El proyecto del Cuarto Real aún depende de las investigaciones arqueológicas (Granada)
Por Juan CAÑAVATE TORIBIO. Grupo de investigación
26/10/08
El debate científico sobre el Cuarto Real de Santo Domingo nació, aunque pueda parecer el guión de una de esas novelas de misterio hermético que tan de moda están, situado en el espacio, mitad real, mitad imaginario, que delimitan un pórtico y un oratorio.
El debate científico sobre el Cuarto Real de Santo Domingo nació, aunque pueda parecer el guión de una de esas novelas de misterio hermético que tan de moda están, situado en el espacio, mitad real, mitad imaginario, que delimitan un pórtico y un oratorio.
Y creció así por dos vías distintas y distantes; una simbólica o inventiva y otra más seria y rigurosa que es la que debiera convertirse en inexcusable y preceptiva a la hora de plantear alternativas para la recuperación de un patrimonio del que aún queda mucho, muchísimo por conocer.
El pórtico y el oratorio se convirtieron, desde el primer momento, en los dos grandes caballos de batalla sobre los que se fueron subiendo los contendientes de esta guerra incruenta para ir disparando sus armas contra el enemigo. Unos que si era oratorio y tenía pórtico, otros que si no era oratorio y el pórtico era un invento y así, también nacieron dos propuestas bien distintas: la una formalizaba un gran edificio exento y monumental, es decir, un oratorio con un pórtico delante, la otra defendía los restos de un conjunto palaciego más amplio que, hollado y matizado por la historia, debía enseñar lo que la historia había dejado porque quitar o poner, más allá de lo que se conocía, sería falsificar ese producto de la historia y un Cuarto Real falso es tan falso como un Goya falso.
La persona llamada a poner orden en aquel inicial lío fue Juan A. García Granados, exquisito historiador y arqueólogo que excavó por primera vez, con Pablo Casado, el Cuarto Real y que, a poco de empezar, llegó a la conclusión de que no había tal oratorio sino palacio y que lo del pórtico era secundario en ese momento, una vez descubierto que allí debajo había un conjunto arqueológico oculto. Y ahí quedó la cosa, parada en lo que al oratorio y al pórtico se refiere y en lo que a Juan A. García Granados también, que no volvió a poner los pies en el Cuarto Real, del disgusto que provocaron en algunos sus conclusiones.
Los intentos posteriores de dar solución arquitectónica al problema se empantanaban siempre en el mismo charco, el de la falta de información que escondía el subsuelo de ese espacio mágico que seguía ensimismado en un debate absurdo entre el pórtico y el oratorio.
Así que, no sin cierta timidez, se fue avanzando algo por la vía del conocimiento y las posteriores investigaciones desarrolladas, la primera dirigida por Flor de Luque y Antonio Malpica y las dos últimas de Alberto García Porras y Eva Muñoz Waissen siguieron con lo mismo: poco pórtico y nada de oratorio aunque cada vez quedaba más claro que el conjunto arqueológico iba creciendo en importancia y que la idea de un edificio exento para pasar el Ramadán en mitad del paradisíaco jardín, era una ensoñación romántica. Pero lo más importante era que la arqueología, lo que quedaba oculto, para entendernos, le iba, poco a poco, tomando el pulso a lo que estaba fuera y que el proyecto futuro tendría que estar, cada vez más, determinado por las excavaciones arqueológicas. No sólo por el resultado de las mismas en cuanto a conocimiento del objeto a recuperar, sino, sobre todo, por la formalización del objeto a enseñar. ¿Quién podría volver a tapar y ocultar a los ojos de la ciudad, para siempre, la fuente de azulejos policromados que salió en la primera excavación de García Porras o la alberca de la segunda o los suelos también policromados de la de Flor de Luque?
Todos los cimientos se movieron, pero muchos siguieron opinando que todo era una maniobra dilatoria, un truco para eludir lo ineludible: el proyecto final de oratorio con su pórtico delante.
Pero los que estas cosas opinaban, en realidad se estaban equivocando cada vez más. Al igual que se equivocaban los que pensaban que ya se había excavado bastante, como he oído decir alguna vez a alguien de quien prefiero callar el nombre.
Ahora, es cierto, se vuelve a evidenciar el compromiso de devolver este magnifico bien a los granadinos, pero más cierto es aún que no se puede devolver en perfecto estado si no se conoce y en el Cuarto Real quedan aún muchas cosas por conocer y muchas dudas por resolver.
Y empiezo por una de la que ya hablé hace algún tiempo: la muralla.
Rafael López Guzmán (1) publicó en el año 1993 una pequeña colección de documentos del Archivo Municipal de Granada y uno, fechado en el año1512, habla de dos cosas de interés para el asunto, la primera es el traslado de la iglesia de los Dominicos de su ubicación original al propio Cuarto Real, precisamente para acometer las obras definitivas de la actual. La segunda cosa importante es la necesidad de los monjes de abrir una puerta en “…el adarve de dicha cibdad que pasa entre la huerta del dicho monasterio y esa dicha ciudad la qual se ha de abrir en dicho muro…”(2) para que los vecinos de Granada pudiesen ir a oír misa, de lo que se deduce que la iglesia estaba extramuros.
Pero ¿dónde está esa muralla?
¿Es la misma sobre la que apoya el Cuarto Real?
No tendría mucho sentido porque entonces la iglesia no estaría fuera y no sería necesario abrir ninguna puerta. ¿Hay otra muralla entre la huerta y la ciudad? ¿No sería conveniente encontrarla? ¿Qué ocurre con los restos de muralla vinculados al castillo de Bibataubín y que también han aparecido?
Pero pasemos a otro asunto que tiene que ver con éste.
Bajo el Cuarto Real y bajo parte del denostado edificio del siglo XIX, aparecieron hace ya tiempo una serie de estructuras abovedadas que no terminaron de aclararse.
Una hipótesis, la menos convincente, sería que formaban parte de un aljibe, otra que formarían parte de una estructura de descarga de los edificios superiores, tal como se desarrollan en la misma Alhambra y otra, la más seductora, que configurase parte de la organización de una puerta en codo o doble codo que se abriría en la muralla a la cuesta de Aixa.
Porque no sólo nos encontramos con el problema de decidir si existen o no dos murallas, sino además, si existe o no la supuesta puerta a la que hace referencia el documento. Aunque en realidad no cabe duda de que existía, lo que no se sabe es su ubicación.
Veamos:
D. Rafael Contreras, restaurador de la Alhambra, académico e individuo de la Comisión de Monumentos, como él mismo se describe, escribió un libro por el año 1885 y que una editorial de Sevilla, Extramuros, ha vuelto a publicar en edición facsimil hace apenas un año. En él hace un breve recorrido por las puertas de Granada y cita entre otras la: “…Puerta del pescado, Bib lacha y también bib mitre y bebeltee.” Y añade: “… Creemos que antes de ésta había otra, cerca del palacio de los Anxares (Cuarto Real)…” (3)
Es, cierto, una suposición, pero parece interesante la noticia cuando hay otros datos que apuntan en esa dirección como la Plataforma de Vico en que aparece dibujada esa puerta en el muro que da a la actual Cuesta de Aixa, como también aparece, inconfundible, la muralla que sube desde el castillo y que, desde luego, no es la misma que la del Cuarto Real.
De todos modos, el libro de Contreras aporta algún dato de interés más cuando, en un capítulo al que llama Monumentos de Segundo Orden, coloca el Cuarto Real de Santo Domingo,y dice: “…una torre cuadrada y alta, llamada desde el siglo XVI Cuarto Real, y más antiguamente de Nonsará. Esta debía ser parte de un palacio,…Así pues era un aposento no destinado, como han dicho algunos respetables anticuarios, a la oración, sino habitado por ilustres familias…”
Y ya con ello bastaría si ahí se parase el buen señor porque así, con dos palabras, deja en un brete la tesis del oratorio místico como, por cierto, ya se había quedado con las últimas intervenciones arqueológicas dirigidas por Alberto García Porras.
Pero aún tiene algo más que decir y continúa: “… se deduce que el Cuarto Real era una casa-palacio de segundo orden, de la cual no se conserva hoy más que un pórtico de ingreso, una sala cuadrada grande como las mayores de la Alhambra, y dos alhamíes, por haberse destruido antes de 1556 la casa que falta…” (4)
O sea, que si no había oratorio, sí que había pórtico y vuelven otra vez los dos caballos de la batallita que tiene aburridas a las piedras, sean estas del pórtico o del palacio. Porque lo más divertido de la aventura es que los que defendían el palacio, no podían ni ver el pórtico y los que defendían el pórtico eran además los que defendía el oratorio,
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hasta las últimas excavaciones, claro, que dejaron las cosas tan en evidencia que ya no había manera de seguir manteniendo las posiciones ni con torres de flanqueo y así seguirá todo dando sorpresa tras sorpresa hasta que no termine de excavarse todo.
Juan Cañavate Toribio
NOTAS
(1) López Guzmán, Rafael. Colección de Documentos para la historia de Granada. Siglo XVI. Granada. 1993
(2) López Guzmán, Rafael. Obra citada. Pág. 44 y s. A. M. Gr. Legajo 1930 de 17 de marzo de 1512. Carta de la reina Juana para que se pueda abrir una puerta entre el Monasterio de Santa Cruz y la ciudad.
(3) Contreras, Rafael. La Alhambra, el Alcázar y la gran mezquita de occidente. Sevilla. 2007. Edición. Facsimil de 1885. Pág. 333
(4) Contreras, Rafael. Obra citada. Pág 327
Y creció así por dos vías distintas y distantes; una simbólica o inventiva y otra más seria y rigurosa que es la que debiera convertirse en inexcusable y preceptiva a la hora de plantear alternativas para la recuperación de un patrimonio del que aún queda mucho, muchísimo por conocer.
El pórtico y el oratorio se convirtieron, desde el primer momento, en los dos grandes caballos de batalla sobre los que se fueron subiendo los contendientes de esta guerra incruenta para ir disparando sus armas contra el enemigo. Unos que si era oratorio y tenía pórtico, otros que si no era oratorio y el pórtico era un invento y así, también nacieron dos propuestas bien distintas: la una formalizaba un gran edificio exento y monumental, es decir, un oratorio con un pórtico delante, la otra defendía los restos de un conjunto palaciego más amplio que, hollado y matizado por la historia, debía enseñar lo que la historia había dejado porque quitar o poner, más allá de lo que se conocía, sería falsificar ese producto de la historia y un Cuarto Real falso es tan falso como un Goya falso.
La persona llamada a poner orden en aquel inicial lío fue Juan A. García Granados, exquisito historiador y arqueólogo que excavó por primera vez, con Pablo Casado, el Cuarto Real y que, a poco de empezar, llegó a la conclusión de que no había tal oratorio sino palacio y que lo del pórtico era secundario en ese momento, una vez descubierto que allí debajo había un conjunto arqueológico oculto. Y ahí quedó la cosa, parada en lo que al oratorio y al pórtico se refiere y en lo que a Juan A. García Granados también, que no volvió a poner los pies en el Cuarto Real, del disgusto que provocaron en algunos sus conclusiones.
Los intentos posteriores de dar solución arquitectónica al problema se empantanaban siempre en el mismo charco, el de la falta de información que escondía el subsuelo de ese espacio mágico que seguía ensimismado en un debate absurdo entre el pórtico y el oratorio.
Así que, no sin cierta timidez, se fue avanzando algo por la vía del conocimiento y las posteriores investigaciones desarrolladas, la primera dirigida por Flor de Luque y Antonio Malpica y las dos últimas de Alberto García Porras y Eva Muñoz Waissen siguieron con lo mismo: poco pórtico y nada de oratorio aunque cada vez quedaba más claro que el conjunto arqueológico iba creciendo en importancia y que la idea de un edificio exento para pasar el Ramadán en mitad del paradisíaco jardín, era una ensoñación romántica. Pero lo más importante era que la arqueología, lo que quedaba oculto, para entendernos, le iba, poco a poco, tomando el pulso a lo que estaba fuera y que el proyecto futuro tendría que estar, cada vez más, determinado por las excavaciones arqueológicas. No sólo por el resultado de las mismas en cuanto a conocimiento del objeto a recuperar, sino, sobre todo, por la formalización del objeto a enseñar. ¿Quién podría volver a tapar y ocultar a los ojos de la ciudad, para siempre, la fuente de azulejos policromados que salió en la primera excavación de García Porras o la alberca de la segunda o los suelos también policromados de la de Flor de Luque?
Todos los cimientos se movieron, pero muchos siguieron opinando que todo era una maniobra dilatoria, un truco para eludir lo ineludible: el proyecto final de oratorio con su pórtico delante.
Pero los que estas cosas opinaban, en realidad se estaban equivocando cada vez más. Al igual que se equivocaban los que pensaban que ya se había excavado bastante, como he oído decir alguna vez a alguien de quien prefiero callar el nombre.
Ahora, es cierto, se vuelve a evidenciar el compromiso de devolver este magnifico bien a los granadinos, pero más cierto es aún que no se puede devolver en perfecto estado si no se conoce y en el Cuarto Real quedan aún muchas cosas por conocer y muchas dudas por resolver.
Y empiezo por una de la que ya hablé hace algún tiempo: la muralla.
Rafael López Guzmán (1) publicó en el año 1993 una pequeña colección de documentos del Archivo Municipal de Granada y uno, fechado en el año1512, habla de dos cosas de interés para el asunto, la primera es el traslado de la iglesia de los Dominicos de su ubicación original al propio Cuarto Real, precisamente para acometer las obras definitivas de la actual. La segunda cosa importante es la necesidad de los monjes de abrir una puerta en “…el adarve de dicha cibdad que pasa entre la huerta del dicho monasterio y esa dicha ciudad la qual se ha de abrir en dicho muro…”(2) para que los vecinos de Granada pudiesen ir a oír misa, de lo que se deduce que la iglesia estaba extramuros.
Pero ¿dónde está esa muralla?
¿Es la misma sobre la que apoya el Cuarto Real?
No tendría mucho sentido porque entonces la iglesia no estaría fuera y no sería necesario abrir ninguna puerta. ¿Hay otra muralla entre la huerta y la ciudad? ¿No sería conveniente encontrarla? ¿Qué ocurre con los restos de muralla vinculados al castillo de Bibataubín y que también han aparecido?
Pero pasemos a otro asunto que tiene que ver con éste.
Bajo el Cuarto Real y bajo parte del denostado edificio del siglo XIX, aparecieron hace ya tiempo una serie de estructuras abovedadas que no terminaron de aclararse.
Una hipótesis, la menos convincente, sería que formaban parte de un aljibe, otra que formarían parte de una estructura de descarga de los edificios superiores, tal como se desarrollan en la misma Alhambra y otra, la más seductora, que configurase parte de la organización de una puerta en codo o doble codo que se abriría en la muralla a la cuesta de Aixa.
Porque no sólo nos encontramos con el problema de decidir si existen o no dos murallas, sino además, si existe o no la supuesta puerta a la que hace referencia el documento. Aunque en realidad no cabe duda de que existía, lo que no se sabe es su ubicación.
Veamos:
D. Rafael Contreras, restaurador de la Alhambra, académico e individuo de la Comisión de Monumentos, como él mismo se describe, escribió un libro por el año 1885 y que una editorial de Sevilla, Extramuros, ha vuelto a publicar en edición facsimil hace apenas un año. En él hace un breve recorrido por las puertas de Granada y cita entre otras la: “…Puerta del pescado, Bib lacha y también bib mitre y bebeltee.” Y añade: “… Creemos que antes de ésta había otra, cerca del palacio de los Anxares (Cuarto Real)…” (3)
Es, cierto, una suposición, pero parece interesante la noticia cuando hay otros datos que apuntan en esa dirección como la Plataforma de Vico en que aparece dibujada esa puerta en el muro que da a la actual Cuesta de Aixa, como también aparece, inconfundible, la muralla que sube desde el castillo y que, desde luego, no es la misma que la del Cuarto Real.
De todos modos, el libro de Contreras aporta algún dato de interés más cuando, en un capítulo al que llama Monumentos de Segundo Orden, coloca el Cuarto Real de Santo Domingo,y dice: “…una torre cuadrada y alta, llamada desde el siglo XVI Cuarto Real, y más antiguamente de Nonsará. Esta debía ser parte de un palacio,…Así pues era un aposento no destinado, como han dicho algunos respetables anticuarios, a la oración, sino habitado por ilustres familias…”
Y ya con ello bastaría si ahí se parase el buen señor porque así, con dos palabras, deja en un brete la tesis del oratorio místico como, por cierto, ya se había quedado con las últimas intervenciones arqueológicas dirigidas por Alberto García Porras.
Pero aún tiene algo más que decir y continúa: “… se deduce que el Cuarto Real era una casa-palacio de segundo orden, de la cual no se conserva hoy más que un pórtico de ingreso, una sala cuadrada grande como las mayores de la Alhambra, y dos alhamíes, por haberse destruido antes de 1556 la casa que falta…” (4)
O sea, que si no había oratorio, sí que había pórtico y vuelven otra vez los dos caballos de la batallita que tiene aburridas a las piedras, sean estas del pórtico o del palacio. Porque lo más divertido de la aventura es que los que defendían el palacio, no podían ni ver el pórtico y los que defendían el pórtico eran además los que defendía el oratorio,
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hasta las últimas excavaciones, claro, que dejaron las cosas tan en evidencia que ya no había manera de seguir manteniendo las posiciones ni con torres de flanqueo y así seguirá todo dando sorpresa tras sorpresa hasta que no termine de excavarse todo.
Juan Cañavate Toribio
NOTAS
(1) López Guzmán, Rafael. Colección de Documentos para la historia de Granada. Siglo XVI. Granada. 1993
(2) López Guzmán, Rafael. Obra citada. Pág. 44 y s. A. M. Gr. Legajo 1930 de 17 de marzo de 1512. Carta de la reina Juana para que se pueda abrir una puerta entre el Monasterio de Santa Cruz y la ciudad.
(3) Contreras, Rafael. La Alhambra, el Alcázar y la gran mezquita de occidente. Sevilla. 2007. Edición. Facsimil de 1885. Pág. 333
(4) Contreras, Rafael. Obra citada. Pág 327
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Comentarios
1
Al leer el artículo he observado que se ha detallado minuciosamente los nombres de las personas que en el ámbito arqueológico allí han intervenido, salvo algún nombre, espero que no sea un olvido intensionado, así lo creo, y por ello le recuerdo al señor Cañavate que si tiene a bien sólo nombre a los directores o bien nombre a todos los técnicos o técnicas que en ese espacio han participado.
Algún olvido, no intencionado, supongo
Al leer el artículo he observado que se ha detallado minuciosamente los nombres de las personas que en el ámbito arqueológico allí han intervenido, salvo algún nombre, espero que no sea un olvido intensionado, así lo creo, y por ello le recuerdo al señor Cañavate que si tiene a bien sólo nombre a los directores o bien nombre a todos los técnicos o técnicas que en ese espacio han participado.
Comentario realizado por
Jose Antonio Narváez Sánchez.
27/10/08 13:12h
Comentario realizado por
Juan Cañavate.
27/10/08 21:29h
3
Aunque me gustaría comentar muchos de los puntos tratados en este artículo, sólo haré una precisión, que me parece de justicia: Tras la primera excavación, en el entorno de la qubba, efectué una segunda en la parata opuesta y en uno de los laterales del patio en el año 2000. Luego vino la intervención de A. Malpica.
Debo decir que aunque ha mantenido una postura distinta a la que defienden A. Almagro y A. Orihuela, nuestra relación siempre se ha caracterizado por el respeto mutuo y la absoluta libertad para desarrollar mi trabajo y exponer mi ideas, si bien es cierto que nunca se ha requerido mi opinión al respecto en ninguno de los múltiples foros que a lo largo de estos años se han producido, salvo por Pedro Salmerón con motivo del reciente concurso de ideas.
He vuelto a pisar el Cuarto Real, al menos en dos ocasiones en los dos últimos años.
Juan Antonio García Granados, el "exquisito".
Una precisión necesaria
Aunque me gustaría comentar muchos de los puntos tratados en este artículo, sólo haré una precisión, que me parece de justicia: Tras la primera excavación, en el entorno de la qubba, efectué una segunda en la parata opuesta y en uno de los laterales del patio en el año 2000. Luego vino la intervención de A. Malpica.
Debo decir que aunque ha mantenido una postura distinta a la que defienden A. Almagro y A. Orihuela, nuestra relación siempre se ha caracterizado por el respeto mutuo y la absoluta libertad para desarrollar mi trabajo y exponer mi ideas, si bien es cierto que nunca se ha requerido mi opinión al respecto en ninguno de los múltiples foros que a lo largo de estos años se han producido, salvo por Pedro Salmerón con motivo del reciente concurso de ideas.
He vuelto a pisar el Cuarto Real, al menos en dos ocasiones en los dos últimos años.
Juan Antonio García Granados, el "exquisito".
Comentario realizado por
Juan Antonio García Granados.
30/10/08 6:49h
4
Estimado Juan Antonio:
Me atrevo, con respeto, a aclarar el adjetivo ques ería inapropiado quizás en una publicación científica pero en el que me reitero en una publicación de oipinión en prensa.
En dos ocasiones he tenido la necesidad de molestarte para solicirate ayuda. La primera para obtener una información precisa sobre las primeras investigaciones en la muralla zirí, la segunda para lo mismo respecto al Cuarto Real y contar con tu oipinión en el debate que se abrió tras la presentación de la finalziación de la intervención de Alberto García Porras en la Casa de los Tiros. En los dos casos, tu disposición fue inmediata y muy de agradecer, por lo que creo que tu actitud es como persona es "exquisita" . Además tus aportaciones a la historia de la vivienda doméstica medieval en Granada y su relación con la información que porporcionan los habices son, desde el punto de vista científico como historiador "exquisitas" y, al menos a mi me han sido de enorme utilidad.
Por último, quiero que tu y otros entendais que este pequeño artículo enttra dentro del genero periodístico, aunque espero y, por eso lo he escrito, que tenga alguna repercusión en el futuro de las investigaciones del Cuarto Real que, por otra parte, serán otros, con seguridad, los llamados a desarrollar.
Un abrazo
Juan Cañavate
exquisito
Estimado Juan Antonio:
Me atrevo, con respeto, a aclarar el adjetivo ques ería inapropiado quizás en una publicación científica pero en el que me reitero en una publicación de oipinión en prensa.
En dos ocasiones he tenido la necesidad de molestarte para solicirate ayuda. La primera para obtener una información precisa sobre las primeras investigaciones en la muralla zirí, la segunda para lo mismo respecto al Cuarto Real y contar con tu oipinión en el debate que se abrió tras la presentación de la finalziación de la intervención de Alberto García Porras en la Casa de los Tiros. En los dos casos, tu disposición fue inmediata y muy de agradecer, por lo que creo que tu actitud es como persona es "exquisita" . Además tus aportaciones a la historia de la vivienda doméstica medieval en Granada y su relación con la información que porporcionan los habices son, desde el punto de vista científico como historiador "exquisitas" y, al menos a mi me han sido de enorme utilidad.
Por último, quiero que tu y otros entendais que este pequeño artículo enttra dentro del genero periodístico, aunque espero y, por eso lo he escrito, que tenga alguna repercusión en el futuro de las investigaciones del Cuarto Real que, por otra parte, serán otros, con seguridad, los llamados a desarrollar.
Un abrazo
Juan Cañavate
Comentario realizado por
Juan cañavate.
30/10/08 23:36h
5
En absoluto he considerado que el adjetivo fuera ofensivo. Conservo intacto el sentido del humor y sé reconocer las intenciones ajenas. Con ese buen humor me he permitido la firma del comentario anterior.
Por lo demás, aparte de precisiones, comparto plenamente la opinión de que sigue siendo necesaria una investigación arqueológica en profundidad del Cuarto Real de Santo Domingo, que a mi entender sólo tendría sentido si se desarrolla en extensión, abarcando todo el espacio disponible.
¿Sería posible una publicación donde todos los que hemos intervenido en el Cuarto Real expusieramos los datos que conocemos y los argumentos que justifican nuestras respectivas concepcions del problema y de los trabajos a desarrollar en el futuro?. Creo que el problema se ha desarrollado con amplitud en el campo periodístico pero muy poco en el terreno de las publicaciones especializadas. En lo que a mí respecta, pienso que estoy en el deber de publicar los detalles de las dos primeras campañas de excavaciones arqueológicas, pues es probable que la discusión sobre el entorno de la qubba se centrara en sus términos correctos.
Muy agradecido por tus palabras. Te devuelvo el abrazo.
Juan A. García Granados
Respuesta a Juan Cañavate
En absoluto he considerado que el adjetivo fuera ofensivo. Conservo intacto el sentido del humor y sé reconocer las intenciones ajenas. Con ese buen humor me he permitido la firma del comentario anterior.
Por lo demás, aparte de precisiones, comparto plenamente la opinión de que sigue siendo necesaria una investigación arqueológica en profundidad del Cuarto Real de Santo Domingo, que a mi entender sólo tendría sentido si se desarrolla en extensión, abarcando todo el espacio disponible.
¿Sería posible una publicación donde todos los que hemos intervenido en el Cuarto Real expusieramos los datos que conocemos y los argumentos que justifican nuestras respectivas concepcions del problema y de los trabajos a desarrollar en el futuro?. Creo que el problema se ha desarrollado con amplitud en el campo periodístico pero muy poco en el terreno de las publicaciones especializadas. En lo que a mí respecta, pienso que estoy en el deber de publicar los detalles de las dos primeras campañas de excavaciones arqueológicas, pues es probable que la discusión sobre el entorno de la qubba se centrara en sus términos correctos.
Muy agradecido por tus palabras. Te devuelvo el abrazo.
Juan A. García Granados
Comentario realizado por
Juan Antonio García Granados.
31/10/08 0:44h
6
¿Y qué tal un coloquio-debate en el propio Cuarto Real o alrededores, donde se expongan todos los resultados, se debata, y se visite el propio edificio conjuntamente por los distintos especialistas, y todo eso abierto a la sociedad granadina en general?
Cuarto Real
¿Y qué tal un coloquio-debate en el propio Cuarto Real o alrededores, donde se expongan todos los resultados, se debata, y se visite el propio edificio conjuntamente por los distintos especialistas, y todo eso abierto a la sociedad granadina en general?
Comentario realizado por
Granaíno.
1/11/08 2:31h
7
Creo que hemos llegado, después de un concurso libre, al final de un debate. Ahora procede iniciar otro de características distintas. Quiero señalar que los ganadores han sido los arquitectos Javier Gallego Roca y Ramón Fernández Alonso, que ha contado desde el primer momento con el grupo de investigación "Toponimia, Historia y Arqueología del Reino de Granada", en donde ha tenido un papel destacado Alberto García Porras, uno de los mejores arqueólogos medievalistas de España. A él se debe haber puesto, de manera no ostentosa, en claro muchas cuestiones del yacimiento. Así que a discutir y a trabajar, que es lo que ahora corresponde, pero desde la perspectiva que marca el proyecto ganador, que por algo ha resultado elegido, sin que desmerezcan los demás.
Final e inicio de un debate
Creo que hemos llegado, después de un concurso libre, al final de un debate. Ahora procede iniciar otro de características distintas. Quiero señalar que los ganadores han sido los arquitectos Javier Gallego Roca y Ramón Fernández Alonso, que ha contado desde el primer momento con el grupo de investigación "Toponimia, Historia y Arqueología del Reino de Granada", en donde ha tenido un papel destacado Alberto García Porras, uno de los mejores arqueólogos medievalistas de España. A él se debe haber puesto, de manera no ostentosa, en claro muchas cuestiones del yacimiento. Así que a discutir y a trabajar, que es lo que ahora corresponde, pero desde la perspectiva que marca el proyecto ganador, que por algo ha resultado elegido, sin que desmerezcan los demás.
Comentario realizado por
Antonio Malpica Cuello.
1/11/08 8:48h
8
Como responsable de dos campañas de intervención arqueológica en el Cuarto Real de Santo Domingo, me veo obligado a realizar algunos comentarios sobre al texto de Juan Cañavate, con el que estoy de acuerdo en gran parte, pero en donde no se relata detalladamente, en mi opinión, el desarrollo de las investigaciones y de sus resultados, y que el autor conoce. Creo que sería conveniente recordarlas.
En arqueología, como ocurre en otras ciencias, los avances tienen lugar sólo a partir de hipótesis publicadas de uno u otro modo, y no a partir de propuestas surgidas en conversaciones privadas o presunciones no contrastadas. En este caso, por fortuna, está todo negro sobre blanco.
Los resultados obtenidos en las primeras excavaciones, en donde participó Juan Antonio García Granados, generaron un documento presentado en la Delegación de Cultura y varias publicaciones en diversos foros. En estos se proponía una hipótesis, más que razonable y, sobre todo, basada en los resultados de las citadas excavaciones, sobre la organización global de este espacio. En ella destacaban dos elementos. Por un lado, la qubba con pórtico delantero, y por otro, un amplio espacio ajardinado.
Posteriormente, la intervención arqueológica realizada por Flor de Luque, Antonio Malpica y José Javier Álvarez, mostraba, tal y como aparece en el informe entregado en la Delegación de Cultura, una imagen diversa, propia de un espacio más complejo, basada en la existencia de un edificio, de gran porte, que ya se consideraba estrechamente vinculado a la qubba.
Negro sobre blanco
Como responsable de dos campañas de intervención arqueológica en el Cuarto Real de Santo Domingo, me veo obligado a realizar algunos comentarios sobre al texto de Juan Cañavate, con el que estoy de acuerdo en gran parte, pero en donde no se relata detalladamente, en mi opinión, el desarrollo de las investigaciones y de sus resultados, y que el autor conoce. Creo que sería conveniente recordarlas.
En arqueología, como ocurre en otras ciencias, los avances tienen lugar sólo a partir de hipótesis publicadas de uno u otro modo, y no a partir de propuestas surgidas en conversaciones privadas o presunciones no contrastadas. En este caso, por fortuna, está todo negro sobre blanco.
Los resultados obtenidos en las primeras excavaciones, en donde participó Juan Antonio García Granados, generaron un documento presentado en la Delegación de Cultura y varias publicaciones en diversos foros. En estos se proponía una hipótesis, más que razonable y, sobre todo, basada en los resultados de las citadas excavaciones, sobre la organización global de este espacio. En ella destacaban dos elementos. Por un lado, la qubba con pórtico delantero, y por otro, un amplio espacio ajardinado.
Posteriormente, la intervención arqueológica realizada por Flor de Luque, Antonio Malpica y José Javier Álvarez, mostraba, tal y como aparece en el informe entregado en la Delegación de Cultura, una imagen diversa, propia de un espacio más complejo, basada en la existencia de un edificio, de gran porte, que ya se consideraba estrechamente vinculado a la qubba.
Comentario realizado por
Alberto García Porras.
1/11/08 11:07h
9
La complejidad de la organización del conjunto ha quedado aclarada tras las últimas intervenciones arqueológicas realizadas, de las que he sido responsable y en las que han participado Eva Muñoz y José Antonio Narváez (2005-2006). Como podrá observarse en el artículo publicado en esta misma web, tras éstas ha quedado claro que bajo el subsuelo del Cuarto Real de Santo Domingo existe un conjunto palacial en donde la qubba es sólo un elemento más; seguramente el más importante desde el punto de vista artístico. Se trata de un conjunto palacial amplio y bien articulado que conocemos sólo en parte. El planteamiento difiere claramente del inicial.
Así pues, cualquier proyecto que pretendiera poner en valor y hacer visible este magnífico espacio granadino con éxito, debía tener en cuenta los resultados arqueológicos obtenidos (en ello estoy de acuerdo con lo expresado por Juan Cañavate) e integrar a un equipo de arqueólogos capaces de aportar información actualizada al proceso de rehabilitación de este espacio.
Por cierto, creo que la existencia o no de pórtico, su estructura y elementos constructivos, son cuestiones de importancia secundaria. No deben centrar el debate. Respecto a las bóvedas situadas junto a la qubba, la hipótesis que nos traslada Juan Cañavate, es sólo una propuesta de trabajo en el seno del proyecto de recuperación, y así debe de interpretarse. No creo que deba determinar el futuro proceso de investigación y rehabilitación. De otro modo podríamos arriesgarnos a caer en nuevos errores.
Negro sobre blanco II
La complejidad de la organización del conjunto ha quedado aclarada tras las últimas intervenciones arqueológicas realizadas, de las que he sido responsable y en las que han participado Eva Muñoz y José Antonio Narváez (2005-2006). Como podrá observarse en el artículo publicado en esta misma web, tras éstas ha quedado claro que bajo el subsuelo del Cuarto Real de Santo Domingo existe un conjunto palacial en donde la qubba es sólo un elemento más; seguramente el más importante desde el punto de vista artístico. Se trata de un conjunto palacial amplio y bien articulado que conocemos sólo en parte. El planteamiento difiere claramente del inicial.
Así pues, cualquier proyecto que pretendiera poner en valor y hacer visible este magnífico espacio granadino con éxito, debía tener en cuenta los resultados arqueológicos obtenidos (en ello estoy de acuerdo con lo expresado por Juan Cañavate) e integrar a un equipo de arqueólogos capaces de aportar información actualizada al proceso de rehabilitación de este espacio.
Por cierto, creo que la existencia o no de pórtico, su estructura y elementos constructivos, son cuestiones de importancia secundaria. No deben centrar el debate. Respecto a las bóvedas situadas junto a la qubba, la hipótesis que nos traslada Juan Cañavate, es sólo una propuesta de trabajo en el seno del proyecto de recuperación, y así debe de interpretarse. No creo que deba determinar el futuro proceso de investigación y rehabilitación. De otro modo podríamos arriesgarnos a caer en nuevos errores.
Comentario realizado por
Alberto García Porras.
1/11/08 11:08h
10
Propongo, como responsable último de esta página web, que quien haya intervenido en el Cuarto Real escriba un artículo en la misma. Así la discusión puede seguir. El debate es sano y no debe asustarnos, pero tampoco se puede permitir que quede en sólo en una discusión banal. Animo a todos que intervengan y recuerdo que el proyecto aprobado está en marcha. Es responsabilidad última de los arquitectos redactores, Javier Gallego y Ramón Fernández, su puesta en valor. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Y sobre todo pido que este tema que tantas páginas ha llenado no sea motivo para disputas inútiles. A escribir y a trabajar, como es nuestra obligación. Si se quiere crear un foro público, aquí está éste, pero por medio de artículos fundamentados.
Propuesta
Propongo, como responsable último de esta página web, que quien haya intervenido en el Cuarto Real escriba un artículo en la misma. Así la discusión puede seguir. El debate es sano y no debe asustarnos, pero tampoco se puede permitir que quede en sólo en una discusión banal. Animo a todos que intervengan y recuerdo que el proyecto aprobado está en marcha. Es responsabilidad última de los arquitectos redactores, Javier Gallego y Ramón Fernández, su puesta en valor. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Y sobre todo pido que este tema que tantas páginas ha llenado no sea motivo para disputas inútiles. A escribir y a trabajar, como es nuestra obligación. Si se quiere crear un foro público, aquí está éste, pero por medio de artículos fundamentados.
Comentario realizado por
Antonio Malpica Cuello.
1/11/08 11:38h
11
Alberto, estoy absolutamente de acuerdo con lo que planteas y no creo que esos matices generen ninguna contradicción con el objetivo de mis páginas: evidenciar la existencia de lagunas objetivas sobre el conocimiento del edificio. Todas las intervenciones arqueológicas que se han realizado, son a mi modo de ver de enorme rigor. Lo único que planteo es que son pocas y que hacen falta más y estoy seguro de que eso es algo que comparten tanto Javier Gallego, Ramón Fernádez, Antonio Malpica, tu y todos los investigadores que, de una u otra forma, se han vinculado al Cuarto Real. Estoy de acuerdo también en que en arqueología no deben haber hipótesis que tienen una perversa tendencia a convertiirse en errores, sino conocimientos contratados, pero eso no evita que queden flecos por resover y que es necesario dilucidar de la única forma que sabemos y podemos: excavando. Un abrazo
acuerdo
Alberto, estoy absolutamente de acuerdo con lo que planteas y no creo que esos matices generen ninguna contradicción con el objetivo de mis páginas: evidenciar la existencia de lagunas objetivas sobre el conocimiento del edificio. Todas las intervenciones arqueológicas que se han realizado, son a mi modo de ver de enorme rigor. Lo único que planteo es que son pocas y que hacen falta más y estoy seguro de que eso es algo que comparten tanto Javier Gallego, Ramón Fernádez, Antonio Malpica, tu y todos los investigadores que, de una u otra forma, se han vinculado al Cuarto Real. Estoy de acuerdo también en que en arqueología no deben haber hipótesis que tienen una perversa tendencia a convertiirse en errores, sino conocimientos contratados, pero eso no evita que queden flecos por resover y que es necesario dilucidar de la única forma que sabemos y podemos: excavando. Un abrazo
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JUan Cañavate.
2/11/08 1:06h
12 lógicamente quería decir conocimientos "contrastados".
Se le van las baterías al teclado y me lo pone difícil
Se le van las baterías al teclado y me lo pone difícil
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Juan Cañavate.
2/11/08 1:09h
13
Se hace la siguiente afirmación: "Los resultados obtenidos en las primeras excavaciones... generaron un documento presentado en la Delegación de Cultura y varias publicaciones en diversos foros. En estos se proponía una hipótesis, mas que razonable y, sobre todo, basada en los resultados de las citadas excavaciones, sobre la organización global de ese espacio".
Debo señalar que las distintas publicaciones efectuadas por Antonio Almagro y Antonio Orihuela fueron siempre de su completa responsabilidad y con independencia, incluso en contradicción, con los resultados expuestos por mi en sendos informes arqueológicos. Ya va siendo hora de que se entienda que en todo este proceso los informes arqueológicos iniciales han sido sistemáticamente ignorados. En consecuencia, lo conocido en estos momentos responde en sentido estricto a las conclusiones establecidas en los primeros informes arqueológicos, como espero que podran leer pronto los participantes en este foro.
Por lo demás, comparto plenamente vuestras opiniones
Una observación sobre el comentario de Alberto García Porras
Se hace la siguiente afirmación: "Los resultados obtenidos en las primeras excavaciones... generaron un documento presentado en la Delegación de Cultura y varias publicaciones en diversos foros. En estos se proponía una hipótesis, mas que razonable y, sobre todo, basada en los resultados de las citadas excavaciones, sobre la organización global de ese espacio".
Debo señalar que las distintas publicaciones efectuadas por Antonio Almagro y Antonio Orihuela fueron siempre de su completa responsabilidad y con independencia, incluso en contradicción, con los resultados expuestos por mi en sendos informes arqueológicos. Ya va siendo hora de que se entienda que en todo este proceso los informes arqueológicos iniciales han sido sistemáticamente ignorados. En consecuencia, lo conocido en estos momentos responde en sentido estricto a las conclusiones establecidas en los primeros informes arqueológicos, como espero que podran leer pronto los participantes en este foro.
Por lo demás, comparto plenamente vuestras opiniones
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Juan Antonio García Granados.
4/11/08 23:31h
14
Antes de nada quiero pedir mis disculpas por meterme en medio de unas discusiones entre arqueólogos, sin yo serlo. No he visto reflejado por ningún sitio, el estudio de la estructura hidráulica, cuando creo que es fundamental para conocer cualquier conjunto hispano musulmán, porque de aquélla deriva la fundación, o no, de éste.
Soy consciente de la extrema dificultad que entraña encontrarse tuberías, atanores, regueros y arriates, quizás, apareciendo de forma anarárquica o "camuflados", pero que, indudablemente, su correcta lectura, arrojaría batante luz.
Sea por el bien del monumento más importante de una derterminada època.
El agua en el Cuarto Real
Antes de nada quiero pedir mis disculpas por meterme en medio de unas discusiones entre arqueólogos, sin yo serlo. No he visto reflejado por ningún sitio, el estudio de la estructura hidráulica, cuando creo que es fundamental para conocer cualquier conjunto hispano musulmán, porque de aquélla deriva la fundación, o no, de éste.
Soy consciente de la extrema dificultad que entraña encontrarse tuberías, atanores, regueros y arriates, quizás, apareciendo de forma anarárquica o "camuflados", pero que, indudablemente, su correcta lectura, arrojaría batante luz.
Sea por el bien del monumento más importante de una derterminada època.
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Un intruso.
20/12/08 11:34h
15
Pues si, estaría bien que se hablara un poco de las estructuras hidráulicas del Cuarto Real. Quizá eso ayude a desentrañar el complejo y profundizar en el debate "agro-palatino" de la sociedad nazarí...
Estructuras hidráulicas en el Cuarto Real
Pues si, estaría bien que se hablara un poco de las estructuras hidráulicas del Cuarto Real. Quizá eso ayude a desentrañar el complejo y profundizar en el debate "agro-palatino" de la sociedad nazarí...
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Otro intruso.
21/12/08 4:51h
16
¿Nadie recoge la propuesta de A. Malpica para escribir más sobre el Cuarto Real?
¿Alguién sabe cuando será visitable?
Estoy de acuerdo con los intrusos sobre lo del agua
¿Nada más sobre el Cuarto Real?
¿Nadie recoge la propuesta de A. Malpica para escribir más sobre el Cuarto Real?
¿Alguién sabe cuando será visitable?
Estoy de acuerdo con los intrusos sobre lo del agua
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Anal.
23/1/09 21:18h
17
Como creo que todos los que hasta ahora han escrito lo han hecho con seriedad y considerando que los últimas preguntas planteadas en estos interesantes comentarios, exigen respuesta, me permito reproducir el último párrafo de mi reseña publicada en el Granada Hoy: "...y así seguirá todo dando sorpresa tras sorpresa hasta que no termine de excavarse todo."
siguen las dudas
Como creo que todos los que hasta ahora han escrito lo han hecho con seriedad y considerando que los últimas preguntas planteadas en estos interesantes comentarios, exigen respuesta, me permito reproducir el último párrafo de mi reseña publicada en el Granada Hoy: "...y así seguirá todo dando sorpresa tras sorpresa hasta que no termine de excavarse todo."
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Juan Cañavate.
24/1/09 8:36h
18
Estoy totalmente de acuerdo con Juan Cañavate, o se excava todo o esto no será más que un disparate, uno de tantos como hay en Graná.
Qué pasa con el proyecto que está en marcha que dice A.Malpica que los redactores son Javier Gallego y Ramón Fernández? Se ha empezado hacer algo?
De acuerdo con Juan Canavate
Estoy totalmente de acuerdo con Juan Cañavate, o se excava todo o esto no será más que un disparate, uno de tantos como hay en Graná.
Qué pasa con el proyecto que está en marcha que dice A.Malpica que los redactores son Javier Gallego y Ramón Fernández? Se ha empezado hacer algo?
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Granaino en las afueras.
24/1/09 21:00h
19
El sistema de abastecimiento de agua a la zona fue ampliamente abordado en mis dos campañas de excavaciones.
En síntesis, existen cuatro conjuntos de canalizaciones en la zona:
1. En la parata opuesta a la qubba
2. Atravesando el eje del paseo hasta dicha qubba
3. En la zona lateral del jardin
4. El sistema fuente-alberca octogonal con sus sistemas de abastecimiento y evacuación de agua.
El conjunto de la parata es muy compleo (un total de 14 tuberías) pero extraordinariamente ilustrativo de las sucesivas transformaciones introducidas. Simplificando, se articulan en tres series superpuestas que interpretamos como consecuencia de los sucesivos cambios de nivel en la huerta inmediata. El nivel medieval asienta sobre una capa muy débil de tierra, por lo que a lo largo del tiempo la huerta irá recibiendo sucesivos aportes de tierra, lo que obligaba a cambiar las rasantes de las canalizaciones. Este proceso se repitió al menos en dos ocasiones.
En el paseo central las sucesivas canalizaciones responden a épocas diferentes, pensamos que en ningún caso medieval, sin que haya cambio funcional.
En el jardín. tras la eliminación de la tapia medieval, atraviesan atanores y atarjea, con funciones diferentes.En cualquier caso es posible fecharlas con seguridad como posteriores a 1814.
En cuanto al sistema fuente-alberca, todo apunta a que rebia el agua desde la zona de las últimas excavaciones, se dirigía a la alberca y desaguaba medante tuberías de plomo paralelas a los andenes laterales a la qubba.
Otra serie de canalizaciones paralelas a la fachada del edificio son relativamente recientes.
Quede claro que nos encontramos ante un amplio conjunto edificado centrado por un jardín, al menos hasta el siglo XVII, por lo que hablar de infraestructuras de regadío agrícola no tiene sentido en esta zona.
Sobre la hidráulica del Cuarto Real
El sistema de abastecimiento de agua a la zona fue ampliamente abordado en mis dos campañas de excavaciones.
En síntesis, existen cuatro conjuntos de canalizaciones en la zona:
1. En la parata opuesta a la qubba
2. Atravesando el eje del paseo hasta dicha qubba
3. En la zona lateral del jardin
4. El sistema fuente-alberca octogonal con sus sistemas de abastecimiento y evacuación de agua.
El conjunto de la parata es muy compleo (un total de 14 tuberías) pero extraordinariamente ilustrativo de las sucesivas transformaciones introducidas. Simplificando, se articulan en tres series superpuestas que interpretamos como consecuencia de los sucesivos cambios de nivel en la huerta inmediata. El nivel medieval asienta sobre una capa muy débil de tierra, por lo que a lo largo del tiempo la huerta irá recibiendo sucesivos aportes de tierra, lo que obligaba a cambiar las rasantes de las canalizaciones. Este proceso se repitió al menos en dos ocasiones.
En el paseo central las sucesivas canalizaciones responden a épocas diferentes, pensamos que en ningún caso medieval, sin que haya cambio funcional.
En el jardín. tras la eliminación de la tapia medieval, atraviesan atanores y atarjea, con funciones diferentes.En cualquier caso es posible fecharlas con seguridad como posteriores a 1814.
En cuanto al sistema fuente-alberca, todo apunta a que rebia el agua desde la zona de las últimas excavaciones, se dirigía a la alberca y desaguaba medante tuberías de plomo paralelas a los andenes laterales a la qubba.
Otra serie de canalizaciones paralelas a la fachada del edificio son relativamente recientes.
Quede claro que nos encontramos ante un amplio conjunto edificado centrado por un jardín, al menos hasta el siglo XVII, por lo que hablar de infraestructuras de regadío agrícola no tiene sentido en esta zona.
Comentario realizado por
Juan A. García Granados.
1/2/09 4:29h
20
Creo que no es caprichosa ni gratuita le erección de la qubba en este espacio. Aún no existen ni el Generalife, ni sus huertas. La acequia Real de la ciudad linda con una parte del gran espacio y la qubba en un momento indeterminado, organiza y acota su zona, separándola de la zona agrícola, preservando su intimidad. El gran repartidor de la zona, muy probablemente, estuviera situado en la parata alta, alimentado por un ramal de la acequia Real de la ciudad, desde donde se distribuía el caudal, a los distintos espacios agrícolas.
Por tanto, creo que no se puede afirmar que no existiera una infraestructura de regadío agrícola.
Discrepancias con el Sr. García Granados
Creo que no es caprichosa ni gratuita le erección de la qubba en este espacio. Aún no existen ni el Generalife, ni sus huertas. La acequia Real de la ciudad linda con una parte del gran espacio y la qubba en un momento indeterminado, organiza y acota su zona, separándola de la zona agrícola, preservando su intimidad. El gran repartidor de la zona, muy probablemente, estuviera situado en la parata alta, alimentado por un ramal de la acequia Real de la ciudad, desde donde se distribuía el caudal, a los distintos espacios agrícolas.
Por tanto, creo que no se puede afirmar que no existiera una infraestructura de regadío agrícola.
Comentario realizado por
Un intruso.
12/3/09 14:31h
21
1. El Cuarto Real de Santo Domingo puede fecharse en el último tercio del siglo XIII. Para entonces es mas que probable que la acequia real de la Alhambra ya esté trazada, por lo que en su recorrido abarcaría las huertas del Generalife.
2. Desde el siglo XII el espacio donde se ubica el Cuarto Real alberga importantes palacios, conocidos a traves de referencias literarias, y sin duda tendrían importantes jardines y huertos que necesitaban regadíos.
3. Cuando me refiero a que no tiene sentido hablar de infraestructuras de regadío me refiero a la zona objeto de investigación arqueológica.
4. Ya puede consultarse por internet la tesis doctoral de Luis García Pulido, un extraordinario trabajo donde se recopila de manera exhaustiva toda la documentación sobre el abastecimiento hidráulico a Granada a lo largo de la historia. Sin duda es de gran ayuda para entender el tema del regadío en la zona a la escala espacial adecuada.
Sobre el regadío en la zona
1. El Cuarto Real de Santo Domingo puede fecharse en el último tercio del siglo XIII. Para entonces es mas que probable que la acequia real de la Alhambra ya esté trazada, por lo que en su recorrido abarcaría las huertas del Generalife.
2. Desde el siglo XII el espacio donde se ubica el Cuarto Real alberga importantes palacios, conocidos a traves de referencias literarias, y sin duda tendrían importantes jardines y huertos que necesitaban regadíos.
3. Cuando me refiero a que no tiene sentido hablar de infraestructuras de regadío me refiero a la zona objeto de investigación arqueológica.
4. Ya puede consultarse por internet la tesis doctoral de Luis García Pulido, un extraordinario trabajo donde se recopila de manera exhaustiva toda la documentación sobre el abastecimiento hidráulico a Granada a lo largo de la historia. Sin duda es de gran ayuda para entender el tema del regadío en la zona a la escala espacial adecuada.
Comentario realizado por
Juan A. García Granados.
8/4/09 0:29h
22
Gracias por su aclaración. Por mi parte, no tengo más que decir.
Agradecimiento al Sr. García Granados
Gracias por su aclaración. Por mi parte, no tengo más que decir.
Comentario realizado por
Un intruso.
21/4/09 11:17h
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