El entierro de las Atarazanas (Sevilla)
15/4/16 .- http://www.diariodesevilla.es/
El entierro de las Atarazanas (Sevilla)
La Junta de Andalucía es el custodio del monumento, tanto de su integridad como de los valores culturales y científicos que posee y que deben ser aprovechados, analizados y divulgados
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Por Fernando Mendoza
HE seguido con atención el intenso debate generado por el proyecto de La Caixa sobre las Reales Atarazanas de Sevilla. He visto, como es habitual, muchas nubes de tinta, medias mentiras y falsedades completas. He leído declaraciones de responsables culturales totalmente erróneas y malintencionadas. Esto me ha motivado a escribir estas líneas que espero ayuden a entender el conflicto o por lo menos a plantear las preguntas básicas.
Las Reales Atarazanas, o las siete naves del astillero de galeras que todavía subsisten desde el siglo XIII, fueron adquiridas por la Junta de Andalucía, por lo que son un patrimonio público, de todos. Por ello, lo mínimo que se debe esperar de cualquier actuación sobre un edificio tan importante es que lo mejore, aporte nuevos datos para su estudio y lo consolide para uso y disfrute público.
El edificio fue declarado Monumento Nacional y, posteriormente, Bien de Interés Cultural. Por ello está fuertemente condicionado por las leyes de Patrimonio Histórico del Estado y de Andalucía. Por tener esta condición legal las posibles actuaciones están sumamente restringidas: conservación, restauración, estudio científico y cultural y exploración arqueológica. Las Atarazanas tienen la misma protección legal que la Catedral, el Archivo de Indias o el Alcázar, aunque no sean Patrimonio de la Humanidad. Sólo por eso merecen un gran respeto. Si a la Junta de Andalucía y su concesionario La Caixa-Cajasol no les gusta su situación legal, pueden intentar cambiar el grado de protección del edificio o modificar las Leyes de Patrimonio Histórico pero, mientras estén en vigor, deben respetar sus condiciones.
La Caixa convocó un concurso entre arquitectos para instalar el Caixafórum en el edificio. Por su propia decisión, el centro cultural se trasladó a la Cartuja, por lo que las intervenciones que han afirmado que la crítica al proyecto podría suponer la paralización del Caixafórum son falsas. Según nuestras informaciones, este foro se está construyendo en la Cartuja por el mismo arquitecto. Que éste, autor del proyecto de intervención, hubiera ganado un concurso no dota de legalidad a su propuesta. Recordemos que el derribado edificio de la Biblioteca del Prado también surgió de un concurso y, sin embargo, fue declarado ilegal y demolido. Todo el mundo entendería que si alguien convocara un concurso para el diseño de un taller de reparación de vehículos o un supermercado en el Archivo de Indias, esto no dotaría de legalidad al proyecto ganador por muy prestigioso que fuera su autor.
Una vez que La Caixa decidió trasladar el Caixafórum a la Cartuja y declaró que estaba dispuesta a apoyar con 10 millones de euros la recuperación de las Atarazanas, muchos sevillanos entre los que me encuentro, respiramos aliviados. Estos fondos, pensamos, serán para la restauración del edificio. Pues no, eran para llevar a cabo el mismo proyecto, esta vez un Cajasol Fórum, más descargado de contenidos, pero con las mismas ideas básicas de intervención: mantenimiento del nivel de enterramiento de las naves; apertura del cerramiento a la calle Dos de Mayo creando una supuesta "plaza" que en el fondo supondría el mayor local comercial de Sevilla; consolidación de los añadidos sin valor de los militares, teniendo por ello que reforzar las pilastras mudéjares con barras de acero pretensado y llenar de pilotes el subsuelo y, como fin de fiesta, una cafetería de 1.000 metros cuadrados, entre espacios cerrados y terrazas, para ver la Giralda. Todo ello para crear un espacio cultural en el edificio de cabecera a Temprado, derribar el salón de actos que ya existe y trasladarlo a las plantas altas para lo cual se castiga el espacio medieval con escaleras mecánicas y ascensores panorámicos.
Ya hemos dicho que la legislación en vigor no permite estas actuaciones arbitrarias. Los promotores y el arquitecto insisten en que todas las agresiones al monumento son reversibles y que los escombros del relleno no se pueden retirar. ¿A quién pretenden engañar? ¿No existen medios técnicos para desenterrar las naves? ¿No se desenterró la iglesia del Salvador? Recordemos que el peso del relleno está gravitando sobre las cimentaciones medievales que, evidentemente, no se calcularon para estos esfuerzos y que están penalizando el edificio. ¿Cuándo se quitarían los más de 350 pilotes y encepados de hormigón para recuperar la cota original? Habría que derribar todos los añadidos en altura que son los que exigen los refuerzos de hormigón y que son, precisamente, los que plantea el proyecto. ¿Qué responsable político invertiría una fortuna para devolver a las Atarazas a la situación actual? También habría que arrancar los pilotes, anclados a más de veinte metros de profundidad. Recordemos también que el monumento enterrado tiene la misma protección legal que el que está visible. ¿Por qué no se desentierra ahora o cuántos años tendríamos que esperar para ver la integridad de las Atarazanas? ¿Cuándo se recuperaría la muralla y puerta almohade que se encuentran también enterradas? ¿Por qué no ahora? ¿Por qué se derriba un salón de actos recién construido al nivel de la calle por otro arquitecto, también de prestigio? ¿No mejoraría extraordinariamente el monumento si se recuperara su nivel original? ¿Cuándo se realizaría el estudio arqueológico y científico del relleno del siglo XVI que puede ser fundamental para entender la relación entre Sevilla y su río? ¿Por qué el hecho de destruir y desnaturalizar el monumento civil cristiano más antiguo de Sevilla se quiere hacer pasar como una actuación progresista? ¿Qué va a hacer la Junta de Andalucía cuando ya, por unanimidad, todos los organismos culturales independientes, locales, españoles e internacionales se han manifestado en contra del proyecto? ¿Va a mirar hacia otro lado respecto a los acuerdos municipales para la recuperación del edificio? ¿Van a comenzar las obras por encima de todo?
Volvamos a los aspectos institucionales. La Junta de Andalucía es el custodio del monumento, tanto de su integridad como de los valores culturales y científicos que posee y que deben ser aprovechados, analizados y divulgados. La Caixa es solamente el concesionario. El proyecto considera a las Atarazanas sólo un fragmento disponible, un vestíbulo para el Cajasol Fórum. ¿Permitirá la Junta que se realice esta actuación tan evidentemente dañina para las Atarazanas? ¿No hay alternativa para este caprichoso proyecto que no reconoce los valores fundamentales del monumento? ¿Existe un "pacto de hierro" entre la Junta, La Caixa y el arquitecto?
Una mención aparte merece que este proyecto, a todas luces inadecuado, haya pasado los filtros de la Consejería de Cultura y Gerencia de Urbanismo y cuente con Licencia de Obras. ¿Cómo es posible, si su ilegalidad es manifiesta, tanto urbanística como patrimonial? La asfixiante y estéril politización del espectro cultural sevillano y la escasez de profesionales independientes y comprometidos con la ciudad pueden explicar esta lamentable situación.
Un objetivo que no se puede evitar en cualquier actuación de restauración sobre cualquier monumento es su estudio, análisis científico y cultural con su posterior difusión. No vemos este objetivo por ningún lado del proyecto propuesto. Hay que insistir en que un proyecto de conservación y restauración cumpliría estos objetivos, respetaría la totalidad del monumento y tendría un impacto muchísimo mayor en la vida cultural de la ciudad. La recuperación de la escala de las naves medievales, la excavación de la muralla almohade y la puerta contigua al Postigo, el aprovechamiento científico del escombro y la restauración del edificio militar a la calle Temprado para su uso cultural, supondrían un activo cultural y turístico de primer orden y una solución probablemente bastante más económica que la propuesta actualmente.
Hace quinientos años las Reales Atarazanas de Sevilla fueron enterradas con escombros. Pronto, si no conseguimos parar esta propuesta, tendrán un entierro definitivo con hormigón armado, escaleras mecánicas y ascensores panorámicos.
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La Junta de Andalucía es el custodio del monumento, tanto de su integridad como de los valores culturales y científicos que posee y que deben ser aprovechados, analizados y divulgados
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HE seguido con atención el intenso debate generado por el proyecto de La Caixa sobre las Reales Atarazanas de Sevilla. He visto, como es habitual, muchas nubes de tinta, medias mentiras y falsedades completas. He leído declaraciones de responsables culturales totalmente erróneas y malintencionadas. Esto me ha motivado a escribir estas líneas que espero ayuden a entender el conflicto o por lo menos a plantear las preguntas básicas.
Las Reales Atarazanas, o las siete naves del astillero de galeras que todavía subsisten desde el siglo XIII, fueron adquiridas por la Junta de Andalucía, por lo que son un patrimonio público, de todos. Por ello, lo mínimo que se debe esperar de cualquier actuación sobre un edificio tan importante es que lo mejore, aporte nuevos datos para su estudio y lo consolide para uso y disfrute público.
El edificio fue declarado Monumento Nacional y, posteriormente, Bien de Interés Cultural. Por ello está fuertemente condicionado por las leyes de Patrimonio Histórico del Estado y de Andalucía. Por tener esta condición legal las posibles actuaciones están sumamente restringidas: conservación, restauración, estudio científico y cultural y exploración arqueológica. Las Atarazanas tienen la misma protección legal que la Catedral, el Archivo de Indias o el Alcázar, aunque no sean Patrimonio de la Humanidad. Sólo por eso merecen un gran respeto. Si a la Junta de Andalucía y su concesionario La Caixa-Cajasol no les gusta su situación legal, pueden intentar cambiar el grado de protección del edificio o modificar las Leyes de Patrimonio Histórico pero, mientras estén en vigor, deben respetar sus condiciones.
La Caixa convocó un concurso entre arquitectos para instalar el Caixafórum en el edificio. Por su propia decisión, el centro cultural se trasladó a la Cartuja, por lo que las intervenciones que han afirmado que la crítica al proyecto podría suponer la paralización del Caixafórum son falsas. Según nuestras informaciones, este foro se está construyendo en la Cartuja por el mismo arquitecto. Que éste, autor del proyecto de intervención, hubiera ganado un concurso no dota de legalidad a su propuesta. Recordemos que el derribado edificio de la Biblioteca del Prado también surgió de un concurso y, sin embargo, fue declarado ilegal y demolido. Todo el mundo entendería que si alguien convocara un concurso para el diseño de un taller de reparación de vehículos o un supermercado en el Archivo de Indias, esto no dotaría de legalidad al proyecto ganador por muy prestigioso que fuera su autor.
Una vez que La Caixa decidió trasladar el Caixafórum a la Cartuja y declaró que estaba dispuesta a apoyar con 10 millones de euros la recuperación de las Atarazanas, muchos sevillanos entre los que me encuentro, respiramos aliviados. Estos fondos, pensamos, serán para la restauración del edificio. Pues no, eran para llevar a cabo el mismo proyecto, esta vez un Cajasol Fórum, más descargado de contenidos, pero con las mismas ideas básicas de intervención: mantenimiento del nivel de enterramiento de las naves; apertura del cerramiento a la calle Dos de Mayo creando una supuesta "plaza" que en el fondo supondría el mayor local comercial de Sevilla; consolidación de los añadidos sin valor de los militares, teniendo por ello que reforzar las pilastras mudéjares con barras de acero pretensado y llenar de pilotes el subsuelo y, como fin de fiesta, una cafetería de 1.000 metros cuadrados, entre espacios cerrados y terrazas, para ver la Giralda. Todo ello para crear un espacio cultural en el edificio de cabecera a Temprado, derribar el salón de actos que ya existe y trasladarlo a las plantas altas para lo cual se castiga el espacio medieval con escaleras mecánicas y ascensores panorámicos.
Ya hemos dicho que la legislación en vigor no permite estas actuaciones arbitrarias. Los promotores y el arquitecto insisten en que todas las agresiones al monumento son reversibles y que los escombros del relleno no se pueden retirar. ¿A quién pretenden engañar? ¿No existen medios técnicos para desenterrar las naves? ¿No se desenterró la iglesia del Salvador? Recordemos que el peso del relleno está gravitando sobre las cimentaciones medievales que, evidentemente, no se calcularon para estos esfuerzos y que están penalizando el edificio. ¿Cuándo se quitarían los más de 350 pilotes y encepados de hormigón para recuperar la cota original? Habría que derribar todos los añadidos en altura que son los que exigen los refuerzos de hormigón y que son, precisamente, los que plantea el proyecto. ¿Qué responsable político invertiría una fortuna para devolver a las Atarazas a la situación actual? También habría que arrancar los pilotes, anclados a más de veinte metros de profundidad. Recordemos también que el monumento enterrado tiene la misma protección legal que el que está visible. ¿Por qué no se desentierra ahora o cuántos años tendríamos que esperar para ver la integridad de las Atarazanas? ¿Cuándo se recuperaría la muralla y puerta almohade que se encuentran también enterradas? ¿Por qué no ahora? ¿Por qué se derriba un salón de actos recién construido al nivel de la calle por otro arquitecto, también de prestigio? ¿No mejoraría extraordinariamente el monumento si se recuperara su nivel original? ¿Cuándo se realizaría el estudio arqueológico y científico del relleno del siglo XVI que puede ser fundamental para entender la relación entre Sevilla y su río? ¿Por qué el hecho de destruir y desnaturalizar el monumento civil cristiano más antiguo de Sevilla se quiere hacer pasar como una actuación progresista? ¿Qué va a hacer la Junta de Andalucía cuando ya, por unanimidad, todos los organismos culturales independientes, locales, españoles e internacionales se han manifestado en contra del proyecto? ¿Va a mirar hacia otro lado respecto a los acuerdos municipales para la recuperación del edificio? ¿Van a comenzar las obras por encima de todo?
Volvamos a los aspectos institucionales. La Junta de Andalucía es el custodio del monumento, tanto de su integridad como de los valores culturales y científicos que posee y que deben ser aprovechados, analizados y divulgados. La Caixa es solamente el concesionario. El proyecto considera a las Atarazanas sólo un fragmento disponible, un vestíbulo para el Cajasol Fórum. ¿Permitirá la Junta que se realice esta actuación tan evidentemente dañina para las Atarazanas? ¿No hay alternativa para este caprichoso proyecto que no reconoce los valores fundamentales del monumento? ¿Existe un "pacto de hierro" entre la Junta, La Caixa y el arquitecto?
Una mención aparte merece que este proyecto, a todas luces inadecuado, haya pasado los filtros de la Consejería de Cultura y Gerencia de Urbanismo y cuente con Licencia de Obras. ¿Cómo es posible, si su ilegalidad es manifiesta, tanto urbanística como patrimonial? La asfixiante y estéril politización del espectro cultural sevillano y la escasez de profesionales independientes y comprometidos con la ciudad pueden explicar esta lamentable situación.
Un objetivo que no se puede evitar en cualquier actuación de restauración sobre cualquier monumento es su estudio, análisis científico y cultural con su posterior difusión. No vemos este objetivo por ningún lado del proyecto propuesto. Hay que insistir en que un proyecto de conservación y restauración cumpliría estos objetivos, respetaría la totalidad del monumento y tendría un impacto muchísimo mayor en la vida cultural de la ciudad. La recuperación de la escala de las naves medievales, la excavación de la muralla almohade y la puerta contigua al Postigo, el aprovechamiento científico del escombro y la restauración del edificio militar a la calle Temprado para su uso cultural, supondrían un activo cultural y turístico de primer orden y una solución probablemente bastante más económica que la propuesta actualmente.
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