuelva a recuperar su esplendor. El plazo de ejecución contemplado es de un año.


Con una inversión que rondaba inicialmente los 473.000 euros y que ahora se incrementará un 10% aproximadamente por el modificado (46.000 euros extra), el proyecto se financiará a través del uno por ciento cultural que el Ministerio de Fomento concedió al municipio el año pasado, lo que servirá para cubrir un 75 por ciento del coste de la obra. El 25 restante lo asumirá el Ayuntamiento moscón, que finalmente no ha contado con la colaboración económica del Principado como pretendía. La partida ha sido incluida en el presupuesto de este año que el gobierno llevará a Pleno en las próximas semanas.


La recuperación de la muralla medieval ha sido, desde hace años, una prioridad para los moscones, tanto por recordar los orígenes de la villa como por completar el conjunto histórico artístico formado por el palacio Miranda-Valdecarzana (rehabilitado en 1996, alberga la Casa de Cultura), la capilla de los Dolores (restaurada en 1987 como espacio de actos solemnes) y la propia muralla, que fue declarado bien de interés cultural (BIC) en 1992. La fortaleza tiene en la actualidad parte al descubierto, pero se encuentra en un grave estado de deterioro.


El Ayuntamiento moscón consiguió en 2007, después de más de dos décadas y media de pleitos con propietarios y particulares, hacerse con la titularidad de todo el monumento, único vestigio del período medieval que se conserva en la villa.


La restauración y rehabilitación de la muralla moscona permitiría, según el proyecto del Ayuntamiento, recuperar un espacio público con una situación estratégica sobre la vega del río Cubia y resolver el borde más deteriorado e indefinido del casco histórico de Grado, al darle continuidad al monumento, completando el tramo derribado en su día.