Las obras en la torre del Miramar de Tarifa replantean su origen

La morfología actual sería de la época castellana y podría recubrir la original, de etapa almorávide y de menor tamaño · Los trabajos rescatan cinco metros de torre enterrados, que se integrarán en el conjunto.

Las obras de urgencias que la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía lleva a cabo desde el mes de diciembre en la torre del Miramar de Tarifa por un importe final de 58.000 euros está arrojando datos muy novedosos sobre una de las torres más desconocidas del recinto amurallado de la localidad.

Así lo explicó ayer el técnico autor del proyecto de consolidación de la torre, Pedro Gurriarán, a la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, que quiso, a pesar de los desapacible de la jornada, acudir hasta Tarifa para visitar y conocer detalles de esta intervención.

La delegada de la consejería Cultura insistió en apuntar a que las obras son fruto del compromiso de la Junta de Andalucía para conservar "el extenso y rico patrimonio cultural de Tarifa" y señaló que los problemas de la torre se han agravado en el último año.

La noticia positiva radica en el hecho de que las obras de excavación en busca de un posible daño de cimentación no solo han revelado que los cimientos se encuentran en un estado "formidable", sino que han rescatado hasta cinco metros de torre enterrada con lo que tras la intervención final lucirá con mayor belleza. Así, hoy se conoce que para la remodelación castellana de la torre fueron utilizados sillares de la propia fortaleza califal. Esta es una de las principales novedades que ofrece la intervención: la morfología actual podría recubrir la original.

Gurriarán anunció que los problemas han surgido no por la cimentación sino por la permeabilidad de la cubierta de la torre, incapaz de evacuar el agua de lluvia y filtrándola por toda la estructura, que presenta grandes grietas y la disección de la escalera de acceso de la fachada principal. El arquitecto valoró el hecho de que el aspecto actual de la torre coincidiera con un periodo de época castellana comprendida entre el 1441 y el 1611, si bien explicó que podría albergar en su interior la primitiva torre de origen almorávide, reconvertida para dar mejor respuesta al conjunto defensivo.

Los trabajos concluirán en febrero con la impermeabilización de la torre, lo que evitará deterioros progresivos como los que ahora le acucian. Con todo, las obras modificarán de igual modo el propio paseo y el acceso a la parte alta de la torre, que integrará el nuevo trozo de torre descubierto.