Las naves de las Drassanes se construyeron después del gótico (Barcelona)

La reforma integral revela que se alzaron en los siglos XVI-XVII sobre restos del XIII.
Las obras hallan una necrópolis romana con 36 enterramientos, un mausoleo y urnas

El tiempo y la historia son puro devenir, transformación dialéctica de presente sobre pasado para ir creando futuro. Las obras de reforma integral de las Drassanes Reials de Barcelona, sede del Museu Marítim que renacerá totalmente renovado en el 2014, han destapado el verdadero origen de las esveltas naves consideradas hasta hoy una joya de la época gótica. En realidad, como en tantos otros casos, la mayoría del recinto se alzó sobre vestigios anteriores. Fue a finales del siglo XVI y a lo largo del XVII, más de 300 años después de la creación de los primeros talleres de construcción de galeras para la Corona de Aragón durante el pleno desarrollo de la arquitectura gótica civil y religiosa.

Arqueólogos e historiadores lo han visto claro al levantar el suelo y encontrar estructuras de los cimientos iniciales, del siglo XIII, y también de la siguiente edificación, del XIV y del XV, no coincidentes con las columnas que han llegado hasta el mundo posmoderno. Por dos veces los astilleros medievales fueron en gran parte derribados para ampliarlos o desplazarlos hacia el interior, probablemente por cambios en la línea de costa y por los daños causados por los temporales de finales del siglo XV.

El hallazgo obligará a rescribir la historia del monumento. Sin embargo, saltar tres centurias «no es una devaluación del recinto, sino un enriquecimiento porque ahora existe más patrimonio», según argumentó Roger Marcet, director del consorcio de Les Drassanes (diputación, ayuntamiento y puerto de Barcelona) al presentar ayer los descubrimientos.

Además, entre los numerosos especialistas en patrimonio que asistieron a la visita, no faltó quien recordó trabajos de estudiosos que defienden que Catalunya no tuvo un periodo como el del renacimiento europeo. Según estos autores, pues, el gótico de obra civil evolucionado se prolongaría de hecho hasta la misma época barroca.

Las excavaciones han destapado igualmente en el subsuelo de las naves una extensa necrópolis romana, con un total de 36 entierros (25 inhumaciones y 11 incineraciones), un mausoleo y un total de 11 urnas con cenizas, seis de cerámica y cinco muy singulares de cristal. La situación de las tumbas aporta, según destacaron los responsables de las excavaciones Iñaki Moreno y Esteve Nadal, nuevos datos sobre el trazado de la vía romana que cruzaba la ciudad por el litoral.

17 MILLONES / La existencia de la necrópolis, que los romanos ubicaban siempre en lugares seguros, confirma además que la playa de Barcino estaba, en los primeros seis siglos después de Cristo en que funcionó la zona de enterramientos, más hacia el mar de lo que se creía e incluso de lo que lo está en la actualidad.

De este yacimiento romano solo queda ya visible el mausoleo que se mostrará junto a algunas de las urnas cuando se abra dentro de dos años el museo renovado. El resto se está pavimentando y las piezas se han llevado al Museu d'Història. La reforma de las Drassanes acaba a fin de año tras invertir 17 millones.