Las obras de la Biblioteca arrojan restos desde la época romana hasta el XVIII (Córdoba)

Las obras de la Biblioteca arrojan restos desde la época romana hasta el XVIII

Entre los hallazgos destacan una necrópolis de inhumación de cronología tardorromana y un muro califal que será integrado en el edificio, que ya está en fase de construcción

La intervención arqueológica desarrollada en las obras de la Biblioteca Pública del Estado, que arrancó en diciembre del pasado año, ha deparado el hallazgo de restos que van desde la época altoimperial romana hasta el siglo XVIII. Una secuencia que responde a las previsiones de los arqueólogos y de la que se ha decidido conservar un muro de época califal, que quedará integrado en el futuro edificio de los jardines de la Agricultura, ya en fase de construcción.

Así lo afirmó ayer a el Día el arqueólogo Manuel Rubio Valverde, que ofreció en el Museo Arqueológico la conferencia Intervención arqueológica en los jardines de la Agricultura (futura Biblioteca Pública del Estado), incluida en el ciclo Los miércoles en el museo y con la que este centro manifiesta su interés por las novedades de la arqueología cordobesa. Rubio es máster de Arqueología y Patrimonio por la Universidad de Granada.

Los restos hallados en la excavación, indica el experto, arrancan en el periodo romano altoimperial, "una serie de estructuras que están muy destruidas y que tienen una difícil identificación". De época tardorromana (siglos III-IV d. C.), en el solar se asienta una necrópolis de inhumación de la que se han documentado 35 tumbas. La secuencia prosigue en el periodo califal, con un arrabal que también "tiene un estado de conservación bastante deficiente, por lo que interpretar las estructuras encontradas resulta complicado", y que cubre "parte del solar". Ha aparecido otro arrabal de cronología poscalifal con estructuras "de carácter industrial: no son casas al uso como las que se documentan en otras partes".

Después de esta ocupación, indica Rubio, "el solar queda abandonado" y de época bajomedieval cristiana (finales del siglo XV) se ha hallado "un pequeño camino que está bastante arrasado", así como "una moneda de los Reyes Católicos". Y del siglo XVIII ha aflorado "una construcción de planta rectangular que probablemente esté relacionada con el uso agrícola que esta zona tenía en ese momento".

"Son hallazgos realmente interesantes", apunta el especialista, "que vienen a confirmar el conocimiento que se tenía de esta zona de la ciudad, que en época romana, al estar fuera del recinto amurallado, funcionaba como necrópolis: la llamada necrópolis norte. En época califal, en el siglo X, con la explosión urbanística del califato la ciudad se desborda y surgen arrabales alrededor de toda ella. Lo que se ha documentado aquí es una muestra de ello".

De todo esto, solo un muro de época califal que presenta un estado de conservación mejor que el resto de estructuras se va a conservar: podrá verse "in situ en la planta baja de la biblioteca", señala Rubio, que ha participado en numerosas intervenciones arqueológicas como las de la Finca El Cañuelo Alto y las calles Marino Alcalá Galiano e Isla Graciosa en Córdoba, la urbanización Guadalmina en Marbella o el yacimiento de Torreparedones en Baena y es autor de diversas publicaciones.

Siete años después de la adjudicación del concurso (y cinco y medio después de la recepción del proyecto), y tras superar diversas polémicas, el proceso de construcción del equipamiento arrancó a finales de 2014 con una inversión de 10.544.634 euros y un plazo previsto de 42 meses. Si todo va bien, el edificio de Paredes Pedrosa Arquitectos estará terminado en abril de 2018. Contará con una superficie total construida de 7.193 metros cuadrados y una superficie útil de casi 6.500. El proyecto apuesta por mantener el trazado de los caminos existentes en el jardín y no alterar el arbolado de los vértices de las avenidas de los Mozárabes y Cervantes. El conjunto integrará una nueva rosaleda generada a partir del material genético de la que se ubicaba en esta zona.