Expertos debaten sobre el legado patrimonial cristiano y almohade

Los intercambios culturales entre cristianos y almohades dejaron un nutrido legado patrimonial, histórico y cultural que se materializa en la ciencia o en la arquitectura, entre otros ámbitos. Los más importantes se analizaron en la tercera jornada del Congreso Internacional 'Miradas Cruzadas. 1212-2012. Las Navas de Tolosa'.


El salón de grados del Edificio Zabaleta, de nuevo, a rebosar e, incluso, con participantes de pie. El objeto de tanto interés eran las trece ponencias que ocupaban la tercera jornada del Congreso Navas de Tolosa, donde se profundizó sobre el legado patrimonial y cultural fruto de los intercambios cristianos y almohades.
Los primeros en intervenir fueron Ahmed Djebbar, de la Universidad de Lille, y Pierre Guichard, de la de Lumière de Lyon, que hicieron hincapié en la herencia recibida en la ciencia, fruto de la relación entre el occidente musulmán y el mundo latino entre los siglos XII y XIII. Este legado también es bien palpable en la arquitectura y el paisaje monumental, tal y como explicó el investigador Juan Carlos Ruiz Souza, de la Universidad Complutense de Madrid. Y es que, se debe tener en cuenta que toda esta herencia material e inmaterial constituye un documento histórico de primer orden que ayuda a comprender lo que sucedió. Porque la victoria en la batalla jiennense abrió el Valle del Guadalquivir a la Corona de Castilla.
El encuentro, celebrado en el marco del VIII Centenario de la contienda, concluye hoy, con la visita al Centro de Interpretación de la Batalla de las Navas de Tolosa, en Santa Elena. Será aquí donde se extraigan las conclusiones de una intensa jornada de debate y análisis.

Contienda marcada por la crisis política del Estado.

Uno de los ponentes que más interés despertó fue el profesor Antonio Malpica, de la Universidad de Granada y reciente ganador del Premio Andalucía de Investigación que concede la Junta. Es uno de los máximos conocedores del reino nazarí, último reducto musulmán que quedó en Al-Ándalus tras la Batalla de las Navas de Tolosa. Puso de relieve la profunda crisis política en el Estado almohade y una supremacía de los cristianos, desde donde se ejercía una importante presión de la sociedad feudal, como elementos decisivos en el desarrollo de la contienda. Además, hizo hincapié en la figura de Muhammed I, primer monarca del reino nazarí, y en un pacto de no agresión firmado entre cristianos y musulmanes que permitió mantener una cierta estabilidad fronteriza durante varios siglos.