Donde los moros murcianos oraban y enterraban a sus muertos
7/3/11 .- http://www.laverdad.es/
«Lo que hasta el siglo XIII se nombrara Alhariella (o sea: el Barrio); hoy, se conoce como el Barrio (o sea: Alhariella)»
Gran Jefe Autonómico Valcárcel, carmelitano de pro, tal vez acuerde conmigo que hay que rescatar del olvido para la memoria el preciso y precioso topónimo mozárabe 'alhariella' con que los moros murcianos nombraban el lugar donde oraban y enterraban a sus muertos.
Preclaras mentes (Steiger, Pockington) determinaron (cada uno a su manera) que al'hara vale en árabe por la calle o el barrio, hispanizado con el diminutivo -iella. Alhariella es, por tanto, un topónimo mestizo, híbrido de español y árabe, nacido en nuestros pagos hace más de siete siglos.
Y quien lo inmortaliza, oído al parche, no es otro que Alfonso X El Sabio, en la Carta que signa en Sevilla el 14 de mayo de 1266; en la que de su mano mayor ordena: «De la puente de 'Alhariella', e desde la mezquita de 'Alhariella', alli donde comienza la carrera de Al gebeça, que sea de los cristianos".
Y lo repite en diversos pasajes de los 'Repartimientos'.
Del documento alfonsí se deduce que hubo un tiempo en que buena parte de cuanto quedaba más allá del río Segura (actual Barrio del Carmen) se nombraba Alhariella. La puente, la mezquita y la acequia Alhariella (única, con la calle Alarilla, que aún colea orgullosa su histórico nombre, ¡un diez para los regantes!) hasta donde comienza la carrera de Al gebeça (actual Torre de Romo), picoesquina que recibe a la Fuensanta en jueves y en martes la despide.
Que, en tiempos posteriores, todo aquello fuese renombrado partido de San Benito se explica por la cesión de la Alhariella, antigua mezquita y cementerio musulmán, por el obispo Diego de Coomontes (1442-1462) a los benedictinos para que en el solar resultante construyeran la ermita de San Benito (1 de agosto de 1451). Con la posterior cesión de dicha ermita, por el obispo Gerónimo Manrique (1583- 1590) a los carmelitas calzados (20 de marzo de 1586), se da un primer y decisivo paso para el definitivo renombramiento del lugar (entonces huerta) como barrio del Carmen a partir de la construcción de la Iglesia homónima, cuya primera piedra puso el obispo Luis de Belluga y Moncada (1663-1743) el 13 de septiembre de 1721, dándose la obra por acabada en el año 1769.
¡Las vueltas que da la vida! Lo que hasta el siglo XIII se nombrara Alhariella (o sea: el Barrio); hoy, se conoce como el Barrio (o sea: Alhariella). En los siete largos siglos transcurridos desde entonces el lugar ha conocido una profunda transformación, pasando de rústico a urbano. Pero en el imaginario murciano, cuanto queda río al sur, sigue siendo el Barrio (y también: el Carmen), feudo de los 'coloraos'.
En Murcia, barrios hay infinidad. Pero barrio a secas, sin apellidos, barrio por antonomasia (aquel que placeó por toda España el simpar 'Niño del Barrio') sólo hay uno: el Barrio, que vale por Alhariella. Topónimo mozárabe que, en su origen segureño, significó eso mismo: el barrio presidido por la mezquita y el cementerio donde los moros murcianos oraban y enterraban a sus muertos
Gran Jefe Autonómico Valcárcel, carmelitano de pro, tal vez acuerde conmigo que hay que rescatar del olvido para la memoria el preciso y precioso topónimo mozárabe 'alhariella' con que los moros murcianos nombraban el lugar donde oraban y enterraban a sus muertos.
Preclaras mentes (Steiger, Pockington) determinaron (cada uno a su manera) que al'hara vale en árabe por la calle o el barrio, hispanizado con el diminutivo -iella. Alhariella es, por tanto, un topónimo mestizo, híbrido de español y árabe, nacido en nuestros pagos hace más de siete siglos.
Y quien lo inmortaliza, oído al parche, no es otro que Alfonso X El Sabio, en la Carta que signa en Sevilla el 14 de mayo de 1266; en la que de su mano mayor ordena: «De la puente de 'Alhariella', e desde la mezquita de 'Alhariella', alli donde comienza la carrera de Al gebeça, que sea de los cristianos".
Y lo repite en diversos pasajes de los 'Repartimientos'.
Del documento alfonsí se deduce que hubo un tiempo en que buena parte de cuanto quedaba más allá del río Segura (actual Barrio del Carmen) se nombraba Alhariella. La puente, la mezquita y la acequia Alhariella (única, con la calle Alarilla, que aún colea orgullosa su histórico nombre, ¡un diez para los regantes!) hasta donde comienza la carrera de Al gebeça (actual Torre de Romo), picoesquina que recibe a la Fuensanta en jueves y en martes la despide.
Que, en tiempos posteriores, todo aquello fuese renombrado partido de San Benito se explica por la cesión de la Alhariella, antigua mezquita y cementerio musulmán, por el obispo Diego de Coomontes (1442-1462) a los benedictinos para que en el solar resultante construyeran la ermita de San Benito (1 de agosto de 1451). Con la posterior cesión de dicha ermita, por el obispo Gerónimo Manrique (1583- 1590) a los carmelitas calzados (20 de marzo de 1586), se da un primer y decisivo paso para el definitivo renombramiento del lugar (entonces huerta) como barrio del Carmen a partir de la construcción de la Iglesia homónima, cuya primera piedra puso el obispo Luis de Belluga y Moncada (1663-1743) el 13 de septiembre de 1721, dándose la obra por acabada en el año 1769.
¡Las vueltas que da la vida! Lo que hasta el siglo XIII se nombrara Alhariella (o sea: el Barrio); hoy, se conoce como el Barrio (o sea: Alhariella). En los siete largos siglos transcurridos desde entonces el lugar ha conocido una profunda transformación, pasando de rústico a urbano. Pero en el imaginario murciano, cuanto queda río al sur, sigue siendo el Barrio (y también: el Carmen), feudo de los 'coloraos'.
En Murcia, barrios hay infinidad. Pero barrio a secas, sin apellidos, barrio por antonomasia (aquel que placeó por toda España el simpar 'Niño del Barrio') sólo hay uno: el Barrio, que vale por Alhariella. Topónimo mozárabe que, en su origen segureño, significó eso mismo: el barrio presidido por la mezquita y el cementerio donde los moros murcianos oraban y enterraban a sus muertos
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