El metro descubre las entrañas árabes de Málaga
22/2/11 .- http://www.laopiniondemalaga.es
El estudio de los restos árabes de los Callejones del Perchel permite conocer el desarrollo de los arrabales de la ciudad en el siglo XIII
El metro está reescribiendo la historia de Málaga. La necesidad de abrir grandes zanjas para la construcción del túnel ha permitido sacar a la luz importantes restos arqueológicos que ofrecen una nueva visión sobre la ciudad. Los restos romanos encontrados bajo la calle La Unión demostraron la importancia de esta vía como entrada comercial a Málaga y que acogía a una potente industria alfarera, complementaria de la producción de garum en la ciudad.
Ahora le toca el turno al Perchel, donde los equipos de arqueólogos han estado trabajando en la muralla de El Attabanin, que cruza Callejones del Perchel, a la altura de la calle Eslava, y que marcaba los límites de los arrabales de la ciudad árabe del siglo XIII. Los restos, situados a unos tres metros de profundidad respecto a la calle, están compuestos por una muralla de unos 2,5 metros de altura, una torre octogonal de defensa, una puerta de entrada al recinto amurallado y restos de las viviendas que había en el interior.
Esta defensa de muros y torreones fue levantada en el siglo XIII para proteger a la importante población que se había asentado en las afueras de la ciudad, ampliando la ciudad de forma notable por su desarrollo comercial e industrial. Además, este desarrollo en El Perchel muestra cómo se mantuvo, desde la época romana, la importancia comercial e industrial de esta zona y que ya fue puesta de relieve cuando se descubrieron los restos alfareros en la calle La Unión y que tienen su continuación por El Perchel.
Un hecho que ha llamado mucho la atención de los arqueólogos es que se han encontrado restos de una importante red de saneamiento en esta zona de la ciudad y que partía desde las propias viviendas. Esto demuestra el alto grado de desarrollo urbano que se había alcanzado en los arrabales de Málaga, no sólo en el núcleo central dentro de los muros principales. Baste recordar que el sistema de alcantarillado no se extendió por Europa hasta varios siglos después.
También se ha encontrado defensa ante las avenidas de agua, aunque sobre todo en la zona por donde pasaba el Arroyo del Cuarto, que era el que más peligro representaba en la época.
Protección
La intención de la Consejería de Obras Públicas, que promueve la construcción del metro, es proteger estos restos arqueológicos durante la construcción del túnel, ya que han sido declarados como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Consejería de Cultura.
Esto obliga a cambiar el plan de trabajo seguido en el resto del proyecto del metro, ya que en este tramo de Callejones del Perchel no se construirá el túnel con muros-pantalla y se opta por un sistema en mina para asegurar la integridad del muro de defensa y de las viviendas. Esto posibilita trabajar en la excavación de la galería bajo el yacimiento arqueológico, que será protegido con un armazón de hormigón en la base, con idea de consolidarlos y poder mostrarlos en el futuro. Como primer paso, en estos días se ha colocado una capa geotextil, con el objetivo de separar y proteger los vestigios, para enterrarlos a la espera de que se termine la construcción del túnel del metro.
La dirección técnica del Metro de Málaga continúa estudiando otras posibles alternativas de ejecución de los trabajos, en caso de que las obras así lo requieran para proteger el yacimiento. El objetivo es asegurar el gálibo ferroviario del túnel, dejando los restos sobre ellos y que permitan su integración en la obra.
El metro está reescribiendo la historia de Málaga. La necesidad de abrir grandes zanjas para la construcción del túnel ha permitido sacar a la luz importantes restos arqueológicos que ofrecen una nueva visión sobre la ciudad. Los restos romanos encontrados bajo la calle La Unión demostraron la importancia de esta vía como entrada comercial a Málaga y que acogía a una potente industria alfarera, complementaria de la producción de garum en la ciudad.
Ahora le toca el turno al Perchel, donde los equipos de arqueólogos han estado trabajando en la muralla de El Attabanin, que cruza Callejones del Perchel, a la altura de la calle Eslava, y que marcaba los límites de los arrabales de la ciudad árabe del siglo XIII. Los restos, situados a unos tres metros de profundidad respecto a la calle, están compuestos por una muralla de unos 2,5 metros de altura, una torre octogonal de defensa, una puerta de entrada al recinto amurallado y restos de las viviendas que había en el interior.
Esta defensa de muros y torreones fue levantada en el siglo XIII para proteger a la importante población que se había asentado en las afueras de la ciudad, ampliando la ciudad de forma notable por su desarrollo comercial e industrial. Además, este desarrollo en El Perchel muestra cómo se mantuvo, desde la época romana, la importancia comercial e industrial de esta zona y que ya fue puesta de relieve cuando se descubrieron los restos alfareros en la calle La Unión y que tienen su continuación por El Perchel.
Un hecho que ha llamado mucho la atención de los arqueólogos es que se han encontrado restos de una importante red de saneamiento en esta zona de la ciudad y que partía desde las propias viviendas. Esto demuestra el alto grado de desarrollo urbano que se había alcanzado en los arrabales de Málaga, no sólo en el núcleo central dentro de los muros principales. Baste recordar que el sistema de alcantarillado no se extendió por Europa hasta varios siglos después.
También se ha encontrado defensa ante las avenidas de agua, aunque sobre todo en la zona por donde pasaba el Arroyo del Cuarto, que era el que más peligro representaba en la época.
Protección
La intención de la Consejería de Obras Públicas, que promueve la construcción del metro, es proteger estos restos arqueológicos durante la construcción del túnel, ya que han sido declarados como Bien de Interés Cultural (BIC) por la Consejería de Cultura.
Esto obliga a cambiar el plan de trabajo seguido en el resto del proyecto del metro, ya que en este tramo de Callejones del Perchel no se construirá el túnel con muros-pantalla y se opta por un sistema en mina para asegurar la integridad del muro de defensa y de las viviendas. Esto posibilita trabajar en la excavación de la galería bajo el yacimiento arqueológico, que será protegido con un armazón de hormigón en la base, con idea de consolidarlos y poder mostrarlos en el futuro. Como primer paso, en estos días se ha colocado una capa geotextil, con el objetivo de separar y proteger los vestigios, para enterrarlos a la espera de que se termine la construcción del túnel del metro.
La dirección técnica del Metro de Málaga continúa estudiando otras posibles alternativas de ejecución de los trabajos, en caso de que las obras así lo requieran para proteger el yacimiento. El objetivo es asegurar el gálibo ferroviario del túnel, dejando los restos sobre ellos y que permitan su integración en la obra.
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