Exposición: El esplendor de la seda nazarí
8/7/12 .- THARG/www.hoyesarte.com
El Consejero de Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía,
y en su nombre la Directora General del Patronato de la Alhambra
y la Directora Gerente de la Fundación Lázaro Galdiano se complacen
en invitarle a la presentación de la exposición temporal y de la publicación
A LA LUZ DE LA SEDA
que tendrá lugar el miércoles 11 de julio de 2012 a las 11 horas,
en el Salón de Actos del Palacio de Carlos V.
Alhambra.
El próximo 11 de julio se presentará la exposición "A la luz de la seda", un ambicioso y amplio proyecto que busca poner en valor ante la comunidad científica y el público general la importancia de los tejidos e indumentarias realizados en la España musulmana y especialmente en el reino nazarí de Granada que, a pesar de haber sufrido múltiples avatares, han conseguido conservarse hasta nuestros días.
El proyecto incluye dos exposiciones, en el Museo Lázaro Galdiano (ya realizada) y en el Museo de la Alhambra; el libro A la luz de la seda, que recoge los catálogos razonados de las colecciones de tejidos nazaríes del Museo de la Alhambra y el Museo Lázaro Galdiano y una selección de obras del Instituto Gómez Moreno de la Fundación Rodríguez-Acosta de Granada, que también ha colaborado en el proyecto; un mapa interactivo con la localización en una treintena de instituciones del patrimonio textil de ese periodo, y una completa web que recoge todo el contenido anterior, además de imágenes con tecnología gigapixel de los textiles y un documental sobre el único telar de tiro hispanomusulmán que se conserva en el mundo, situado en la ciudad marroquí de Fez.
Exquisitas y delicadas
Hoy solo quedan fragmentos, retazos y jirones de aquellas piezas creadas por la cultura hispanomusulmana, vestigios de un espléndido pasado. Son documentos históricos que sirven para ayudarnos a reconstruir la historia de lo que antaño fueron suntuosas prendas para vestir, cubrir, adornar, resguardar e identificar a los individuos y también para delimitar los espacios en los que transcurría su vida, haciéndolos confortables, jugando con la luz y agradando a la vista.
"Estas colecciones de sedas y tejidos islámicos, entre los que destacan las nazaríes, están formados por fragmentos y retazos exquisitos y delicados, únicos no solo por su belleza sino por la complejidad de la técnica empleada en su ejecución y por los escasos restos que han llegado a nosotros", destaca Amparo López Redondo, conservadora-jefe del Museo Lázaro Galdiano y urdidora de este proyecto.
Momento espléndido
Estos tejidos musulmanes fueron utilizados por las diferentes civilizaciones que ocuparon la Península entre los siglos VIII y XVI y sirvieron de vehículo de comunicación cultural como ninguna otra de las llamadas artes industriales. Los restos que se conservan son muestras de aquellos que utilizaron los monarcas, la nobleza y el clero, tanto cristiano como musulmán; formaron parte de ajuares funerarios de personajes ilustres, fueron envoltorio de reliquias o enseñas militares y hasta botín de guerra u objeto de regalo para embajadas.
Para Amparo López, "el reino nazarí fue un momento espléndido para la historia del textil peninsular y desde luego de la propia ciudad de Granada; entonces se tejieron las sedas más vistosas y en grandes cantidades, se fabricaron los diseños más complejos que propiciaban los juegos lumínicos y perspectivos más efectistas. Todo ello parecía surgir de la mente de ingenieros más que de artesanos. Los creadores aguzaron el ingenio y gracias al telar de tiro supieron conseguir los mejores resultados con la mayor economía de medios".
Los avatares de la historia
Las sedas andalusíes apreciadas y atesoradas por los cristianos se conservaron en casullas, en fondos de relicarios o en vestiduras reales, pero sólo su revalorización por los coleccionistas del siglo XIX evitó su pérdida definitiva. En esta labor tuvieron especial importancia eruditos y coleccionistas como José Lázaro Galdiano, que buscó sistemáticamente los restos de tejidos medievales existentes, o el investigador Manuel Gómez-Moreno Martínez, pionero en el estudio de estas piezas y descubridor del Panteón Real del monasterio de Las Huelgas, en el que pudo constatar cómo las vestiduras de la realeza cristiana desde finales del siglo XII y hasta bien entrado el siglo XIV procedían en su mayoría de los telares de Al-Ándalus.
y en su nombre la Directora General del Patronato de la Alhambra
y la Directora Gerente de la Fundación Lázaro Galdiano se complacen
en invitarle a la presentación de la exposición temporal y de la publicación
A LA LUZ DE LA SEDA
que tendrá lugar el miércoles 11 de julio de 2012 a las 11 horas,
en el Salón de Actos del Palacio de Carlos V.
Alhambra.
El próximo 11 de julio se presentará la exposición "A la luz de la seda", un ambicioso y amplio proyecto que busca poner en valor ante la comunidad científica y el público general la importancia de los tejidos e indumentarias realizados en la España musulmana y especialmente en el reino nazarí de Granada que, a pesar de haber sufrido múltiples avatares, han conseguido conservarse hasta nuestros días.
El proyecto incluye dos exposiciones, en el Museo Lázaro Galdiano (ya realizada) y en el Museo de la Alhambra; el libro A la luz de la seda, que recoge los catálogos razonados de las colecciones de tejidos nazaríes del Museo de la Alhambra y el Museo Lázaro Galdiano y una selección de obras del Instituto Gómez Moreno de la Fundación Rodríguez-Acosta de Granada, que también ha colaborado en el proyecto; un mapa interactivo con la localización en una treintena de instituciones del patrimonio textil de ese periodo, y una completa web que recoge todo el contenido anterior, además de imágenes con tecnología gigapixel de los textiles y un documental sobre el único telar de tiro hispanomusulmán que se conserva en el mundo, situado en la ciudad marroquí de Fez.
Exquisitas y delicadas
Hoy solo quedan fragmentos, retazos y jirones de aquellas piezas creadas por la cultura hispanomusulmana, vestigios de un espléndido pasado. Son documentos históricos que sirven para ayudarnos a reconstruir la historia de lo que antaño fueron suntuosas prendas para vestir, cubrir, adornar, resguardar e identificar a los individuos y también para delimitar los espacios en los que transcurría su vida, haciéndolos confortables, jugando con la luz y agradando a la vista.
"Estas colecciones de sedas y tejidos islámicos, entre los que destacan las nazaríes, están formados por fragmentos y retazos exquisitos y delicados, únicos no solo por su belleza sino por la complejidad de la técnica empleada en su ejecución y por los escasos restos que han llegado a nosotros", destaca Amparo López Redondo, conservadora-jefe del Museo Lázaro Galdiano y urdidora de este proyecto.
Momento espléndido
Estos tejidos musulmanes fueron utilizados por las diferentes civilizaciones que ocuparon la Península entre los siglos VIII y XVI y sirvieron de vehículo de comunicación cultural como ninguna otra de las llamadas artes industriales. Los restos que se conservan son muestras de aquellos que utilizaron los monarcas, la nobleza y el clero, tanto cristiano como musulmán; formaron parte de ajuares funerarios de personajes ilustres, fueron envoltorio de reliquias o enseñas militares y hasta botín de guerra u objeto de regalo para embajadas.
Para Amparo López, "el reino nazarí fue un momento espléndido para la historia del textil peninsular y desde luego de la propia ciudad de Granada; entonces se tejieron las sedas más vistosas y en grandes cantidades, se fabricaron los diseños más complejos que propiciaban los juegos lumínicos y perspectivos más efectistas. Todo ello parecía surgir de la mente de ingenieros más que de artesanos. Los creadores aguzaron el ingenio y gracias al telar de tiro supieron conseguir los mejores resultados con la mayor economía de medios".
Los avatares de la historia
Las sedas andalusíes apreciadas y atesoradas por los cristianos se conservaron en casullas, en fondos de relicarios o en vestiduras reales, pero sólo su revalorización por los coleccionistas del siglo XIX evitó su pérdida definitiva. En esta labor tuvieron especial importancia eruditos y coleccionistas como José Lázaro Galdiano, que buscó sistemáticamente los restos de tejidos medievales existentes, o el investigador Manuel Gómez-Moreno Martínez, pionero en el estudio de estas piezas y descubridor del Panteón Real del monasterio de Las Huelgas, en el que pudo constatar cómo las vestiduras de la realeza cristiana desde finales del siglo XII y hasta bien entrado el siglo XIV procedían en su mayoría de los telares de Al-Ándalus.
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